El Amor de los Presidentes de México: Díaz Ordaz y su Romance con “La Tigresa”
4 Ene. 2023Redacción/CAMBIO 22
Gustavo Díaz Ordaz es uno de los exmandatarios mexicanos más polémicos de recordar, debido a su participación en la masacre que se suscitó en Tlatelolco, derivada del Movimiento Estudiantil de 1968; sin embargo, además de ser juzgado por la población por su actuación como titular del Ejecutivo Federal, también ha sido recordado por el romance que mantuvo con una de las más importantes actrices de los años sesenta, mientras se encontraba casado con Guadalupe Borja Osorno.
Sin embargo, el escándalo fue mayor debido a que, tras los fatídicos hechos en la Ciudad de México, comenzó el rumor de que la salud de la entonces primera dama del país se comenzó a deteriorar, tanto así que su hija mayor la suplió en algunos eventos oficiales del Estado mexicano, versión que se confirmó años más tarde con el libro La suerte de la consorte que escribió Sara Sefchovich. Antes de todo el escándalo, la pareja se había consolidado como una que representó la estabilidad que toda familia mexicana debería de aspirar, debido a que arribaron a Los Pinos a punto de cumplir 30 años de matrimonio e, incluso, con nietos, por lo que representaban el desarrollo que el priismo quería impregnar en la memoria colectiva.
El matrimonio presidencial se conoció cuando el militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) estudiaba Derecho en la Universidad Autónoma de Puebla y era amigo de Guillermo Borja, hermano de Guadalupe.
La relación entre las familias comenzó a aumentar, pues los hombres abogados estudiaban juntos y, de acuerdo a algunas anécdotas, un día confesó su gusto por la que más tarde sería su esposa cuando le llevó serenata.
Cinco años duró el “cortejo”, el cual culminó con una boda religiosa en la parroquia de San Cristóbal de Puebla en 1937. Se menciona que durante los primeros años de su vida como familia se quedaron a vivir en la entidad del centro del país, debido a que él se desempeñó en algunos cargos del gobierno local.
Fue hasta pasados los años cuarenta cuando se mudaron a la Ciudad de México, debido a que Díaz Ordaz comenzó a obtener puestos en las cámaras del Congreso de la Unión; aunque fue hasta 1958 cuando obtuvo su mayor cargo al ser nombrado secretario de Gobernación en el sexenio de Adolfo López Mateos y, posteriormente, se convirtió en Presidente de la República.
Fue en los últimos años del mandato del priista, en la década de los sesenta, que se destapó una supuesta infidelidad del mandatario con una de las actrices más famosas de la época: Irma Serrano La Tigresa.
De acuerdo a lo que se relató en el texto de Sefchovich, la relación se intensificó tras las presiones que comenzaron a darse tras el crimen de Estado de Tlatelolco, mientras la salud de la primera dama comenzaba a deteriorarse.
Años más tarde, Irma Serrano en sus memorias recordó un poco de su romance con el expresidente, el cual le resultó “más atractivo” con el paso del tiempo, ya que reconoció que el físico no era la principal característica del mandatario, pero que su intelecto era la mayor virtud del político poblano.
“Aquel personaje era un don nadie pero llegó a ser el gusano mayor para regir los destinos del país durante seis años. Descubrí que era más atractivo de lo que me imaginaba, no de su físico del cual han hecho tantas bromas, sino por su intelecto. Tiene una personalidad un tanto especial: es simpático, duro a veces, determinante y necio igual que yo”, se pueden leer en las memorias de la actriz.
Sin embargo, reconoció que no solo fue una infidelidad, sino que llegó a desarrollar sentimiento hacia él y, contrario a lo que se decía, él también la quiso: “Sí, lo quise mucho; él me quería mucho, me consentía mucho, nunca me prohibió o me dijo ‘no hables de mí’”.
El romance también se volvió popular debido a los regalos que recibió la histriona, artículos que eran propiedad del Estado mexicano; no obstante, Serrano los rechazó. Entre ellos estuvo la cama que perteneció a Carlota, esposa de Maximiliano de Habsburgo, la cual actualmente puede ser observada en el Castillo de Chapultepec.
Pese a los datos ilíticos del romance, La Tigresa también recordó que presuntamente Borja Osorno al enterarse del romance pidió al titular de Gobernación, Luis Echeverría, boicotear los proyectos donde ella estuviera presente, como lo fueron películas, discos y apariciones en televisión.
Ante todo lo anterior, la también cantante se decidió a llevar serenata a Los Pinos para contar su verdad del romance; sin embargo, el presidente Díaz Ordaz salió de la residencia a impedir tal acción, situación que molestó a Serrano quien bofeteó al priista con lo que concluyó su romance.
Fuente: Infobae
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