El Gobierno Huele a López Obrador
4 Jul. 2025
Demetrio Sodi / CAMBIO 22
La 4T que comparaba López Obrador con, la Independencia, la Reforma y la Revolución, ya se agotó y su segundo piso se está cayendo. Claudia Sheinbaum ya no tiene recursos para aumentar los apoyos económicos a la gente y el margen para aumentar el salario mínimo, sin provocar un problema a las empresas, es muy pequeño.
Fueron muchas las estupideces que hizo López Obrador durante su sexenio, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la suspensión del seguro popular y las guarderías, gastar más de cuatro veces lo presupuestado en la refinería y el Tren Maya, dejar Pemex en manos de un amigo inútil y otras muchas más. Logró, sin embargo, una transformación económica muy importante al aumentar el salario mínimo e impulsar una política laboral a favor de los trabajadores.
Durante más de 40 años, desde el sexenio de Miguel de la Madrid, el salario mínimo fue perdiendo su poder adquisitivo y llegó a ser tan mínimo, que era insuficiente para alimentar a una familia. Se pensó que abaratando la mano de obra, el país iba a crecer y se equivocarían, pero llevaron a la pobreza a la mayoría de la población. México es uno de los países en donde la parte del ingreso nacional que reciben los trabajadores es de las más bajas, mientras que el capital recibe uno de los porcentajes más altos del mundo.
Las dos proclamas de López Obrador, que heredó Claudia Sheinbaum, fueron “primero los pobres” y “acabar con la corrupción”. Logró resultados en reducir la pobreza, pero fracasó totalmente en eliminar la corrupción. No sé si su sexenio sea el más corrupto de la historia, pero la corrupción no disminuyó. No solo no la combatió, sino en varios casos, la ignoró y protegió a los responsables, Segalmex, el huachicol, el gasto sin control en el Tren Maya y la refinería y, sobre todo, propició la corrupción en el Ejército y la Marina.
Tuvo éxito en reducir la pobreza sin que creciera la economía y el empleo, según el Banco Mundial 12 millones de mexicanos salieron de la pobreza. Aumentó el salario mínimo y los programas sociales, pero el déficit del gobierno llegó a niveles peligrosos para la estabilidad de las finanzas públicas, dispuso de todas las reservas que había en los fideicomisos y aumentó en más de 7 billones de pesos la deuda.
Claudia Sheinbaum ya no cuenta con los recursos de los fideicomisos, su margen para aumentar el salario mínimo es mucho menor y ya no puede endeudar más al país, sin provocar una crisis financiera del gobierno. Para reducir la pobreza su única alternativa es hacer crecer la economía y el empleo y para lograrlo tiene que deslindarse de la imagen que dejó López Obrador con los empresarios.
En nuestro país la gran mayoría de la gente que nace pobre muere pobre, sólo 3 jóvenes de cada 10 que nacen pobres salen de la pobreza y los otros 7 seguirán siendo pobres toda su vida. Los apoyos sociales del gobierno pueden permitir a la gente salir de la pobreza extrema, pero no les dan ninguna posibilidad de ir más allá. Para que la gente tenga oportunidades, más allá del salario mínimo y los programas sociales, tiene que crecer la economía y el empleo y esto depende totalmente del sector privado.
La “Cuarta Transformación” y su “segundo piso” ya dieron lo que podían dar y le guste a Claudia Sheinbaum o no, su única alternativa, para que su sexenio no sea un fracaso, está en el sector privado y éste no va a invertir, mientras su gobierno y ella huelan a López Obrador.
Fuente: El Economista
KXL/RCM