Redacción/CAMBIO 22

Edgar Valdez Villarreal “La Barbie” siempre trabajó para el gobierno de los Estados Unidos, por ello la sonrisa enigmática que mostró al momento que fue presentado a la opinión pública horas después de haber Sido detenido en un rancho del Estado de México.

Diversos reportes emitidos por dependencias federales asumen la posibilidad que la “La Barbie” pudo haber pactado con la DEA, antes de ser detenido por autoridades federales mexicanas.

Declaraciones emitidas por Alfredo Beltrán Leyva El Mochomo y Sergio Enrique Villarreal Barragán El Grande, quienes fueron extraditados a EE.UU, dan cuenta de esta posibilidad, pues lo han responsabilizado de sonadas detenciones del cartel de Sinaloa.

A “La Barbie”al momento de ser apresado por el gobierno mexicano la consigna era asesinarlo para evitar sirviera como testigo en Estados Unidos, en contra de altos funcionarios federales que habían pactado con la Organización Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa.

Además tanto “El Mochomo” cómo “El Grande”, tienen mucho conocimiento sobre corrupción con el gobierno mexicano y podrían hundir a Genaro García Luna durante su juicio si deciden testificar en su contra.

Se cree que El Grande posiblemente sea un testigo protegido y muy probablemente testifique en el juicio de García Luna.

Edgar Valdez Villarreal La Barbie es ciudadano estadounidense y fue un lugarteniente de alto rango del otrora poderoso cartel criminal, la Organización Beltrán Leyva (OBL).

Valdez nació y se crió en Laredo, Texas y su apodo La Barbie se derivó debido a su piel blanca, ojos azules y rasgos faciales.
La Barbie era el líder de la célula de seguridad de Arturo Beltrán Leyva.

La Barbie logró corromper a altos funcionarios del gobierno del expresidente Felipe Calderón a quienes acusa de tener vínculos con el Cártel de Sinaloa y la Organización Beltrán Leyva.

A través de la periodista mexicana Anabel Hernández se reveló que La Barbie era informante de la DEA y el FBI en Estados Unidos y al mismo tiempo era partícipe de la corrupción de Calderón.

En esencia, La Barbie fue descrita en documentos judiciales estadounidenses como una “moneda de dos caras con la misma cara”.

Fue colaborador de funcionarios del Gobierno de Felipe Calderón, a quienes se les acusa de brindar información confidencial al Cártel de Sinaloa y la OBL.
La información filtrada al crimen organizado incluía las identidades, fotografías y ubicaciones de agentes de la DEA que trabajaban de manera encubierta en numerosos puntos del territorio mexicano, poniendo en riesgo sus vidas.

En 2009, el gobierno federal mexicano de Felipe Calderón se volvió contra la Organización Beltrán Leyva y comenzó a desmantelar la organización.
La policía mexicana allanó sus viviendas de alquiler donde localizó granadas, armas automáticas y uniformes policiales. En junio de 2010, La Barbie fue acusada en un tribunal de EE. UU. por cargos de tráfico de miles de kilos de cocaína de México a EE. UU.

Se calcula que traficaba alrededor de una tonelada de cocaína al mes.

El 30 de agosto de 2010, La Barbie fue arrestada por la Policía Federal Mexicana cerca de la Ciudad de México. El 30 de septiembre de 2015 fue extraditado a Estados Unidos.

En junio de 2018 fue condenado a 49 años en una prisión federal de Estados Unidos. En noviembre de 2022, se informó que La Barbie ya no figuraba bajo custodia en una prisión federal.

El sitio web de la Oficina Federal de Prisiones lo enumeró como “no bajo la custodia de BOP”.

Se especuló que tal vez fue puesto en libertad. Estoy seguro de que no es el caso. Lo más probable es que La Barbie esté alojada en una instalación no revelada y con total protección, ya que lo más probable es que desempeñe un papel central en el juicio contra García Luna. Esto es que podría tratarse del testigo clave en el juicio que se le sigue al ex alto funcionario calderonista en el juicio que se le sigue en el vecino país del Norte.

El gobierno de EE. UU. tiene un gran interés en garantizar que no le pase nada a su testigo estrella.

Durante años se ha sabido de la corrupción entre estos cárteles y el gobierno mexicano, pero no fue hasta su arresto por las autoridades mexicanas que estuvo listo para hablar. En noviembre de 2012, La Barbie escribió una carta.

LA CARTA

A continuación se presenta el texto completo de la carta entregada el 27 de noviembre de 2012 a Grupo Reforma (diarios El Norte, Reforma, Mural) y posteriormente hecha pública. La carta también fue enviada a la periodista Anabel Hernández.

