Caty Monreal /CAMBIO22

La Ciudad de México es una anomalía geográfica, y, por lo tanto, requerimos de soluciones únicas como las iniciadas por la Dra. Claudia Sheinbaum para enfrentar este tema. El agua debe ser prioridad.

Cuando el Organismo de Cuencas del Valle de México (OCAVM) empezó a hablar del “Día Cero” lo hizo como una estrategia mediática para resaltar la importancia del tema del agua en la Ciudad de México. La figura del “Día Cero” es una metáfora que se ha usado para diversas ciudades como Monterrey y Ciudad del Cabo, Sudáfrica para conversar del momento en que las ciudades enfrentan una escasez recurrente del vital líquido. Esto llevo por ejemplo a la Ciudad del Cabo racionamientos extremos, en que se le asignaba 48 litros de agua por persona por día. El “Día Cero” por lo tanto, es hablar de que llegar a una cultura sustentable del agua no puede esperar.

Este tipo de metáforas no ayudan al objetivo del OCAVM de darle prioridad al buen uso y manejo del agua en nuestra Ciudad. Creo incluso se podría caer en una “indefensión aprendida” para la ciudadanía. El tema del agua es una constante en la CDMX. Esto en parte tiene que ver con la complejidad de la capital: una ciudad fincada en un lago, a 2,240 metros de altura sobre el nivel del mar. No existe ciudad en el planeta a esta altura con este nivel de población y extensión territorial. La Ciudad de México es una anomalía geográfica, y, por lo tanto, requerimos de soluciones únicas para enfrentar este tema.

Sí. Enfrentamos una sequía de años en todo el país. Esto le pega a una mega urbe con necesidades extensas de agua. Pero además está el problema de que parte del agua de la Ciudad de México se termina perdiendo por fugas pese a los esfuerzos de los últimos años de la administración capitalina, todavía falta hacer más sinergia con la ciudadanía. Todo esto debe enfrentarse y atenderse en forma coordinada. El Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) debe mantener su modernización. La cooperación entre Gobierno y Empresas también debe extenderse. Sí, la ciudadanía puede hacer de su parte vigilando su propio consumo, tomando duchas más cortas, reportando y reparando fugas en sus domicilios, pero esto no quita de mano que el uso del agua no es proporcional en la Ciudad. Se tienen que llegar a soluciones de largo plazo más allá de las y los individuos.

El año pasado, la Dra. Claudia Sheinbaum negoció con las 10 empresas -incluyendo viejas conocidas como Modelo, Coca Cola, Pepsi, entre otras- que tienen concesiones de agua, para que cedieran parte del volumen que consumen regularmente a los y las habitantes de las 16 alcaldías de la capital. En la Cuauhtémoc, por ejemplo, existe el precedente de colaboración con una refresquera para conectar su pozo a la red pública de agua que benefició a la colonia Atlampa. Es imprescindible llegar a estos acuerdos necesarios y justos con las empresas. Igualmente, se debe considerar el uso de agua como artículo de opulencia y exceso: en piscinas privadas, en fuentes de condominios privados. Incluso normalizar el uso de aguas tratadas para los servicios sanitarios. Sobre todo, no podemos permitir que sean las personas más pobres las que carguen con el peso de la escasez de agua. No podemos pensar en las familias que pasan días sin agua potable mientras en las colonias de lujos de nuestra Ciudad la gente se baña en sus albercas.

Fuente: LA LISTA

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