• Sega patrocinó el inolvidable Gran Premio de Europa de 1993 en el que el brasileño dio una exhibición épica.

 

 

Redacción/ CAMBIO22

El debate alrededor de qué deportista fue el mejor en su disciplina puede ser eterno dependiendo del deporte en el que nos centremos. ¿Quién fue mejor, Maradona o Messi? ¿Ha superado ya LeBron James a Michael Jordan? Hay cuestiones difíciles de esclarecer, pero en la Fórmula 1 existe el acuerdo de que Ayrton Senna es una leyenda difícil de igualar.

El piloto brasileño falleció durante el Gran Premio de Italia a la edad de 34 años, pero a lo largo de su vida le dio tiempo a demostrar que no tenía rival con el volante en las manos. Tres campeonatos del mundo, dos subcampeonatos, un tercer puesto y tres veces en el tercer cajón del podio lo elevaron a la categoría de mito, el cual no dudaba en pisar el acelerador al máximo.

Toleman, Lotus, McLaren y Williams fueron los equipos en los que Senna dio auténticas lecciones de automovilismo entre 1984 y 1994 con 41 victorias, incluyendo seis inigualables en el siempre complicado circuito urbano de Montecarlo. Sin embargo, pocas vueltas más épicas se recuerdan como la que protagonizó en ​el Gran Premio de Europa en Donington Park el 11 de abril de 1993; o mejor dicho, el Gran Premio de Europa de Sega.

La compañía japonesa había puesto el dinero encima de la mesa de la FIA para patrocinar aquel evento sobre ruedas, lo que se tradujo en que toda la pista estuviese cubierta de publicidad de la marca. Por supuesto, un icono de la velocidad como Sonic también estuvo presente en las diferentes vallas, pero su protagonismo fue mayor durante la entrega de premios. Con todo, merece la pena prestar atención a la primera vuelta de Senna.

En la conocidad como “vuelta de los dioses” y considerada como la mejor que se haya podido presenciar en la Fórmula 1, el piloto le sacó todo el partido a su McLaren-Ford MP4-8 con motor V8. Partió desde la cuarta posición, teniendo por delante a los Williams de Alain Prost y Damon Hill y el Benetton de Michael Schumacher, y con condiciones de lluvia intensa. Bajo estas circunstancias, Senna comenzó a adelantar a todo el que se le ponía por delante, lo que le llevó a ganar la carrera con una suficiencia absurda, ya que le sacó 80 segundos a Damon Hill. Aquí debajo podéis ver aquella épica primera vuelta.

La proeza es de un tamaño colosal si consideramos que su vehículo era técnicamente inferior a los de sus rivales, pero también hay que tener en cuenta que Senna no adelantó precisamente a unos novatos. Además, también consiguió una vuelta rápida, la que a la postre sería la última que consiguió en la Fórmula 1. Así pues, su leyenda se acrecentó todavía y uno de los momentos estelares llegó cuando los tres pilotos más rápidos acudieron al podio para recibir sus correspondientes premios.

 

 

Fuente: Vida Extra

redaccion@diariocambio22.mx

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