“Quiero manifestar, en primer lugar, que no acepté participar en el programa de testigos protegidos. Asimismo, desmiento categóricamente las acusaciones y declaraciones de las agencias gubernamentales que me arrestaron sobre la forma en que se llevó a cabo mi detención y que la verdad de los hechos es la siguiente: 

Mi arresto fue el resultado de una persecución política por parte de (el presidente) C. Felipe Calderón Hinojosa.
 Calderón inició un ataque en mi contra, porque me negué a formar parte del acuerdo que el señor Calderón Hinojosa quería tener con todos los grupos del crimen organizado. 

Él personalmente sostuvo varias reuniones, para tener conversaciones con varios grupos del crimen organizado.

Posteriormente, se realizaron numerosas reuniones a través del General Mario Arturo Acosta Chaparro, quien se reunió por orden del Presidente y Juan Camilo Mouriño, con dos de los líderes de la Familia Michoacana. Posteriormente, el general también se reunió en Matamoros con Heriberto Lazcano El Lazca y Miguel Ángel Treviño El Z-40 (líderes de Los Zetas). Tiempo después, Acosta Chaparro y Mouriño se reunieron con Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, (líderes de la Organización Belytran Leyva) y también se reunieron con El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa.

Calderón quería hacer acuerdos con todos los cárteles: cártel de Los Zetas, cártel del Golfo, conmigo, cártel de Juárez, con Vicente, y Mayo y Chapo del Cártel de Sinaloa. Como no recibió respuesta mía y porque yo no quería tener colaboraciones con ningún otro grupo criminal, Calderón inició una persecución dirigida en mi contra. Ordenó varios registros de mis casas sin una orden judicial. Robaron dinero, joyas, automóviles y muchas otras pertenencias.

Genaro García Luna, titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSP) desde por lo menos 2002, primero en la AFI y luego en la PFP, recibió dinero mío en varias ocasiones producto del narcotráfico y teniendo conocimiento que venía de organizaciones criminales. 

Un grupo selecto que incluía a Armando Espinosa de Benito, quien colaboraba con la DEA y me brindaba información sensible. 

Otros funcionarios del gobierno que recibieron dinero de mi parte fueron Luis Cárdenas Palomino, Edgar Eusebio Millán Gómez, Francisco Javier Garza Palacios (PF Colombia), Igor Labastida Calderón, Facundo Rosas Rosas, Ramón Eduardo Pequeño García y Gerardo Garay Cadena.

Entre ellos, aseguran que tenían la tarea de “detenerme en algún operativo”, pero en realidad tenían instrucciones de matarme. En el momento de mi detención, que se llevó a cabo en mi domicilio según informaron los medios de comunicación, me encontraba solo. Dicen que me detuvieron sin disparar un solo tiro ese día, pero la verdad es que hubo disparos. Un policía federal que era el mismo que me detuvo, me instó a correr para poder dispararme, y poder afirmar que estaba repeliendo un ataque. Pretendían matarme al igual que hicieron con Arón Arturo Gines Becerril. 
Ginés Becerril fue asesinado en las inmediaciones del Centro Comercial Perisur. Recibió varios disparos en la espalda el mismo día que fui arrestado.

Todo fue tapado por la PF. Cabe mencionar que, a pesar de los antecedentes de Genaro García Luna, quien investiga numerosos cargos penales y de los cuales el gobierno estadounidense ya tiene conocimiento, estuvo directamente involucrado. 

Incluso tienen conocimiento de otros temas que se trataron durante la revisión de la Iniciativa Mérida. Ya tengo acceso al más reciente testimonio de la colaboración del testigo protegido Mateo (Sergio Villarreal) que está retenido por el presidente Felipe Calderón sin que se le presenten cargos penales (previo a su extradición).

Cabe señalar que en todas las detenciones realizadas por la Policía Federal no se incauta nada como prueba, se sustrae todo (dinero, relojes, vehículos, drogas, etc.). Es necesario señalar que tanto el Ejército Mexicano como la Secretaría de Marina tienden a ser más honestos. Detienen a quienes se supone que deben y los ponen a disposición de las autoridades correspondientes.

Fácilmente podría haber hecho lo que ellos hacen, pero ellos, los funcionarios públicos del gobierno mexicano que mencioné también son parte de la estructura criminal de este país”.

 

 

Fuentes: Grupo Reforma, Periodista Anabel Hernandez y documentos judiciales de EE.UU.

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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