El Poder Simbólico del 24 de Junio en la Cosmovisión Maya
24 Jun. 2025
Redacción/CAMBIO 22
José María Morelos, 24 de junio. – En las comunidades mayas, el 24 de junio no es solo la festividad católica de San Juan; es también una fecha cargada de misticismo, rituales y enseñanzas transmitidas de generación en generación. Así lo explica el profesor Wildernaim Villegas Carrillo, catedrático de lengua y cultura maya, autor de obras literarias y profundo conocedor del pensamiento ancestral, quien comparte una emotiva tradición que aún perdura en poblaciones de la Zona Maya.
Según narra el académico, en la cosmovisión maya ese día está vinculado con una energía especial que favorece las transformaciones. “Algunos creen que, si una mujer se corta el cabello en San Juan, este crecerá más rápido y más bonito; o que a los niños se les estira para que crezcan más. Incluso hay quienes le ‘pagan’ a los árboles improductivos para que den fruto”, cuenta.
Pero entre todas esas prácticas simbólicas, hay una que Wildernaim considera particularmente significativa: la limpia con ramas a los niños por parte de los xmen, guías espirituales y guardianes del conocimiento tradicional. En San Ramón, su comunidad de referencia, solía llevarse a los pequeños a la casa del x’men (también escrito como j’men, h’men o ah’men) nacido el 24 de junio para recibir unos simbólicos “wichazos” —golpecitos con una rama—, con el deseo de que crecieran con rectitud, obediencia y respeto a sus mayores.
“Es un acto lleno de ternura y enseñanza. No se trata de castigo, sino de una corrección ritual simbólica que les desea una vida buena y sin tropiezos”, expresa Villegas Carrillo.
Recuerda una ocasión particular, mientras dirigía la tesis de un estudiante, en la que descubrió esta costumbre que el abuelo del alumno —también x´men— practicaba desde hacía décadas. “Él oficiaba ceremonias para la milpa, el k’óol, el solar, y ese día era especial porque sentía que su energía se renovaba para bendecir a los más jóvenes.”
Para el catedrático, esta tradición maya refleja valores que urge recuperar: respeto a los padres, conducta ética y la importancia de escuchar a los mayores. “En estos tiempos donde muchos niños y jóvenes se alejan de los consejos familiares, este tipo de costumbres nos recuerdan el valor de criar con amor, pero también con guía”, concluye.
Así, entre ramas, deseos y sabiduría ancestral, el día de San Juan sigue siendo, en la cultura maya, una jornada para renovar la esperanza en las nuevas generaciones.
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