El Mural de Dziuché: Un Viaje de Colores y Nostalgia
24 Jul. 2024
Redacción / CAMBIO 22
José María Morelos, 24 de julio. – En el corazón de Dziuché, en el municipio de José María Morelos, un mural se despliega como un lienzo de recuerdos y orgullo, superando la mera decoración urbana para convertirse en un relato visual de la historia y la cultura de la comunidad.
Más que una obra de arte, este mural es una ventana al pasado, una explosión de colores que nos lleva a la década de los ochenta, cuando Dziuché se alzaba como el motor económico del municipio. Era una época dorada, marcada por el comercio de artículos de importación que transformaron al poblado en un bullicioso mercado y sembraron una prosperidad recordada con profunda nostalgia.
Las pinceladas del mural evocan las raíces mayas de la región, el mestizaje y los primeros habitantes que labraban la milpa para el autoconsumo. Aquí, la historia de los ancestros cobra vida, recordándonos los cimientos sobre los cuales se construyó esta comunidad.
El orgullo de Dziuché, la Laguna Chchan Kanab, se plasma en la obra con un azul sereno que refleja su importancia para la regulación de la temperatura y la fertilidad de la tierra. Este cuerpo de agua es un símbolo de vida y esperanza, un recordatorio de que las condiciones propicias para la siembra y la cosecha están siempre presentes, gracias a este regalo natural.
El mural no solo cuenta una historia de economía y progreso, sino también de fe y tradición. La vaquería, una festividad dedicada a la Virgen de Guadalupe, patrona de Dziuché, se celebra con fervor en cada trazo. La figura de la Virgen emerge como un faro de espiritualidad, rodeada de detalles que evocan la alegría y la devoción de la gente.
No faltan los pequeños pero importantes detalles, como el queso de bola, un producto emblemático de la fayuca ochentera, que trae a la mente el sabor de tiempos pasados. La ganadería, otro pilar de la economía local, también encuentra su espacio en esta narración visual, mostrando la dedicación y el trabajo arduo de sus habitantes.
Y luego, llegamos a una figura casi mítica: el médico maya Jorge Gómez Leslie, conocido como el “Brujo de Dziuché”. Sus curaciones milagrosas atrajeron a miles de visitantes entre los ochenta y los noventa, convirtiendo a este pequeño pueblo en un santuario de salud y esperanza. Sus hazañas están inmortalizadas en el mural, recordándonos una era de milagros y fe inquebrantable.
Este mural alegórico es más que una obra de arte; es un espejo del alma de Dziuché. Nos invita a recordar de dónde venimos, a celebrar nuestra identidad y a mirar hacia el futuro con esperanza. En cada color, en cada trazo, palpita el orgullo de ser morelense, y en su narrativa visual, encontramos la esencia misma de nuestra comunidad.
AADG