• Los paisajes sonoros naturales, esenciales para reducir el estrés, pueden ser afectados por el ruido urbano, según estudio

 

Redacción / CAMBIO 22

Los ruidos estruendosos son una gran molestia para muchas personas que viven en centros urbanos, pero su impacto puede significar algo más que una simple molestia. Un estudio reciente, publicado en la revista científica PLOS ONE, reveló que los sonidos generados por actividades humanas, como el tráfico vehicular, pueden limitar los beneficios que los paisajes sonoros naturales aportan al bienestar emocional y mental de las personas. Esta investigación fue dirigida por Paul Lintott, de la Universidad del Oeste de Inglaterra, y Lia Gilmour, del Bat Conservation Trust, ambas instituciones del Reino Unido.

Para el estudio se incluyó a 68 voluntarios, quienes escucharon tres paisajes sonoros distintos durante sesiones de tres minutos: uno completamente natural grabado al amanecer en West Sussex, Reino Unido; otro con sonidos de tráfico a 20 millas por hora (32 km/h); y un tercero con tráfico a 40 millas por hora (65 km/h). Antes y después de cada sesión, los participantes evaluaron su estado de ánimo y nivel de ansiedad mediante escalas de autoevaluación.

Este es el sonido que reduce el estrés y la ansiedad y ayuda a dormir mejor | Vozpópuli

Ante los resultados, los investigadores indicaron que los paisajes sonoros naturales, como el canto de los pájaros, tienen un efecto significativo en la reducción del estrés y la ansiedad, además de favorecer la recuperación del estado de ánimo tras situaciones estresantes. Sin embargo, estos beneficios se vieron disminuidos al combinar los sonidos naturales con el ruido del tráfico. La mayor interferencia se observó cuando el tráfico alcanzaba velocidades de 65 km/h, mientras que velocidades más bajas mitigaban parcialmente los efectos negativos.

De acuerdo con los autores del estudio, estas conclusiones podrían tener implicaciones prácticas para el diseño de políticas urbanas, especialmente en la reducción de la velocidad vehicular en áreas urbanas. Reduciendo la velocidad del tráfico en las ciudades se podría dar un importante paso para que más personas experimenten los efectos positivos de la naturaleza en su salud y bienestar, afirman los investigadores.

 

 

 

Con información del sistema de Noticias Cambio 22 y Notipress

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