El Mercado Más Grande Ya No Será el de Norteamérica
1 Dic. 2024
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Luiz Inácio Lula da Silva y Javier Milei empujan a todo vapor este acuerdo comercial
Fernando Aguirre/CAMBIO 22
La próxima Cumbre del Mercosur a celebrarse el 5 y 6 de diciembre en la capital uruguaya, podrá ser el marco en el que se anuncie el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, uno de los acuerdos comerciales más importantes que logre el bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y la casi adherida Bolivia.
Aunque parece que es un hecho la ratificación del tratado, después de años de negociaciones, no todo parece ser miel sobre hojuelas. Francia, uno de los actores importantes del bloque europeo, insiste en frenarlo y, recientemente, el presidente Macron anunció cara a cara a su homólogo argentino, Javier Milei, que no firmaría el acuerdo porque va en detrimento del sector agrícola de los galos.
La popularidad de Macron no está para darse el lujo de no respaldar a los agricultores de su país y darle prioridad al business are business que trae consigo un tratado de esas dimensiones. Por eso, de la mano con la oposición política francesa y diversos sectores del país, intenta persuadir al resto de la Unión Europea en detener este acuerdo al que los galos consideran de peligroso, ya que supone que afectará al modelo de agricultura familiar francés frente a la competencia que representan las megagranjas industriales de Brasil, además de las preocupaciones sobre la entrada de carne tratada con hormonas y antibióticos, que consideran alejada de los estándares de calidad y ambientales que maneja Francia y la zona euro.
Pese a los esfuerzos y manifestaciones que hagan los franceses en los próximos días, parece que la suerte está echada y poco servirán sus acciones, ya que el acuerdo tiene el respaldo de la mayoría de los países del bloque europeo, encabezados por Alemania, Italia, España y Portugal, estos últimos con especial interés porque el tratado no sólo les adiciona un componente económico, sino también de estrategia geopolítica por los lazos que los unen con la región.
A diferencia de Francia, los temores alemanes van en el sentido de que no avanzar en positivamente en un acuerdo comercial con el Mercosur, podría suponer que este bloque de países explore acuerdos comerciales con países como China y Rusia. Algo que con la llegada de Trump a la Casa Blanca y la reconfiguración de alianzas mundiales que se viene podría ser viable y eso sería un reto político para Alemania.
La posición de los países del Mercosur es de total acuerdo al Tratado de Libre Comercio, y pese a que algunos son gobernados por la izquierda y hasta cierto punto con ideales proteccionistas, a un lado quedaron los rechazos al neoliberalismo.
Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Argentina, Javier Milei, son quienes empujan a todo vapor que este acuerdo comercial se firme en próximas fechas. En el caso de Brasil, los europeos han exigido compromisos firmes sobre el tema de la deforestación amazónica y el cambio climático, pero a su vez, es cuestionable, cuando es bien sabido que la deforestación en esa zona se debe al cultivo de soya y la crianza de carne de vacuno, productos de interés en el acuerdo.
Es curioso que, hasta ahora, no se escuchan con fuerza los gritos nacionalistas de los bolivianos, pese a que algunos países europeos han manifestado su interés de incluir la extracción de litio en el marco del tratado. Unos defienden su agricultura familiar y otros parece que no les quita el sueño que extraigan sus recursos naturales, quizás será porque los chinos y rusos ya están en ello y da igual si ahora entran los europeos, parece un déjà vu del tiempo de los colonizadores cuando se intercambiaba oro por espejitos.
De concretarse el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur sería la zona de libre comercio más grande del mundo, con alcance a casi 780 millones de personas, que representan 25% del PIB mundial y un intercambio comercial anual de alrededor de 100 mil millones de dólares, un mercado que ninguno de los dos bloques regionales parece dispuesto a renunciar en medio de la convulsión internacional que se vive y tras 25 años de negociaciones.
Fuente: Excélsior
OSM/DSF