El Conocimiento del Pueblo Maya ante el Impacto de Megaproyectos, Entre Ellos, el Tren Maya, Una Entrevista con Bernardo Caamal

• Necesariamente Incómoda, pero cuidar las selvas de Quintana Roo, es cuidar el agua y de interés para todos

Graciela Machuca Martínez / CAMBIO 22

Bernardo Caamal, agrónomo con más de 30 años de experiencia y con abuelos, oriundos de Dzulá y de la región de de Tinúm (Yucatán), quien nos compartió en entrevista, sus experiencias y entrelazó sus raíces mayas, su investigación sobre el Xok k’iin (cabañuelas) y de la preocupante situación ambiental en la Península de Yucatán. Agrónomo desde hace más de 30 años, egresado de la Universidad Autónoma Chapingo. Después regresó a tierras peninsulares. “Yo soy maya de origen, pero muchos mayas se van a otro lado, pues en mi caso regresé a trabajar”, explicó al inicio de la conversación. Su regreso a sus tierras no fue solo por motivos profesionales, sino por una profunda conexión con su herencia cultural y el conocimiento ancestral. Esta conexión se manifiesta en su estudio del xok k’iin, un sistema de predicción meteorológica tradicional maya y de interés para las milpas.

Su interés por el Xok k’iin, según Caamal, nace de su propia historia familiar. Esto obedece a mis orígenes… mi bisabuelo… se habla de que vino “del Oriente” … son los que arribaron acá en la zona cercana a Carrillo antes o durante el movimiento social… Su bisabuelo se integró a los centros ceremoniales de esta región, y su legado se transmitió a través de generaciones, incluyendo a su abuela, quien le enseñó sobre el manejo de las semillas y la influencia de la luna en la agricultura. “Mi abuela me platicaba mucho que su papá le servía a los centros ceremoniales… Y entonces la última… quienes se escaparon de la última invasión, la última documentada después de los años 30 en la zona de Dzulá… los que se escapan de ese movimiento fueron mis… mis bis abuelos y mi abuela”. Esta experiencia familiar, marcada por la huida de la violencia, le inculcó la importancia de la supervivencia y el conocimiento ancestral para enfrentar las adversidades, incluso del temible efecto de las sequías. “Cuando algunas partes de la Laguna Kaná se secó… su papá hacía su milpa y la siembra de sus hortalizas al lado de esa laguna, sembraba de todo y tenía sus abejas, hacía de todo. Y entonces me hablaba mucho de los conocimientos antiguos del monte”.

La experiencia de vivir dos años de sequía (1976-1977) en el rancho de “San Lorenzo” ubicado entre la comunidad de Tabasquito y San Felipe Oriente, una zona limítrofe con Yucatán fue crucial en su decisión de estudiar agronomía en Chapingo. “Vivía en carne propia… esa falta de alimento, falta de cosecha”. Sin embargo, su formación académica no lo alejó de sus raíces, sino que le permitió articular su conocimiento científico con el saber tradicional. Aprendió a escuchar para entender la lógica de sus abuelos y abuelas, “de la gente de las comunidades”.

La radio se convirtió en un puente para conectar con las comunidades mayas y entender la percepción del Xok k’iin. “En los años 90 veía mucho, la migración era muy terrible, y en esos años se hablaba de que los pronósticos de las cabañuelas ya no servían para quienes trabajan la tierra, porque no cumplía sus predicciones, y de esto escuchaba en esos años, de parte de lo milperos más jóvenes, pero con mayor énfasis de funcionarios e investigadores de dependencias del gobierno, incluso en esos años solían publicar en los medios de comunicación “son conocimientos que ya dejaron de funcionar”. Para contrarrestar esta visión negativa, no solo trabajó su servicio social en 1994 desde la radio de la Universidad y cuyas producciones lo trasmitía en la radio XEPET, y finales de 1996, Caamal creó la serie radiofónica “Arux K’at” (El Duende del Mahyab). “El Arux iba a comunidades… hago grabaciones de los diversos temas de interés de las comunidades mayas y de sus milperos, y eso en la dramaturgia de Arux incorpora esas voces y la gente se escuchaba… Yo era el influencer de ese entonces, la gente me escuchaba y me compartía su sentir”

A través de “Arux”, pudo interactuar con la gente, recopilar información y cuestionar públicamente esa desconfianza en el conocimiento tradicional. “Y yo le preguntaba a la gente… ¿por qué dicen que ya no funciona?… ¿por qué no crees en tu conocimiento?”. Sus investigaciones revelaron que el problema no radicaba en la ineficacia de las cabañuelas, sino en la falta de transmisión intergeneracional y la falta de seguimiento sistemático. “Me doy cuenta que no hay seguimiento… la gente de mayor edad ya no lo está socializando. Segundo, tampoco lo está aplicando de acuerdo a las lógicas productivas actuales. Tercero, está muy endeble porque al no compartirlo, al no socializarlo, se pierde”.

