Redacción/CAMBIO 22 

Fue una derrota moral para Los Chapitos, un duro golpe, especialmente para su orgullo.

Y una victoria del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sin que él y las fuerzas armadas se permitan celebrarlo.

El balance, o parte del balance que conocíamos hasta el viernes en voz del General Secretario de la Defensa, habla de la intensidad de un operativo planeado de antemano y dirigido específicamente a aprehender o matar a Ovidio Guzmán López.

A sangre y fuego, como sucedió. Por eso se planeó al amanecer. Por eso no importaba el costo en vidas. Ni romper con “estrategias” que el propio presidente de la república “repudió” y dijo que eran cosa del pasado.

Con el tiempo, tal vez sepamos por qué el gobierno federal decidió mentir sobre la forma en que arrestó por segunda vez y esta con éxito, a Ovidio Guzmán López, a pesar del desorden causado por los sicarios al mando de Los Chapitos, con muertes incluidas. y lesiones a las fuerzas federales.

Al informar sobre los hechos, el secretario de la Defensa Nacional, General Luis Cresencio Sandoval, dijo que previo a la detención se realizó un trabajo de inteligencia de seis meses, pero luego afirmó que la detención fue circunstancial, porque el C-4 detectó en las inmediaciones de Jesús María -uno de los principales enclaves de la familia Guzmán López-, un convoy de presuntos delincuentes que fue confrontado por elementos de la Guardia Nacional y que se conoció que entre ellos se encontraba el hijo del Chapo Guzmán.

Sin embargo, mintió, porque Ovidio estaba dormido cuando llegaron por él a la casa donde se escondía.

Lo dicho por el General Secretario, no se sostiene ni por un momento si se tiene en cuenta la calidad de la operación, apoyada por helicópteros artillados que dispararon contra objetivos que no se ven pero que se presume, corresponden a los anillos de seguridad del objetivo principal.

Desde las primeras horas se habló de muchos muertos en la zona inicial del operativo, pero esa es una información que solo el gobierno podía confirmar, como lo hizo el General Secretario, al día siguiente. 

Las acciones federales de esta naturaleza no se realizan de manera reactiva -es decir, cuando el agredido responde a la agresión- porque no tiene capacidad para ello.

Esto quiere decir que no es que se toparan con un convoy de presuntos delincuentes, sino que se trató de una operación planeada quirúrgicamente.

Con todo, el presidente Andrés Manuel López Obrador se sacude la derrota que carga a sus espaldas desde octubre de 2019, cuando se vio obligado a ordenar la liberación de Ovidio para evitar, dijo, la muerte de personas inocentes.

Nada cambiará, o si acaso, muy poco, con este arresto, porque el jefe de la organización que encabeza Los Chapitos es Iván Archivaldo Guzmán Salazar, medio hermano de Ovidio. El gobierno lo sabe.

Pero es a Ovidio Guzmán a quien el gobierno estadounidense culpa de la producción del fentanilo que está matando a decenas de miles de adictos en Estados Unidos y a quien debería ser objeto de extradición.

Además, durante los últimos tres años, ha sido el objetivo más apetecible en términos de medios de comunicación.

La operación fue un éxito si asumimos que esta vez aparentemente no hubo víctimas civiles.

Y eso no es casualidad. La operación se llevó a cabo en la madrugada, cuando la gente ni siquiera se ha levantado de la cama.

Entonces el llamado de autoridades y medios de comunicación alertando a la población a no salir de sus casas, ayudó a reducir los riesgos.

También la suspensión de actividades en muchas áreas del gobierno. Y las lecciones que dejó el Jueves Negro 2019.

Y lo que durante años la población ha visto en muchas partes del país. Ante la eventualidad de hechos como este, la reacción inmediata de la gente es refugiarse.

Es imposible no vincular este temor con la visita, este domingo, de los presidentes de Estados Unidos y Canadá.

Sobre todo, la presión que seguramente viene ejerciendo el gobierno de Estados Unidos sobre México, para endurecer su estrategia contra el narcotráfico en la misma línea que lo viene haciendo desde hace muchos años, que es enfocarse en los líderes de los cárteles… aunque esto nunca ha resuelto el problema de fondo.

Bola y cadena

ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR ha hecho todo lo posible por escapar de las presiones de Estados Unidos sobre el narcotráfico y el crimen organizado porque la visión gringa no concuerda con su “estrategia” de abrazos en lugar de balas.

Pero no es posible dado el poder y la información que tenemos los gringos sobre nosotros en muchas áreas, no solo en esta.

No es casualidad que tres días después de que AMLO se reúna con Joe Biden en Washington, Rafael Caro Quintero haya sido atrapado en Sinaloa. No tengo ninguna duda de que la cabeza de Ovidio es la ofrenda del gobierno mexicano a Biden en su visita a México.

Significado contrario

¿EL GOBIERNO MEXICANO ESTABA INTERESADO EN LA DETENCIÓN DE Ovidio? 

Realmente no lo creo. No hay elementos para pensar que estaba interesado en combatir o al menos frenar el fortalecimiento de la organización criminal comandada por Los Chapitos.

No se conocía ninguna acción, tras el primer culiacanazo, que indicara tales propósitos. Ninguno.

 Al contrario, parece que la consigna era dejarlos crecer, fortalecer sus ejércitos y sus finanzas, su presencia en las calles, en la economía, en el negocio negro, incluso en la política, ya que en 2021 se entrometerán a su antojo y con impunidad total en el proceso electoral, para favorecer a los candidatos de Morena y PAS.

Humo negro

2023 COMENZÓ MUY CALIENTE y lo más probable es que siga así. Es el año previo a las elecciones presidenciales del día 24 y en estos contextos las pasiones tienden a desbordarse. Esperemos que nos vaya bien a todos. Gracias por seguirnos, por leernos, por acompañarnos. En febrero cumpliremos 20 años. A pesar de todo.

 

 

Fuente Rio Doce

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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