Ecos de una Llamada Presidencial y la Crisis de Violencia en la Península de Yucatán

• Ecos de una llamada

Graciela Machuca Martínez / CAMBIO 22

05 de febrero-. Uno de los proyectos políticos que más le ha costado al país y a la integridad de la Constitución Federal es la conformación y militarización de la Guardia Nacional, la cual, según Andrés Manuel López Obrador fue creada para salvaguardar la seguridad pública del pueblo mexicano, para lo cual se han invertido miles de millones de pesos en su agrandamiento y distribución de sus elementos en las diferentes entidades federativas, de esta manera se presentó como la salvación del país ante la severa crisis de violencia que enfrenta, pero bastó una llamada entre la presidenta de México y el de los Estados Unidos para que la logística de esa corporación hiciera agua, porque los municipios con mas violencia han ido perdiendo cientos de efectivos para cumplir con los requerimientos del imperio yanqui, como le siguen diciendo los morenistas.

Sin realizar un análisis sobre los requerimientos de cada uno de los municipios que cuentan con destacamentos de la Guardia Nacional, desde la presidencia de la República se dio la orden de trasladar al menos diez mil efectivos, pero tendrían que ser al menos el doble, porque el compromiso es que es la frontera con Estados Unidos haya diez mil, en activo, por lo que deben trasladarse a esa zona, los suficientes elementos para que mientras unos descansen, tengan sus respectivos relevos y así cumplir con las exigencias de Donald Trump.

Cumplirle los caprichos a este personaje no solo representa para México los salarios de estos elementos de la Guardia Nacional, diez mil o 20 mil, sino además, todos sus emolumentos, a lo que se debe agregar la movilización de aviones, vehículos de tierra y mar, para trasladar al personal que se requiere en la frontera, combustibles, y todos los recursos necesarios en materia de logística.

La Guardia Nacional está invirtiendo miles de millones de pesos de los impuestos del pueblo de México, en este operativo, solo para tener en pausa, por un mes, la orden del gobierno de los Estados Unidos de imponer aranceles del 25 por ciento a las importaciones mexicanas, a esto se suma, digamos, el permiso que le dio la presidenta Claudia Sheinbaum Parto a su homologo del vecino país del norte, para que aviones y barcos militares de aquel país, ingresen al territorio, al espacio y a las aguas de México, para informarse de manera directa la forma en que operan los ahora grupos terroristas del narcotráfico, una tarea que el gobierno de México no quiso hacer y si lo hizo, la información la seguirán guardando como un secreto de Estado.

Luego de la advertencia de Donald Trump sobre las represalias en contra de México por el contubernio de su gobierno con el crimen organizado, desde la 4T se desató una campaña patriotera para que todos los sectores de la sociedad se unieran para defender la soberanía nacional, pero bastó que el presidente de los Estados Unidos les sonara los dedos para permitir que la mentada soberanía nacional fuera violentada. Como se dice en México, al gobierno le hicieron “manita de puerco” para que aceptara que militares, así como efectivos de las diferentes agencias estadounidenses puedan entrar a México, como Juan por su casa.

Mientras se desconocen la mayoría de los detalles de esa llamada entre los presidentes de Estados Unidos y Canadá y la presidenta de México, desde la Península de Yucatán han ido saliendo por vía aérea cientos de efectivos de la Guardia Nacional que fueron traídos como la salvación a la violencia que vive la región. Desde luego que los resultados de su presencia son relativos, pero ahora que la presencia se verá reducida significativamente, la delincuencia hará fiesta mientras el gato no está.

Mientras el presidente de los Estados Unidos anda por el mundo imponiendo su voluntad amenazando con aranceles o con invasiones, les hizo un gran favor a los gobiernos autoritarios igual que el suyo, ordenó congelar los fondos que la USAID entrega mensualmente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en la capital estadounidense y como el resto de los gobiernos hacen que medio pagan y buscan cualquier pretexto para no acatar las observaciones del organismo que depende de la Organización de Estados Americanos (OEA), ahora, baila de gusto porque la CIDH está perdiendo la capacidad de operación, porque les han suspendido los salarios al menos a 40 consultores y al quedarse sin trabajo les han retirado las visas, lo cual es sumamente grave, porque se quedarán en la indefensión, los miles de víctimas de violaciones de derechos humanos que acuden a esta instancia a denunciar a sus Estados.

México, es uno de los países que ni paga completas sus cuotas a la OEA, y desde el gobierno de López Obrador se olvidó de los compromisos que tiene con la CIDH y con la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), herencia de ese desprecio a las sentencias del organismo internacional, llevó a la Constitución la prisión preventiva de manera absoluta, a pesar que una sentencia del referido tribunal determinó la inconstitucionalidad de esa medida preventiva, porque se convierte en permanente.

Gobiernos como el de México se verán beneficiados con la muerte lenta de la CIDH, por lo que avalarán las violaciones a los derechos humanos que Estados Unidos siga cometiendo por el mundo, como lo seguirá haciendo en la Franja de Gaza, al determinar que tomará control de la misma para reconstruirla, con el riesgo, que después de reconstruirla se la entregue a Israel. Eso es una invasión ante el silencio de la comunidad internacional. Esperemos la postura de la presidenta de México, al respecto.

Así como Trump presionó a México para que actuará en beneficio de la seguridad nacional, pero de Estados Unidos, así doblegó al gobierno de Panamá para que los barcos con bandera estadounidense que pasen por su canal no paguen por el servicio ni impuestos, lo que ha festinado como un gran ahorro de miles de millones de dólares para las empresas estadounidenses.

Con esta tenencia, en poco tiempo veremos que el incipiente Corredor Transístmico Salina Cruz-Coatzacoalcos también estará en la mira de Trump, un viejo anhelo de los estadounidenses, que la 4T decidió reactivar la inversión para jugar con los intereses de Estados Unidos y China, pero al final de cuentas, China está muy lejos para que incida en quien tendrá el poder sobre ese tramo del territorio mexicano.

A pesar que el gobierno mexicano considera que con la llamada de los jefes de Estado de EEUU y Canadá y la jefa del Estado mexicano, esta última salió ganando, lo cierto es que no se trató de un dialogo, sino para recibir instrucciones y acatarlas al pie de la letra.

Otro detalle del que no se habla es de la decisión del gobierno de Estados Unidos de continuar con la construcción del muro fronterizo, para el cual, Trump sigue con el proyecto que lo pague el pueblo de México, ya veremos si a los diez mil o 20 mil efectivos de la Guardia Nacional, se les encarga esa construcción. Sí México no tiene dinero en efectivo para pagar la construcción del muro, si tiene petróleo y una refinería en Estados Unidos, para entregarlo en su casa.

También hay que destacar que se convirtió en un mito el hecho que la pausa de los aranceles para México haya sido producto de esa llamada, porque fue resultado de los mensajes que miembros del Congreso de Estados Unidos le enviaron a Trump en defensa de la economía de los contribuyentes estadounidenses. Bueno, esta histórica llamada seguirá escondiendo más de sus secretos y Trump se encargará de revelarlos, con sus acciones.

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