Destrucción del Territorio Maya en Quintana Roo
22 Oct. 2025
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Necesariamente Incómoda
Graciela Machuca Martínez / CAMBIO 22
A las comunidades de la Zona Maya de Quintana Roo aún no se les toma en cuenta para mitigar el daño medioambiental que se le causó a la selva y aguas a consecuencia de la construcción del llamado Tren Maya, no solo por el trazo de la ruta, sino por todas las obras y desarrollos inmobiliarios que se están detonando para darle continuidad a la obra emblemática de Andrés Manuel López Obrador, cuando ya la SEMARNAT dio luz verde, por mero trámite, a la consulta pública para validar el proyecto del Parque fotovoltaico Nicté-Ha, para el cual se deforestarán más de 400 hectáreas de selva en el municipio de Felipe Carrillo Puerto.
En Quintana Roo ya hay experiencia entre comunidades y organizaciones civiles medioambientalistas para litigar contra el gobierno mexicano por estos atropellos en contra de los recursos naturales del país y de la humanidad, pero da la casualidad, que la sociedad inconforme ya no podrá hacer uno de los juicios de amparo para enfrentarse al poder del Estado y de la clase gobernante, porque los populistas legisladores de la 4T restringieron el derecho colectivo a recurrir a la justicia federal modificando a su antojo el interés legítimo de la ciudadanía para reclamar a la autoridad acciones que van en contra de la sociedad.

Ahora, todas las comunidades, organizaciones ambientalistas, académicos y expertos verán impotentes como sus argumentos no serán escuchados por los jueces del bienestar, porque la única verdad será la de la presidencia de la república y la de sus aliados y socios comerciales.
De acuerdo al resumen ejecutivo del proyecto publicado el pasado 16 de octubre en la Gaceta de la SEMARNAT, el predio que se intervendrá se ubica en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, en el estado de Quintana Roo, a 13.6 km al oeste de la cabecera municipal del mismo nombre y 4.8 km al este de la comunidad de Chunhuas, sobre la carretera federal número 184 Muna-Felipe Carrillo Puerto.
El proyecto tendrá una vida útil de 45 años, la razón social del promovente es ZML Quintana Roo. La responsabilidad técnica del estudio está a cargo Asesoría en Aprovechamiento de Recursos Naturales de Zonas Áridas (AARENAZA SC).
El Proyecto “Parque Fotovoltaico Nicté-Ha” consiste en la construcción, operación y mantenimiento de un Parque Solar Fotovoltaico que “transformará la energía procedente de la radiación solar a energía eléctrica y requiere de efectuar cambio de uso de suelo de terreno forestal de aproximadamente 431.04 ha”.
Para su justificación se dice que México se encuentra en un punto crítico en su trayectoria energética. La transición hacia fuentes de energía renovable es vital para enfrentar los desafíos ambientales, económicos y de seguridad energética que el país enfrenta. “Esta solicitud de estudio ambiental tiene como objetivo promover la comprensión de la urgencia y la viabilidad de invertir en energía renovable en México, trazando un camino hacia un futuro sostenible y próspero para las generaciones venideras”.

Los costos estimados para las obras de construcción del proyecto ascienden a doscientos cincuenta millones de dólares americanos, después de impuestos. Desde luego que la energía eléctrica que se llegue a generar no será para las comunidades mayas, sino para la operación del Tren Maya y el sector hotelero, el cual requiere tener garantizado el suministro ante la crisis por la que atraviesa la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El Proyecto tiene como principal objetivo la preparación del sitio, construcción, operación, mantenimiento y abandono (cierre) de una planta solar fotovoltaica que consistirá en la transformación de la energía procedente de la radiación solar a energía eléctrica, al incidir sobre una serie de módulos o paneles solares instalados sobre estructuras móviles de metal en el terreno, a este conjunto de módulos se le denomina generadores o paneles fotovoltaicos. De ahí la corriente continua producida en el generador fotovoltaico se convierte en corriente alterna mediante inversores.
Se instalarán aproximadamente 361 mil 800 módulos fotovoltaicos bifaciales marca CSI solar Co Ltd o similar, en donde cada unidad dispone de una potencia de 670 W con dimensiones de 2384x1303x35 mm. El parque que se proyecta se conectará a un punto de la red de transmisión de CFE a una tensión de 230 kV. Se instalará todo el sistema de centros de transformador y conexiones de alta (Alta Tensión), para ser entregado en 230 kV a una subestación elevadora de 200 MVA a construir, según se lee en el referido resumen ejecutivo del proyecto publicado en la Gaceta de la SEMARNAT.
Este es un acercamiento al proyecto, ahora corresponde a las comunidades tomar la palabra y tomar acciones en defensa de sus derechos, mientras que a la autoridad cumplir con la ley, pero como la 4T puede modificarla a su antojo, no se espera mucho de su actuar, porque su salida más cómoda será la imposición.

Otro proyecto con fines turísticos que se construye en Quintana Roo y que ha recibido la oposición de la sociedad quintanarroense y particuarlemente de la mayoría de los ejidatarios de Felipe Carrillo Puerto, la obra de la llamada Puerta al Mar.
El pasado 8 de octubre, Animal Político publicó un trabajo por medio del que dio a conocer que defensores del medio ambiente que participaron en la consulta pública sobre el megaproyecto turístico Puerta al Mar piden a la SEMARNAT que niegue a la Secretaría de la Defensa Nacional la autorización para construir en la Reserva de la Biosfera Sian Ka´an.
Un día antes, concluyó la posibilidad de enviar, a través del portal de la Semarnat, observaciones, sugerencias o propuestas alrededor de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto que tiene un costo estimado en 175 mil millones de pesos y que está en construcción desde agosto de 2023, a pesar de no contar con los permisos ambientales.
Las obras consisten en la ampliación y pavimentación de una brecha de terracería de 54.6 kilómetros conocida como “camino antiguo a Vigía Chico”, que une el poblado de Felipe Carrillo Puerto con el Mar Caribe, cruzando los humedales de Sian Ka’an. El megaproyecto contempla también otras infraestructuras, como un restaurante, un estacionamiento con locales comerciales, senderos peatonales y un muelle con mirador. Además, donde hay manglares el Ejército creará una playa artificial de 6 mil metros cuadrados con camastros, palapas y un restaurante.
La organización ambiental TerraVida exigió a la Semarnat que niegue la autorización al proyecto, argumentando que la Defensa Nacional inició obras desde hace dos años sin cumplir con el Procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental (PEIA) y que el proyecto altera la integridad ecológica de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an. Además, se ha documentado tala de manglar y vegetación costera sin permisos, lo que constituye una infracción grave a la Ley General de Vida Silvestre.
Aunque la Sedena y autoridades locales argumentan que el proyecto responde a una “demanda social histórica” y garantiza acceso seguro al litoral, los habitantes de Felipe Carrillo Puerto y comunidades mayas lo rechazan, señalando que el proyecto pone en riesgo su territorio, biodiversidad y formas de vida tradicionales.
La consulta pública sobre la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) concluyó el 7 de octubre de 2025, y según TerraVida, el 90% de los asistentes a la reunión pública manifestaron su rechazo al proyecto.
Se ha denunciado que el proyecto replica el modelo de control militar y privatización ya implementado en el Parque del Jaguar de Tulum, donde el acceso a áreas naturales protegidas se ha convertido en un servicio restringido y pagado.
El trámite de autorización ambiental fue presentado en diciembre de 2024, suspendido en abril de 2025 y retomado en julio de 2025, lo que ha generado críticas por la falta de transparencia y participación comunitaria.
GPC/RCM




















