• Entre 2018 y 2024 la Sedena incautó 277 vehículos con blindaje artesanal

Redacción/CAMBIO 22

Después de una década desde que se comenzó a implementar el uso de narcotanques por los grupos delictivos que operan en el país, estos han dejado atrás un trabajo artesanal y comienzan a añadir nuevas características que lejos de que sean únicamente un vehículo donde se transportan miembros del los cárteles para enfrentarse con adversarios o las fuerzas del orden ahora son un instrumento táctico a la altura de los nuevos enfrentamientos por el control del territorio, revela InSight Crime.

El primer grupo criminal en usar un narcotanque fue Los Zetas, que se componía de desertores de las fuerzas armadas mexicanas al servicio del Cártel del Golfo, y que fueron vistos en la década de 2010, recuerda Alexei Chévez Silveti, analista y consultor en seguridad en México.

Los primeros vehículos del narco se caracterizaban por su construcción artesanal, utilizando placas de hierro con el único fin de proporcionar una capa de blindaje y proteger a los ocupantes, sin embargo, después de varios años estos han evolucionado “acorde a las fantasías y necesidades de las organizaciones criminales”.

De acuerdo con el especialista, con más de 15 años de experiencia en la capacitación de fuerzas policiales, los narcotanque que utilizan los grupos delictivos principalmente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han implementado nuevas características para sus combates: sistemas inhibidores de señales para los drones, objetos para perforar neumáticos o ponchallantas, torretas para colocar fusiles, cámaras de circuito cerrado para tener una visión 360 grados y en los que pueden transportar hasta 10 sicarios.

A la par, Alexei Chévez cuenta que surgió una nueva generación de los también llamados monstruos, una variante más ligera, a los cuales equipan con aceros ligeros que tienen un fin diferente a los narcotanques, pues buscan que sean más móviles y más operativos, pero que en lugar de ofrecer una ventaja estratégica intentan enviar una mensaje a sus enemigos.

“Cada organización criminal quiere demostrarle el éxito a sus competidores y ahí es donde empiezan las deformaciones, porque ya no es qué tan utilitarios pueda ser, sino qué tan impresionantes pueda verse. Se volvió un símbolo de estatus para las organizaciones criminales. Ese tipo de blindajes resiste ataque de la policía, mas no resiste la capacidad de fuego del ejército mexicano”, explicó.

El experto asegura que algunos de estos vehículos ligeros son aquellos que roban los grupos criminales, tal como se ha visto en Culiacán, donde miembros de la Mayiza y los Chapitos están robando vehículos que después son modificados.

Sobre cómo los grupos criminales se hacen los materiales necesarios para equipar su vehículos, Alexei Chévez reveló que las placas de acero balístico son importados ilegalmente de Estados Unidos, mientras que los cristales son más complicados de conseguir derivado a las regulaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional, además que las empresas legalmente constituidas están perfectamente identificadas.

Por lo anterior, el costo de un narcotanque o sus derivados podría llegar hasta los 2 millones de pesos, un equivalente a 100 mil dólares.

En un analisis realizado por el Centro de investigaciones en seguridad nacional InSight reveló lo anterior y lo detalla así:

Más que una leyenda en el mundo del crimen organizado, el uso de narcotanques en las confrontaciones entre grupos criminales en México está creciendo, y las innovaciones tecnológicas los hacen un arma simbólica y táctica en el terreno de batalla.

Este tipo de vehículos suelen ser camiones, tractores o camionetas adecuados en talleres clandestinos con placas de acero, torretas para disponer armas largas, visión periférica, entre otras tecnologías, para posteriormente ser entregados a grupos criminales.

Los Zetas, un grupo nacido de desertores de las fuerzas armadas mexicanas al servicio del Cartel del Golfo, fueron los primeros en utilizar este tipo de vehículos a comienzos de la década de 2010.

Hoy en día, diferentes grupos criminales los utilizan en sus confrontaciones armadas. En Sonora, habitantes han denunciado la presencia cada vez mayor de este tipo de vehículos, específicamente tras las recientes confrontaciones entre células criminales asociadas al Cartel de Sinaloa. En septiembre, las autoridades incautaron varios de estos vehículos y allanaron talleres clandestinos en donde eran ensamblados en Pitiquito y San Luis Río Colorado. Además, El Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cartel del Golfo y el Cartel del Noroeste también usan estos vehículos, ya sea para enfrentarse a las autoridades o a enemigos criminales.

Entre enero de 2018 y junio de 2024, la Secretaría de la Defensa Nacional de México (Sedena) incautó 277 vehículos con blindaje artesanal —o narcotanques— según datos solicitados por InSight Crime. Los estados que encabezan las aprehensiones de este tipo de vehículos son Tamaulipas (153), Michoacán (33), Jalisco (25) y Sonora (21).

InSight Crime habló con Alexei Chévez Silveti, analista y consultor en seguridad en México y quien ha capacitado a las fuerzas policiales y al sector privado desde hace 15 años, sobre cómo ha evolucionado el uso de los narcotanques en México.

InSight Crime (IC): ¿En qué momento comenzó a verse el fenómeno del uso de los narcotanques en México?