Su investigación, que inicialmente arrojaba una precisión del 10-15%, evolucionó significativamente con el tiempo con el acompañamiento del Colectivo Xook k’iin. “Ahora, a lo que ya encontramos en pleno 2025, a 20 años de forma oficial, hemos encontrado que hemos caminado cerca del 70% del pronóstico a la realidad”. Este avance, según Caamal, demuestra la validez del conocimiento maya ancestral. “Lo que me está demostrando… que el conocimiento maya… esta cultura de hace más de 3000 años, a pesar de “la carencia de suelos” tuvo que dominar todo el proceso tecnológico y climático y todo el que implica la semilla, suelo para poder generar los alimentos y de vital importancia para el desarrollo cultural de la civilización”.

El colectivo Xook k’iin, grupo de investigación, conformado por campesinos, jóvenes y otros interesados, con el avance del trabajo territorial, del concepto de las Cabañuelas como concepto europeo, recuperaron el nombre del antiguo sistema de predicción climática como “Xok k’iin”, que significa de forma literal como “leer en el sol” pero en realidad, es “leer a la vida y sus pronósticos de la vida”. “Ya es el nombre oficial que tiene nuestro colectivo desde hace dos décadas. Porque el concepto de Xok k’iin, realmente no significa leer al sol, sino que a la vida misma”. Este nuevo nombre refleja la evolución del estudio, que ahora incluye la propuesta metodológica desde el año 2015, con la clasificación de bioindicadores, como el comportamiento de ciertos animales. “Ahora con la clasificación de bioindicadores, le llamamos de corto plazo, aquellos animalitos de vital importancia escucharlos para planear nuestras actividades cotidianas de la milpa”.

Los logros del estudio, después de más de 20 años, son significativos. “La primera… los medios masivos de comunicación ya dejaron de hablar de que las “Cabañuelas” no son funcionales en el territorio. Porque a través de estos años hemos demostrado como colectivo de inicio la vigencia del conocimiento”. Existe y está documentada y cada año nos enfrentamos a la denostación de quienes no lo ven de utilidad, pero a pesar de eso hemos publicado nuestros resultados en los espacios de quienes nos apoyan en esta tarea comunitaria y en las radios en maya, que transmiten en la península de Yucatán, como la radio XEPET “La Voz de los Mayas” XEXPUj “La Voz de la Selva “ y la XHNKA “La Voz del Gran Pueblo”.

El trabajo del colectivo ha trascendido fronteras, presentándose en Perú, Estados Unidos, Guatemala, Belice, Francia y España. “Hemos presentado en diferentes países… en México lo hemos presentado en la UNAM, Universidad Autónoma Chapingo, UADY, UIMQROO y en otras universidades… y de igual forma, hemos ido con diversos colectivos y grupos campesinos y además hasta en las radios”. Sin embargo, Caamal también expresa su preocupación por la situación ambiental en la región, especialmente en relación a la puesta en marcha de diversos megaproyectos que promueven la tala de la gran masa forestal de la península, incluso el arribo de empresas que solo “desean sacarle el jugo a la tierra” a pesar de la contaminación, y ahora con mayor énfasis con la llegada del Tren Maya. “Este punto es doloroso porque por doquier se observa como la tierra que está en dominio de los milperos pasa a los grandes latifundistas y con proyectos ajenos a cuidar el agua, la fauna y de los recursos naturales… a pesar de los peligros que representan estos proyectos, reina el silencio y la pasividad ciudadana”.

Desde hace varias décadas, muchos de esos proyectos “que crean empleos y que contaminan a la vida” en tierras peninsulares, sus resultados están a la vista, desde el alto grado de la contaminación de los cenotes, playas, olas de calor, y ahora con la llegada del sargazo que amenaza al sector turístico en la Riviera Maya.

