El Cártel No Ha Muerto
28 Ago. 2025
Jorge Fernández Menéndez/Redacción/CAMBIO 22
Ayer, decía el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, que el Cártel de Sinaloa no se ha extinguido con las caídas de El Mayo, El Chapo y otros personajes, ya que sigue habiendo células y líderes que no han sido detenidos, aunque la fuerza del cártel ha sido mermada.
Tiene toda la razón: el cártel no se ha extinguido, pero sí ha quedado descabezado. Ahí siguen en la lucha interna Iván Archivaldo Guzmán y su hermano Alfredo, enfrentados con Ismael Zambada Sicairos, hijos de El Chapo y El Mayo, respectivamente. Pero hay mucho más: siguen participando en esa lucha grupos muy poderosos como los Salazar, los rusos, los de Caborca, los grupos descendientes de los Beltrán Leyva, que encabeza El Chapo Isidro y otros involucrados en esa guerra, incluyendo Aureliano Guzmán, El Güano, el hermano de El Chapo que no queda claro cómo está alineado.
Pero, por sobre todas las cosas, está el CJNG que, con una alianza tácita con Los Chapitos, se está quedando con sus territorios y se ha convertido ya en la principal organización criminal del país. Hoy el CJNG está controlando buena parte de Chiapas, Michoacán, Colima, Guerrero, por supuesto Jalisco y Nayarit, y en el golfo Tabasco, y Veracruz, tiene presencia en Tamaulipas vía sus aliados, al igual que en Quintana Roo y Coahuila, al tiempo que ha apostado todo, aprovechando los enfrentamientos de los grupos que tradicionalmente controlaron esa plaza, a tomar Ciudad Juárez, algo así como la joya de la corona.
También se dijo ayer que no había información de que policías, militares o políticos estuvieran involucrados con el Cártel de Sinaloa y siendo investigados. En realidad, es imposible que no los haya, del pasado lejano, del cercano y del presente. Al contrario, siguiendo el propio razonamiento del secretario de Seguridad es imprescindible seguir la lucha contra los cárteles porque éstos reciclan estructuras, líderes y vuelven a crecer a partir de esas redes.
Por eso mismo se deben romper las tramas de protección y complicidad, precisamente porque si éstas se mantienen, siempre habrá grupos que renazcan y líderes que retomen las actividades. ¿Alguien puede creer que en Sinaloa, Tamaulipas, Sonora, Guanajuato, Michoacán, Colima, Jalisco y en muchos otros estados no hay políticos, policías ni funcionarios corrompidos?

Por eso renacieron organizaciones que ya habían sido derrotadas. En 1997 murió asesinado por los médicos que lo operaron en un hospital de Polanco, Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, quien controlaba buena parte del narcotráfico en todo el país. Luego de un corto periodo, su espacio comenzó a ser ocupado por un grupo originalmente menor, el Cártel de Sinaloa, que desde entonces encabezaron El Mayo Zambada y El Chapo Guzmán, que estaba preso desde 1993 y que se fugó de Puente Grande en 2001, en las primeras semanas del gobierno de Vicente Fox. El tercer integrante, un personaje central en las historias del crimen organizado durante años, era Juan José El Azul Esparragoza, que se supone murió de causas naturales en junio de 2014.
Con ellos rompieron los hermanos Beltrán Leyva y el Cártel de Juárez, que encabezaba Vicente Carrillo, que se aliaron con Los Zetas. Los tres grupos fueron derrotados por los de Sinaloa y por las autoridades, quedaron descabezados y divididos en varias células, pero como no se rompieron las redes de protección que los apoyaban y se implementaron políticas equivocadas, sobre todo el sexenio pasado, se pudieron recomponer y ya se han recuperado, quizá con menos fuerza que en el pasado, pero con gran capacidad operativa. Lo mismo sucedió con La Familia Michoacana y con el propio Cártel Jalisco Nueva Generación, que aprovechó los espacios que habían quedado después de la muerte de Nacho Coronel para convertirse en un grupo hegemónico en la región y con presencia cada vez mayor en el resto del país.

Por eso, las redes de protección deben romperse y no resulta creíble que no haya prueba alguna de que un político, militar o policía haya recibido en 30 años un soborno, como dijo la presidenta Sheinbaum. Sencillamente no es creíble. La pregunta es, si se están buscando esas pruebas, ¿hasta dónde se quiere y se puede llegar? Y si se va a investigar.
Lo frágil de esta argumentación se demostró otra vez con el intento de seguir equiparando a García Luna con El Mayo Zambada, el narcotraficante más importante que ha habido en América Latina durante 30 años. No tiene sentido: viendo sólo los datos que ayer mismo presentó García Harfuch sobre las operaciones realizadas, con la destrucción de mil 300 laboratorios de fentanilo y drogas sintéticas, se demuestra el poder que tenían El Mayo y los otros líderes del Cártel de Sinaloa. Cada decomiso es una acusación al pasado.

LAS PROPIEDADES DE NOROÑA
El escándalo que suscitó la casa de Gerardo Fernández Noroña, de 12 millones de pesos, que el líder del Senado se compró en Tepoztlán está más que justificado. En los pocos años que lleva en la Cámara alta, Fernández Noroña se ha podido hacer de una segunda vivienda en Tepoztlán, tiene o renta otra en la CDMX donde vive, que dice que compró con un crédito personal. Si fuera un crédito hipotecario a 20 años en BBVA, las mensualidades por 12 millones de pesos serían superiores a los 120 mil pesos cada mes, todo el salario que tiene Fernández Noroña en el Senado, además tendría que haber dado alrededor de 20% de adelanto, 24 millones de pesos. Hace unos años decía que vendía libros para sobrevivir, hoy dice que no tiene porqué justificar dónde y cómo vive.
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