Alexei Chévez (AC): Los Zetas fueron los primeros que utilizaron estos este tipo de vehículos con una mentalidad orientada hacia lo militar, aunque dirigida a actividades criminales. Tenían talleres locales contratados para modificar camionetas, para poner droga y llevarla a Estados Unidos. Luego, estos talleres fueron utilizados para hacer modificaciones a este tipo de camionetas para que pudieran llevar un blindaje y proteger a los ocupantes.

Empieza de una manera muy artesanal, con placas de acero y de ahí viene evolucionando acorde con las fantasías y necesidades de las organizaciones criminales.

IC: ¿Cómo han evolucionado estos vehículos en el marco de las confrontaciones entre grupos criminales en México?

AC: Estos vehículos blindados, sobre todo los que trae el CJNG, que siempre han sido famosos por innovar en técnicas y tácticas. Empiezan a ser más grandes, pero sobre todo empezamos a ver un salto muy importante en tecnología. Los últimos vehículos que se les han asegurado traen sistemas inhibidores de señales para los drones, objetos para perforar neumáticos o ponchallantas, pueden transportar de 8 a 10 de sus elementos, traen en torretas donde les puedes poner una plataforma de fusiles y cámaras de circuito cerrado de televisión que les permiten tener visiones hasta de 360 grados dentro del vehículo.

Esta es la nueva generación y lo que ha detectado la Sedena es que vienen con nuevos aceros mucho más ligeros, lo que representa una evolución reciente de este tipo de vehículos.

Además, la gran ventaja que tienen es que los roban. Son vehículos robados que están convirtiendo en vehículos monstruo ligeros. Llevan un blindaje ligero y son mucho más móviles, mucho más operativos. Definitivamente hay una gran importancia en lo que está sucediendo y tiene que ver con el deterioro de la seguridad en muchos estados de México. Si vemos los cientos de vehículos que han robado en Sinaloa en este mes, específicamente en Culiacán, te das cuenta de que ni siquiera necesitan comprarlos. Los roban, los modifican y las desechan.

Lo que vamos a ver en el futuro va a ser más de este tipo de vehículos ligeros, robados, reconvertidos a unidades monstruo que ya ni siquiera le cuestan al crimen organizado.

IC: ¿Qué mensaje da el uso de los narcotanques en el marco de la confrontación armada?

Inicialmente, estos vehículos fueron concebidos con fines militares. Pero, por el grosor de las placas de acero, se volvieron vehículos muy pesados. Esto hace difícil que los motores, la caja de transmisión y la suspensión aguanten este peso, sobre todo por el tipo de terrenos donde circulan. Por eso, estos vehículos empezaron a ser ineficientes.

De ahí, otras organizaciones criminales lo empiezan a ver más como una manifestación de poder. Cada organización criminal quiere demostrarle el éxito a sus competidores y ahí es donde empiezan las deformaciones, porque ya no es qué tan utilitario pueda ser, sino qué tan impresionante pueda verse. Se volvió un símbolo de estatus para las organizaciones criminales. Ese tipo de blindajes resiste ataques de la policía, más no resiste la capacidad de fuego del ejército mexicano. Y normalmente son las fuerzas armadas las que están combatiendo este tipo de vehículos. Entonces, no es algo que te pueda dar alguna ventaja específica, estratégica o táctica contra las autoridades, sino un mensaje contra los enemigos.

IC: ¿Cómo están accediendo a esos materiales para intervenir esos vehículos?

AC: Es muy difícil conseguir material para blindar los camiones. El blindaje de una camioneta cuesta aproximadamente dos millones de pesos mexicanos, equivalentes a unos US$100.000. ¿Por qué es tan caro? Porque las placas de acero balístico que se usan para el blindaje están muy reguladas por la Sedena.

Por su parte, el cristal del parabrisas, que es la parte más delicada, es difícil de conseguir de manera legal, por eso estamos viendo que cada vez es más reducido el espacio de visibilidad de estos vehículos.

El acero que han encontrado dentro de estos nuevos vehículos es un acero militar que cumple con una norma específica para el blindaje de vehículos militares norteamericanos. Este tipo de aceros los están importando ilegalmente desde Estados Unidos para esta nueva generación de vehículos mucho más eficientes y mucho más ligeros.

La fabricación de elementos para blindaje en México está muy regulada. Hay una asociación de blindadores que están perfectamente identificados. Aun así, hay otras empresas legalmente constituidas en el país que no entran dentro de este esquema y que pueden importar este tipo de aceros con la excusa de que es blindaje balístico para el hogar o para negocios. Es muy probable que empiecen a meter este tipo de aceros y de cristales a través de estas empresas.

IC: ¿Cómo se puede frenar el suministro de elementos para adecuar narcotanques?

AC: El problema principal que tenemos es la cercanía con Estados Unidos. Si los grupos criminales pueden importar clandestinamente armamento, municiones y equipos especiales para sus sicarios, es mucho más fácil importar aceros o cristales porque normalmente no es algo que veamos como peligroso

 

Con datos de Insight Crimen/Infobae/Sistema de Noticias CAMBIO 22

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