El Negocio de las Ferias Deja de Aportar “Feria” a sus Promotores
15 Nov. 2025
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El negocio que sostuvo durante décadas a familias enteras se encuentra “muy difícil”. Con la llegada de nuevas formas de entretenimiento, la reducción de espacios públicos, el crecimiento urbano; las ferias han perdido visitantes, días de actividad y rentabilidad
Redacción / CAMBIO 22
Para Enrique Ramírez Villarreal, feriero de la Ciudad de México, las ferias ya no son lo que eran. Su familia lleva casi un siglo dedicada al oficio: es la tercera generación después de su abuelo y su padre, quienes recorrieron pueblos y colonias de la capital cuando era común ver ferias por semanas enteras.
“Antes llegabas 15 días antes a instalar, trabajabas otras dos semanas y te ibas a la siguiente feria. Había trabajo todo el año”, recuerda. Pero esa época quedó atrás.

Hoy, el negocio que sostuvo durante décadas a familias enteras se encuentra “muy difícil”, dice Enrique. Con la llegada de nuevas formas de entretenimiento, la reducción de espacios públicos, el crecimiento urbano y el golpe de la pandemia, las ferias han perdido visitantes, días de actividad y rentabilidad.
Contexto: No hay datos oficiales sobre la importancia económica que tienen las ferias tradicionales en México, sin embargo, contribuyen con una importante derrama económica local, además de emplean a miles de personas en las localidades donde se llevan a cabo, por lo que estos eventos actúan como motores de desarrollo local, beneficiando a diversos sectores.
Ingresos se desploman hasta 60%
Enrique encabeza “Atracciones Villarreal”, y cuenta como se ha deteriorado el negocio, pues actualmente las ganancias han caído hasta 60% de lo que ganaban en sus mejores años.
Cuenta que hay ferias donde el gasto operativo no se recupera y la familia regresa con pérdidas. Aunque aún existen ferias buenas, las malas y muy bajas son cada vez más comunes.

La crisis no solo afecta a los juegos mecánicos, sino también a los puestos de rifas, canicas y comida. “También nos han afectado. Ya no hay la misma demanda”, explica.
Menos espacios y calles cerradas a las ferias
El feriero detalla que la falta de espacios ha sido uno de los golpes más duros. Las colonias han cambiado: donde antes había terrenos baldíos o calles amplias, hoy hay comercios, casas nuevas, parques remodelados o restricciones para cerrar vialidades, los obligó a reducir su operación; antes montaban 10 juegos y hasta 10 puestos, hoy apenas instalan 6 juegos y 5 puestos.
“Nos han ido quitando áreas. Ya no se puede cerrar calles. Las colonias cambiaron y todo eso nos redujo mucho”, explica.
De familias enteras a apenas unos cuantos
La crisis también alcanzó a las familias ferieras. Enrique recuerda cuando primos, hermanos y sobrinos ayudaban a montar y desmontar juegos, a cambio de trabajar un puesto propio. Hoy casi todos se retiraron del oficio.

“Ya nada más quedamos mi hermano, yo y nuestros hijos. La familia se redujo mucho”, dice.
Incluso contratar trabajadores externos se ha vuelto difícil. “La gente ya no quiere trabajar en esto. Son juegos pesados, requieren fuerza, y además tienes que pagar sueldos y comidas. Antes era trabajo familiar; hoy es gasto.”
Ferias ya no son atractivas para los jóvenes
Enrique reconoce que el cambio generacional ha sido determinante. La juventud prefiere otros espacios y otros tipos de entretenimiento. “Antes la feria y el circo eran lo principal. Hoy la tecnología cambió todo”, reflexiona.
El sector feriero, dice, resiste como puede: “Seguimos porque es lo que sabemos hacer. Pero sí ha cambiado bastante”.
El golpe más duro: la pandemia
Aunque la crisis ya se sentía antes de 2020, la pandemia fue devastadora. “Nos quedamos sin trabajar dos años”, cuenta. “A muchos ferieros grandes les pegó muy feo. Varios fallecieron. Otros quebraron y vendieron sus juegos incluso como chatarra.”

La Alameda del Sur, donde una parte de la familia ha trabajado por más de 30 años, también sufrió. Antes era un parque que llenaba desde la mañana hasta la noche; ahora, dice Enrique, “a veces a las 4 de la tarde solo hay uno que otro visitante”.
Las únicas temporadas fuertes que quedan son Semana Santa, diciembre y algunos días festivos.
Xochimilco, Milpa Alta y Coyoacán: los últimos bastiones
Pese a la crisis, aún hay ferias que funcionan relativamente bien. Enrique señala algunas alcaldías donde todavía hay movimiento y asistencia, como Xochimilco, en donde se realiza la feria de Xaltocan (15 días), feria de la Nieve, feria de la Alegría.
Otra alcaldía importante es Milpa Alta, en donde se realiza la feria de la Asunción, San Pablo Oztotepec y otras ferias de pueblo. Tlalpan en donde se llevan a cabo ferias en Santiago Tepalcapa y Santa Cruz Oxtotepec y algunas ferias en Coyoacán.
Estas ferias grandes mantienen el oficio vivo, pero no compensan la caída generalizada en el resto de la ciudad.
Fuente: La Silla Rota
GPC/RCM




















