• Signos Vitales

 

Alberto Aguirre/CAMBIO 22

De las tres instituciones financieras mexicanas señaladas por el Departamento del Tesoro como “fuentes de preocupación principal en materia de lavado de dinero en relación con el tráfico ilícito de opioides”, CI Banco es la más añeja, pero apenas desde hace una década se ubica entre el selecto grupo de bancos que concentra los principales fideicomisos ligados a operaciones del mercado de valores en México.

La inoperatividad de los fondos de inversión, pero sobre todo la decisión de algunos inversiones —TerraFina y Fibra Inn, los más destacados— de removerlos como fiduciario contrato y la suspensión del procesamiento de pagos de las tarjetas emitidas por CI Banco motivó la intervención gerencial de la CNBV.

Incluso antes de la desaparición de Interacciones se había convertido en una de las instituciones preferidas por los gobiernos estatales que optaron por bursatilizar su deuda, con las participaciones federales como garantía. Esos fideicomisos y los fondos de pensiones de organismos públicos.

Del inicio de ese “operativo de emergencia” que culminaría con la transferencia en bloque de dichos fideicomisos a Nafin y otros bancos dio cuenta la prensa especializada que refirieron a “fuentes con conocimiento directo del proceso”.

La orden habría salido directamente de Palacio Nacional y tendría el propósito de garantizar la seguridad jurídica y financiera de estos instrumentos tras de la intervención gerencial decretada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que designó a la filial mexicana de Álvarez & Marsal, como administrador cautelar.

Una primera aproximación a los valores en custodia de CI Banco arrojó la friolera de ¡tres billones de pesos en activos de terceros! La cifra es mayor, pues incluye Cebures, Fibras, quirografarios, estructurados, CKD, patrimoniales, corporativos y fideicomisos públicos. Entre los más relevantes, los CKD y CERPI’s —instrumentos colocados fuera de México— de las Afores.

Los antecedentes de ese tipo de operaciones tienen un capítulo esencial, en 2006, cuando Bank of New York adquirió la cartera fiduciaria de JP Morgan, misma que posteriormente fue adquirida por CI Banco.

¿Venta? ¿Traspaso? En cualquier caso, la operación debe incluir al personal del área fiduciaria de CIBanco, ¿o no? Y Nafin no es el mejor administrador…

 

 

Fuente: EL Economista

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM/RCM

 

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