Miguel Ángel Fernández/CAMBIO 22

CHETUMAL, 26 de septiembre. – El Tren Maya, aunque presenta grandes oportunidades para la región, también plantea desafíos a largo plazo, lo que exige una planificación cuidadosa por parte de las autoridades locales para asegurar que los beneficios económicos no sean temporales, sino sostenibles en el tiempo.

El profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Quintana Roo (UQROO), Lázaro Marín Marín, destacó que las obras del Tren Maya han generado tanto efectos colaterales positivos como negativos en la región sur del estado. El Tren Maya, un ambicioso proyecto de infraestructura que busca conectar diversos estados del sureste de México para fomentar el desarrollo económico y turístico, ha traído consigo un aumento en la actividad económica local.

Según Marín, la llegada de trabajadores para la construcción del tren incrementó la demanda de servicios como alimentación y vivienda, lo que impulsó un alza en los precios de los alquileres, que en algunos casos llegaron a dispararse entre un 300% y 400%.

Sin embargo, el académico advirtió que, a medida que las obras avanzan hacia su conclusión y la necesidad de mano de obra disminuye, la región comienza a experimentar una recesión económica. Este fenómeno, según Marín, podría tener un impacto significativo en las finanzas públicas de los municipios del sur, que dependen en gran medida del dinamismo generado por el proyecto.

Ante este escenario, y basándose en investigaciones de campo realizadas por la Universidad Autónoma de Quintana Roo, Marín considera que, gobierno estatal debe implementar estrategias de crecimiento económico sostenible. Según el investigador, es urgente desarrollar proyectos que impulsen la creación de empleos y mejoren los salarios, ya que el desempleo y la precariedad laboral podrían aumentar tras la finalización de las obras del Tren Maya.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

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