Redacción/CAMBIO 22

Es un hecho que Taylor Swift tiene una de las fanaticadas más apasionadas de toda la industria musical.

El pasado mayo, 20 mil seguidores que no pudieron conseguir boletos para el show de Taylor en el Lincoln Financial Field de Filadelfia se conglomeraron para escuchar a la cantautora desde los alrededores del estadio.

En Argentina varias chicas ya se encuentran acampando afuera del estadio River Plate con la intención de ver a Taylor Swift lo más cerca posible ¡Cinco meses antes de su show!

Sin embargo, este amor por la obra de Swift no siempre se ha reflejado de una manera positiva, pues a inicios de junio un hombre llamado Mitchell Taebel fue acusado de acoso, invasión de la intimidad, intimidación y hostigamiento hacia Taylor Swift.

Según información de CNN, Taebel comenzó en marzo a mandar mensajes inquietantes a Taylor Swift a través de su cuenta oficial de Instagram. Uno de estos llamó la atención de las autoridades dado que era una nota de audio donde Taebel aseguraba que “llevaría felizmente una bomba si no podía estar con su alma gemela”.

Los mensajes amenazadores no sólo fueron dirigidos a Taylor, sino también a personas muy cercanas a ella como su padre, a su equipo de seguridad y a sus bailarines. El acoso continuó durante dos meses y llegó a tal punto que Taebel tomó un vuelo desde Long Beach, Indiana hasta Nashville, ciudad donde se encuentra la casa de Swift.

Taebel llegó a la casa de Taylor Swift el 5 de mayo, se presentó como un periodista pidiéndole a los trabajadores de Swift que le comunicaran que él estaba soltero. De inmediato, fue escoltado afuera de la residencia y se trasladó al Nissan Stadium donde Swift brindaría un concierto esa misma noche.

Tras haber sido expulsado de la residencia, el fanático fue agregado a una lista de amenazas/preocupaciones de seguridad, por lo que no podía comprar entradas para el concierto de manera directa, no obstante, pudo conseguir boletos a través de terceros. Para suerte de Swift y sus casi 70 mil fanáticos en el Nissan Stadium, Taebel fue reconocido por el equipo de seguridad del inmueble y se le prohibió el acceso.

A partir de estas acciones, el 11 de mayo se le expidió una orden de alejamiento temporal a Mitchell Taebel solicitada por el asesor jurídico de 13 management, empresa de gestión de Taylor Swift.

El 13 de mayo, Mitchell fue notificado, pero como era de esperarse, los mensajes hacia Taylor siguieron e incluso un video donde aseguraba que su último deseo es que se ejecute a cualquiera que haya tenido algo que ver con que no se reúnan él y su “alma gemela”.

Finalmente, el 2° de junio fue detenido en el condado de LaPorte en Indiana y se le impuso una fianza de 15 mil dólares. Taebel se declaró inocente de todos los cargos y al haber sido considerado “competente” para someterse a juicio, el fanático de Taylor Swift tendrá su próxima visita judicial el 27 de julio de 2023.

Esta no es la primera vez que un fanático se convierte en un peligro potencial para su artista favorito.

Uno de los casos más sonados fue el de Ricardo López, un hombre originario de Uruguay cuya obsesión por la cantante Björk lo llevó a construir una libro bomba cargado con ácido y sulfúrico, esto a raíz de la decepción que supuso para López la relación de la cantautora islandesa con el rapero Goldie en 1996.

La construcción de este libro fue grabada en video como parte del diario de Ricardo López, y a lo largo de las cintas que supusieron más de 18 horas de material, se mostró el deterioro mental del uruguayo. El 12 de septiembre de 1996, Ricardo terminó por quitarse la vida frente a su cámara mientras se escuchaba de fondo I Remember You de Björk.

 

 

Fuente: Infobae

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