Redacción/CAMBIO 22

Es cada vez más frecuente que escuchemos de distintos tipos de extorsiones y fraudes mediante aplicaciones y las mismas redes sociales, los correos electrónicos o llamadas telefónicas. Pero en este caso, en Twitter se ha denunciado un tipo de extorsión que usa Telegram —y el famoso código QR— para acechar a jóvenes.

Sí, se trata de un modus operandi que recurre a la creación de un grupo en Telegram, donde se comparte contenido sexual sin el consentimiento de las personas que aparecen en las imágenes y después son buscadas para iniciar el chantaje y el posterior robo de datos personales.

Todo empieza con un Código QR: Las extorsiones por ‘nudes’ en Telegram

Recién en redes se denunció un chat en Telegram —bajo el nombre de ‘Quemones y Extorsiones’ y con 138 integrantes— que compartía contenido sexual de jóvenes sin su consentimiento.

El contenido iba desde fotos (nudes) hasta un poco de los datos de las jóvenes. Sin embargo, esta dinámica —tipificada por ley o, bueno, sancionada— no se quedaba ahí.

En general, la cadena de extorsión en este modus crece una vez que las jóvenes son contactadas en otras plataformas como WhatsApp, con mensajes para supuestamente advertir de lo que sucede en el chat de Telegram.

Junto con este mensaje de advertencia se comparte un código QR —sí, el cuadrito de barras— para poder entrar al otro grupo y ver lo que sucede.

Y es aquí donde la cadena de extorsión cumple su propósito, si es que una persona decide darle clic y escanear el código QR. ¿La razón?

En realidad lo que hace este código QR es robar información personal de las usuarias —o los usuarios—, como sus contactos.

Esta dinámica ya había sido reportada meses atrás, aunque bajo otro escenario, por ejemplo en servicios de comida o promos que llegaban a los números de la gente —hasta la Profeco lanzó una advertencia y recomendaciones para evitar caer en el robo de datos mediante el QRljacking y QRishing, dos maneras de robar información mediante el escaneo de códigos QR.

(En los dos casos los hackers se infiltran y consiguen info del usuario como contactos, archivos, chats y datos personales, que suelen ser usados para extorsionar a otras personas o hasta robar las cuentas del usuario).

En cuanto al chat de Telegram (donde se compartían nudes sin consentimiento), lo que sabemos, gracias a las denuncias, es que el grupo fue suspendido —y que este caso expone tanto la violencia digital dirigida hacia las mujeres como el mecanismo de extorsiones mediante plataformas.

Por lo pronto, la recomendación sigue siendo la misma, si no conocen la dirección o el número de donde les escriben o les parece sospechoso, no den clic ni escaneen nada —y en un caso como lo que pasó en Telegram, pueden recurrir a la policía cibernética, las fiscalías o al Consejo Ciudadano, que suele dar atención a este tipo de casos, en la línea de seguridad 55 5533-5533.

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