► Roberto Damián Hernández Reyna, excomandante de la Policía Ministerial, fue detenido; el hombre fue señalado por tener presuntos nexos con “Cartel de Cancún” una organización criminal liderada por Leticia Rodríguez Lara, alias “Doña Lety”

► La captura de Hernández Reyna expone su presunta colusión con el “Cártel de Cancún” y funcionarios policiacos durante la administración de Carlos Joaquín González de Quintana Roo, reavivando cuestionamientos sobre la imparable corrupción en instituciones de seguridad pública estatales

 

Redacción / CAMBIO 22

CANCÚN, 21 de diciembre.- Roberto Damián Hernández Reyna, excomandante de la Unidad de Inteligencia de la Policía Ministerial de Investigación perteneciente a la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo, fue detenido la madrugada de este sábado en Cancún.

El operativo realizado por autoridades federales, Roberto Damián Hernández Reyna, exdirector de la Policía de Investigación, fue detenido tras ser señalado por sus presuntos vínculos con el crimen organizado.

Hernández Reyna había estado bajo la lupa desde su destitución en 2021 tras un escándalo relacionado con un operativo ilegal de cateo, y ahora su nombre resurge vinculado al Cártel de Cancún (Bonfil) liderado por Leticia Rodríguez Lara, alias “Doña Lety”.

Un historial de controversias

Hernández Reyna ocupó un cargo clave durante la administración del exgobernador Carlos Joaquín González y bajo la dirección del fiscal Óscar Montes de Oca Rosales.

En 2021, fue destituido tras organizar un operativo irregular en el domicilio de un agente de su misma corporación, en el marco de una investigación por homicidio.

Este evento provocó una manifestación de policías, lo que dejó en evidencia la crisis interna de la Fiscalía y marcó el inicio de las investigaciones que lo relacionaban con actividades ilícitas.

Nexos con el Cártel de Bonfil

Aunque en un primer momento las autoridades federales lo habían vinculado al Cártel de Sinaloa, fuentes cercanas al caso confirmaron que Hernández Reyna operaba al servicio del Cártel de Cancún también conocidos como “Los Bonfiles” una organización criminal que mantiene el control de diversas actividades delictivas en Quintana Roo, encabezada por “Doña Lety”.

Su presunta relación con este grupo incluye la facilitación de operativos y protección para sus integrantes, aprovechando su posición estratégica dentro de la Fiscalía.

Otro implicado en esta red criminal es Miguel Ángel Cuéllar Rangel, alias “El Tigre”, quien también habría trabajado bajo las órdenes de “Doña Lety”.  Ambos fungían al parecer como el enlace con altas autoridades de la Fiscalía Quintanarroense.

Los dos se encuentran señalados como piezas clave en la estructura operativa del cártel, dedicándose a garantizar impunidad y ejecutar acciones para debilitar a grupos rivales.

Movimientos Sospechosos en Cancún

Durante la madrugada de este sábado, testigos reportaron un inusual despliegue de seguridad en las inmediaciones de la Fiscalía Especializada en Combate al Delito de Narcomenudeo, ubicada en la supermanzana 75 de Cancún.

Elementos del Ejército, Marina y Guardia Nacional custodiaron el edificio, lo que alimentó los rumores de que Hernández Reyna había sido trasladado a esta sede tras su detención.

De acuerdo con los mismos testigos, varias motocicletas llegaron al lugar en lo que parecía ser un intento de rescate del detenido, generándose un enfrentamiento que dejó como saldo al menos dos personas más arrestadas.

Hasta el momento, las autoridades no han confirmado esta versión, pero las actividades en la zona refuerzan la hipótesis de que el exfuncionario se encuentra bajo resguardo en Cancún.

Un caso que sacude a Quintana Roo

La detención de Hernández Reyna representa un nuevo golpe a las instituciones de seguridad en Quintana Roo, un estado que durante años ha enfrentado severos problemas de infiltración del crimen organizado en sus estructuras gubernamentales.

Este caso pone nuevamente en evidencia la fragilidad institucional y la urgencia de depurar las corporaciones policiales para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Las investigaciones continúan, y se espera que en los próximos días las autoridades den a conocer más detalles sobre los delitos que se le imputan a Hernández Reyna y su presunta colaboración con el Cártel de Bonfil.

Mientras tanto, su captura representa un nuevo capítulo en la lucha contra el narcotráfico en el estado y deja abierta la pregunta de cuántos más dentro de las instituciones podrían estar colaborando con el crimen organizado.

Doña Lety y su cercanía con Autoridades de Quintana Roo

Los antecedentes delictivos de “Doña Lety” se remontan a 2012, cuando arribó a Quintana Roo tras su salida de la Policía Judicial Federal de la entonces Procuraduría General de la República. Desde entonces, consolidó su control en Cancún al principio mediante alianzas con el Cártel de Sinaloa. Según investigaciones, Hernández Reyna se convirtió en una figura clave dentro de la estructura delictiva, aprovechando su posición para facilitar actividades ilícitas, presuntamente en colaboración con el gobierno del exgobernador Carlos Joaquín y del exfiscal Óscar Montes de Oca.

La controversia en torno a Hernández Reyna no es nueva. Su nombre salió a relucir tras la difusión de audios que sugerían su participación en despojos en Tulum, órdenes dadas presuntamente por “Doña Lety”. Además, se le vinculó con irregularidades durante su cargo, como el caso del operativo en el Hotel Generations. Tras estas acusaciones, fue separado de sus funciones, aunque continuaron los señalamientos sobre su presunta colusión con la Fiscalía General del Estado.

Durante el mandato de Carlos Joaquín, “Los Bonfiles” lograron consolidar su control en diversas zonas del estado, fortalecidos, según se alega, por la coordinación entre Hernández Reyna y otros actores gubernamentales. Sin embargo, hasta el momento, las autoridades no han emitido una postura oficial sobre la reciente detención del excomandante ni los cargos específicos que enfrenta.

La captura de Hernández Reyna reaviva el debate sobre la infiltración de elementos delictivos en instituciones de seguridad pública en Quintana Roo y la aparente complicidad entre actores gubernamentales y organizaciones criminales que operan en la región.

 

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