• En auge, el tráfico ilícito de bienes culturales de México.

 

Redacción/CAMBIO 22

Nunca antes se había experimentado un auge del tráfico y saqueo de bienes culturales en el mundo como en los últimos años. Y en México el apogeo de ese saqueo no se detiene a pesar de los esfuerzos oficiales y las gestiones internacionales para recuperar piezas sustraídas ilegalmente del país que se venden por doquier.

De 2019 a la fecha, a México le han restituido más de 13 mil 500 piezas saqueadas que forman parte del patrimonio arqueológico, artístico e histórico.

Esos bienes, como obras de arte, piezas arqueológicas, libros antiguos, monedas, mosaicos y otros objetos culturales fueron confiscados o entregados voluntariamente en Italia, Estados Unidos, Alemania y España. Ante ese fenómeno global, diversas oficinas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han lanzado el programa “Protege tu legado” para urgir a los gobiernos de los países afectados como México a declarar el combate al mercado ilegal de bienes culturales como un asunto de seguridad mundial.

En México, el saqueo de piezas arqueológicas no se ha detenido. Se puede ver en las constantes ventas que promueven las casas de subastas europeas o neoyorquinas.

Apenas este pasado 4 de diciembre, las casas de subastas Maison de Ventes y Sasu Boscher Enchères, de Francia, y Genève Enchères, de Suiza, programaron por separado la venta de un total de 24 bienes arqueológicos extraídos ilegalmente de México. Las piezas pertenecen a las culturas maya, tarasca, teotihuacana, olmeca y totonaca.

Otro ejemplo del saqueo de bienes culturales en México fue la detección de por lo menos mil 384 piezas arqueológicas de diversas culturas que la galería de arte Howard S. Rose de Nueva York subasta en línea desde julio del año pasado. Los bienes fueron extraídos ilegalmente del país, pero ha sido imposible frenar su venta.

El constante saqueo de bienes culturales en el país ha llevado a que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) llamen la atención para atender el fenómeno

Kristian Hölge, representante de Unodc en México, explica la relevancia de que se ataque el ilícito:

“Robar el pasado es destruir nuestro futuro. El patrimonio histórico y cultural es un testimonio singular de la identidad de los pueblos. Su protección es esencial para México y el mundo, en especial para los países en desarrollo, que se cuentan entre los más afectados por este delito”.

La Unesco y la Unodc advierten que el tráfico ilícito de bienes culturales implica varios actos que pueden provocar la pérdida, destrucción, sustracción o robo de piezas irremplazables de las culturas del mundo.

Nunca antes, advierte Andrés Morales, representante de la Unesco en México, ha sido tan intenso el interés por adquirir mosaicos, urnas funerarias, esculturas, estatuillas, piezas arqueológicas, vasijas, incunables o manuscritos antiguos. “Esa demanda contribuye a fomentar al mercado ilegal de obras de arte y antigüedades”, lamenta Morales en un comunicado.

El tráfico ilícito de bienes culturales no es una actividad que opera por sí sola. Kristian Hölge precisa que debe ser combatida como un asunto de seguridad global porque está vinculada con delitos como el lavado de dinero y los fraudes fiscales, el tráfico de drogas ilegales, el financiamiento del terrorismo, la delincuencia organizada, el contrabando de armas, el soborno y la corrupción.

Por su naturaleza ilícita, no existen cifras exactas sobre las dimensiones de este delito. Sin embargo, algunos indicios apuntan al valor de ese comercio ilegal:

Este tipo de mensajes se pueden leer en los 594 ex votos que el gobierno de Italia restituyó a México en 2019, luego de ser confiscados en Milán por el Comando Carabinieri Tutela Patrimonio Cultural.

Fueron robados en la década de 1960 de iglesias de Guanajuato, Michoacán, Querétaro, Jalisco, Zacatecas, Colima y San Luis Potosí, principalmente.

Los ex votos mexicanos son pequeños y medianos retablos de madera, lienzo, metal o cartón pintados al óleo entre los siglos XVIII, XIX y hasta mediados del XX. Los creyentes encargaban a pintores amateurs estas pinturas para agradecer un milagro o pedir un favor a Dios, a la virgen o un santo. Ahora forman parte del acervo cultural.

El lote de 594 ex votos fue vendido ilegalmente a un hombre que vivía en Milán en la década de los 60. Al fallecer el dueño, la familia intentó venderlos y el Comando Carabinieri especializado en cultura confiscó las obras porque detectó que son pinturas antiguas mexicanas.

En octubre de 2018, Ianfranco Disibio, jefe italiano de la policía especializada, envió imágenes de los ex votos al Instituto Nacional de Antropología e Historia. Los peritos verificaron que las características técnicas e iconográficas y las inscripciones contenidas en las obras corresponden con las obras mexicanas. El gobierno de Italia hizo la gestión legal y las devolvió. Hoy se encuentran en proceso de restauración en el INAH.

 

Fuente: Fabrica de periodismo

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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