Sin embargo, la llegada de otras empresas y otros actores que “promueven el desarrollo” en tierras mayas se acentuó más con la construcción del Tren Maya, según el Arux, tal como la comunidad maya, le llaman a Caamal, evidencia una falta de conexión entre la población y su entorno natural. “Esta relación hombre naturaleza, ¿En qué momento se perdió?… porque no todo el mundo piensa que su dinero viene de la Riviera Maya y que viene del turismo y se equivocan porque con el COVID… tuvieron que ir a sus comunidades… para sobrevivir”. Menciona ejemplos de resistencia con los apicultores de Campeche, pero destaca una pasividad generalizada. “Es más, tan que no lo sienten suyo, muchos están de una manera fragmentados… muchos milperos que están trabajando con el gran capital… dice, ‘Pues yo, con que obtenga la lana, no me importa los químicos que ponga y ni siquiera piensa en su salud y de los suyos'”.

Esta falta de conciencia, según él, pone en riesgo la biodiversidad y los recursos naturales, incluyendo la apicultura. “La apicultura… esta abejita que cuya miel proveniente de una gran diversidad de árboles como el ts’its’ilche’, jabín, entre otros y que le dan “esa marca a la miel maya” y que cosecha el monte sin talarlo… Pero esta abejita está condenada ya a un terrible momento… las abejas ya “son fumigadas” con el dinero del gran capital y luego ya no encuentran la diversidad de árboles”. La quema de basureros y la contaminación ambiental agravan la situación.

Para el Arux, el Tren Maya y megaproyectos similares solo evidencian la falta de conciencia ciudadana frente a la devastación ambiental causada por el gran capital. “El gran capital está despierto y los ciudadanos en este momento no están. Y está arrasando con todo lo que se puede llamar vida, y cuando no haya agua de calidad para consumo, el turismo y los ciudadanos ¿Dónde obtendrán lo que necesitan para consumir?”.

Hace un llamado a la reflexión sobre la importancia de la conexión con la naturaleza y la preservación del conocimiento ancestral para un futuro sostenible.

La crisis alimentaria en la Península de Yucatán: un llamado a la conciencia y la producción local.

El Arux, alertó sobre la preocupante situación alimentaria en la Península de Yucatán, enfatizando la necesidad urgente de un cambio de paradigma en la producción y el consumo de alimentos. Su principal preocupación radica en la vulnerabilidad de los suelos cársticos de la región, donde el agua se filtra rápidamente, haciendo crucial la diversificación de cultivos para asegurar el acceso al agua y evitar la contaminación del suelo. El monocultivo, según el Arux, es una práctica insostenible que debe ser abandonada, y el consumidor debe apoyar en esta tarea adquiriendo productos o alimentos “hechos con ese matiz agroecológico”.

También abordó el tema de los transgénicos, particularmente el maíz fumigado con herbicidas. Destacó los efectos tóxicos de estos productos en la salud humana, vinculándolos directamente con el aumento de enfermedades como la diabetes y el cáncer. Criticó la falta de conciencia sobre lo que se consume, instando a la población a cuestionar el origen de sus alimentos y a rechazar los productos transgénicos. La falta de producción local fue identificada como un problema grave, con la mayoría de la población desconociendo la procedencia y composición de sus alimentos.

Como ejemplo de la relación entre alimentación y longevidad, el Arux, citó el caso de las abejas: la abeja reina, alimentada con jalea real, vive cerca de 5 años, mientras que las obreras, con una dieta de polen y miel, viven solo 45-50 días. Esta analogía sirve para ilustrar la importancia de una alimentación consciente y la elección de alimentos saludables. Bernardo abogó por la defensa del patrimonio alimentario local, promoviendo la producción propia, el conocimiento ancestral y la lógica campesina en el cuidado de los recursos.

Finalmente, el Arux alertó sobre las lluvias irregulares pronosticadas para este año 2025, especialmente en las comunidades de Felipe Carrillo Puerto (Quintana Roo) y en otras regiones del territorio penínsular, donde la falta de precipitaciones regulares están generando serios problemas en la siembra. Esta situación, según él, subraya la importancia de trabajar con semillas adecuadas y conocimientos tradicionales para asegurar la producción alimentaria a pesar de las adversidades climáticas. Su propio trabajo consiste en compartir información sobre pronósticos climáticos de la región, cuidado de las abejas y técnicas de siembra con grupos de campesinos y a través de los medios de comunicación que acompañen a la comunidad maya.

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