► El cuerpo de Ángel Gabriel May Ek, elemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, fue hallado embolsado y con signos de violencia

 

► Junto al cuerpo había una cartulina con un mensaje amenazante dirigido a presuntos integrantes de un grupo delictivo

 

► Este crimen podría estar vinculado con la reestructuración del Cártel de Caborca ​​en el sur de Quintana Roo

 

 

Redacción/CAMBIO 22

CHETUMAL, 22 de enero.- El custodio del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Chetumal, Ángel Gabriel May Ek, de 32 años, quien fue privado de su libertad la tarde de ayer en la colonia Territorio Federal, fue hallado sin vida durante la madrugada de este martes en la colonia Milenio. Su cuerpo, envuelto en bolsas plásticas, presentaba signos de violencia y una herida de arma blanca de la cual se desprendía una cartulina.

Este hecho ha generado conmoción en la ciudad, pues refuerza los indicios de una escalada de violencia vinculada a la reestructuración del Cártel de Caborca en el sur de Quintana Roo.

De acuerdo con las autoridades, el hallazgo ocurrió en la calle Siglo XXI, cuando elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana realizaban recorridos de vigilancia y localizaron el cuerpo junto a un mensaje firmado por un grupo criminal. En el texto, se lanzaban amenazas directas contra otras figuras vinculadas al entorno policial y criminal, exacerbando el temor por las implicaciones de este hecho. Las primeras investigaciones señalan que este crimen podría ser parte de una disputa interna en la región, en un contexto donde el sur del estado se ha convertido en escenario de ajustes de cuentas y control territorial.

El caso de May Ek no es un hecho aislado. En abril de 2024, Fermín B., agente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, fue ejecutado a plena luz del día sobre la avenida Chetumal mientras se trasladaba en motocicleta, el hombre fue baleado por hombres armados desde una camioneta. Posteriormente, en junio de ese mismo año, la brutal decapitación del oficial Christian Heredia Cámara fue dada a conocer. Su desaparición, tras ser citado en Subteniente López bajo engaños, culminó en un hallazgo que evidenció la extrema violencia empleada contra elementos policiales.

A estos crímenes se suma el asesinato de Juan Carlos Santana Robelo, exagente de la Policía Municipal de Tulum, cuyo cuerpo maniatado fue encontrado en octubre en un área de sabana en la colonia Mártires Antorchistas de Chetumal. Este historial de ataques a integrantes y exmiembros de corporaciones policiales subraya un patrón preocupante de ataques sistemáticos que se han intensificado en los últimos meses.

Este caso evidencia la creciente vulnerabilidad de los elementos policiales ante la violencia del crimen organizado en Quintana Roo, especialmente en un contexto donde los ajustes de cuentas y las reestructuraciones de grupos delictivos parecen intensificarse.

Las autoridades enfrentan el desafío urgente de garantizar la seguridad y justicia, tanto para las víctimas como para la población, en medio de un panorama de violencia que exige respuestas firmes y efectivas.

 

redaccion@diariocambio22.mx

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