El Despiadado Ritual de Asesinato Practicado en el Neolítico
17 Abr. 2024
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Una investigación reciente ha analizado entierros atípicos hallados en Europa, determinando que esta práctica violenta estaría muy extendida y formaría parte de rituales de sacrificio.
Redacción /CAMBIO22
existe un gran interés por el estudio de las prácticas comunes de los habitantes de la prehistoria, desde la aparición de los primeros homínidos y el legado que estos han dejado en nuestra sociedad a pesar la distancia temporal de más de 5.000 años que separa ambas épocas.
Abundantes evidencias arqueológicas indican que esta práctica que a día de hoy nos resulta tan impactante era muy extendida durante la prehistoria y la antigüedad en distintas partes del mundo, ya fuera como ofrenda a una deidad para pedir beneficios o como castigo individual, y son una parte fundamental para entender el funcionamiento de sus sociedades.
Un estudio reciente alrededor de esta temática ha puesto el foco en el continente europeo, descubriendo a partir de pinturas rupestres y restos humanos enterrados que un tipo de asesinato ritual conocido a día de hoy como incaprettamento ya era practicado por los primeros agricultores durante el Neolítico.
UNA PRÁCTICA HISTÓRICA CONECTADA CON EL PRESENTE
El incaprettamento es un tipo de homicidio por estrangulamiento con ligadura usado todavía en la actualidad por la Mafia italiana como castigo para los traidores. Durante este cruel ritual se ata al individuo de pies, manos y cuello con una cuerda tensionada y las piernas dobladas hacia atrás, causando que se estrangule a sí mismo si cede al movimiento natural de extender las piernas.
El hallazgo de los esqueletos de tres mujeres enterradas en esta posición dentro de un silo en el yacimiento francés de Saint-Paul-Trois-Châteaux, en el Valle del Ródano, cuyos restos óseos datan del Neolítico medio, ha llevado a los investigadores a estudiar casos similares en busca de patrones que puedan confirmar si se podía tratar de un ritual de sacrificio. Para poder determinarlo, se consideran los lugares y formas de entierro convencionales según la época y la ubicación, para luego detectar cualquier discrepancia.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, ha analizado un total de 20 casos que abarcan un lapso temporal de casi 2.000 años y cuya localización varía desde Europa del Este hasta el noreste de la Península Ibérica, concretamente encontrados en 14 ubicaciones distintas.
En este contexto, se ha observado que los entierros se llevaban a cabo en sitios campestres masivos que incluían multitud de fosas circulares en su extensión. En ellos se ha encontrado algunos esqueletos en una posición flexionada similar a la del incaprettamento y otras posiciones atípicas, que muestran signos de violencia, y que albergaban restos de ofrendas y objetos considerados ceremoniales
Escenas parecidas se han representado en el arte rupestre, como aquellas encontradas en la cueva de Addaura, que son comparables a los hallazgos de Saint-Paul-Trois-Châteaux por su posición característica del estrangulamiento homicida con ligadura.
Más allá de la propia posición corporal de los restos óseos, una de las primeras cosas que llamó la atención de los investigadores fue que los difuntos se habían enterrado en espacios alineados con los dos solsticios, otro indicativo de que la práctica estaba ritualizada y no era un simple acto violento.
UN HALLAZGO, MÚLTIPLES INCÓGNITAS
Las conclusiones de la investigación son varias, pero a la vez abren nuevas incógnitas que sólo un estudio de tipo antropológico y forense más específico podría resolver.
Por un lado, la práctica de estos sacrificios de características similares perduró en el tiempo y se extendió por un área geográfica bastante amplia, coincidiendo además con ubicaciones de asentamientos de comunidades agrícolas del Neolítico. Esto podría indicar una relación directa entre la práctica de la agricultura y los sacrificios humanos, probablemente vinculados a las ceremonias de la propia actividad agrícola y la protección de las cosechas.
Por otro lado, esta nueva información amplía el conocimiento sobre la práctica de rituales agrícolas compartidos por distintas culturas neolíticas europeas, especialmente alrededor de la sospecha de que estos involucraban predominantemente a la mujer, ya fuera por cuestiones ideológicas o jerárquicas. Estos complejos comportamientos prehistóricos, el motivo de su desaparición o reemplazo y su relación exacta con el presente, por ahora, siguen siendo un misterio.
Fuente : Historia