• Un estudio revela que el 25 % de los jóvenes de 18 a 24 años enfrenta una situación de exclusión laboral y educativa, con un alarmante impacto en las mujeres, quienes en su mayoría realizan trabajos de cuidado no remunerados

 

Redacción / CAMBIO 22

Uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años en América Latina se encuentra en una situación crítica: no estudia ni trabaja de manera remunerada. Así lo ha revelado un informe presentado en el Parlamento Europeo, realizado por Ayuda en Acción y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). El panorama es aún más preocupante para las mujeres jóvenes, ya que más del 70 % de ellas están dedicadas exclusivamente a labores de cuidado, sin recibir ningún tipo de compensación económica.

El oficial de Asuntos Económicos de la Cepal, Andrés Espejo, advirtió sobre la precariedad laboral que enfrenta la juventud latinoamericana: “Los salarios de los jóvenes son mucho más bajos que los de los adultos, el 20 % recibe ingresos por debajo de la línea de pobreza”, señaló. Esto no se debe a una falta de preparación. De hecho, Latinoamérica cuenta hoy con una de las generaciones de jóvenes más formadas de su historia, pero la falta de oportunidades limita su acceso a trabajos bien remunerados.

Crisis silenciosa: uno de cada cuatro jóvenes en América Latina no estudia ni trabaja

El futuro incierto del empleo juvenil

El estudio sugiere que seis de cada diez jóvenes ocupados trabajarán en el sector de servicios, una industria donde la calidad del empleo está directamente ligada a la disponibilidad de puestos formales. Si el crecimiento económico no va a la par con la oferta de nuevos trabajadores, la región podría enfrentar un aumento en las tasas de desocupación e informalidad juvenil.

Desde Cepal, Espejo subrayó que estos escenarios preocupantes no son inevitables y que aún hay margen para tomar acción. “Es momento de actuar. Es fundamental implementar políticas públicas que impulsen la productividad y el crecimiento económico”, enfatizó.

Crisis silenciosa: uno de cada cuatro jóvenes en América Latina no estudia ni trabaja

Desafíos y soluciones: ¿cómo cambiar esta realidad?

El informe destaca varios retos estructurales que impiden mejorar la calidad del empleo juvenil en América Latina:

  • Alta informalidad laboral, con contratos precarios y sin acceso a beneficios.

  • Desigualdad de género, que mantiene a miles de mujeres en trabajos de cuidado no remunerados.

  • Falta de conexión entre la educación y el mercado laboral, lo que dificulta la inserción de jóvenes en empleos bien pagados.

Para enfrentar estos desafíos, Rafael De Dezcallar, director del Patronato de Ayuda en Acción, insistió en la necesidad de un cambio estructural: “Debemos replantear un modelo económico sostenible que incluya a los jóvenes de manera activa en la productividad”.

Por su parte, la eurodiputada Leire Pajín resaltó la importancia de una alianza estratégica entre Europa y América Latina para combatir la pobreza y reducir las desigualdades en el acceso al empleo y la educación. “Compartimos una forma de ver el mundo y de luchar contra la desigualdad. Esta alianza será clave para objetivos como la igualdad laboral y digital”, afirmó.

Crisis silenciosa: uno de cada cuatro jóvenes en América Latina no estudia ni trabaja

¿Un futuro esperanzador o más precarización?

A pesar de las preocupantes cifras, el informe también deja un mensaje optimista: si se implementan las políticas correctas, América Latina puede revertir esta crisis juvenil.

La clave está en mejorar la educación, fortalecer el mercado laboral y garantizar igualdad de oportunidades. Sin estas medidas, el riesgo de una generación atrapada en la inactividad seguirá creciendo, afectando no solo a los jóvenes, sino al desarrollo de toda la región. El tiempo para actuar es ahora.

 

 

 

Fuente: Gizmodo

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