Javier Chávez Ataxca/CAMBIO 22

CAFÉ DE ALTURA

 

Don Jacinto deja de ser vigilante privado en mi colonia a partir del primero de enero, porque mi grupo de vecinos que paga su sueldo no pudo aguantar un aumento equitativo en la colaboración mensual. Y vaya que nos duele, porque el señor necesita el trabajo y es muy aplicado en su labor.

Pero eso sí, cerramos 2024 cumpliendo en todo con él, como tiene que ser. Ya Don Jacinto hará su lucha con los primeros rayos de sol de 2025 y le deseo lo mejor, porque es un padre de familia ejemplar.

Dejar que un trabajador disfrute el cierre de año sin el trago amargo del despido es lo mínimo que se puede hacer por él, y así ha ocurrido en algunas dependencias de la Patria en los planos municipal, estatal y federal.

Pero en el Tribunal de Justicia Administrativa y Anticorrupción de Quintana Roo 𝐬𝐮 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐬𝐭𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐏𝐫𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐚, 𝐌𝐢𝐧𝐞𝐫𝐯𝐚 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐛𝐞𝐥 𝐌𝐨𝐫𝐞𝐧𝐨 𝐂𝐫𝐮𝐳, 𝐞𝐬𝐭á 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐥𝐨𝐣𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨𝐬 𝐯𝐢𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐢𝐧 𝐭𝐨𝐜𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳ó𝐧.

Los despidos iniciaron a fines de octubre y han seguido con la guillotina en estos días, para ahorrarse ciertos pagos ganados a pulso por mujeres y hombres, como los bonos de fin de año.

𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐓𝐫𝐢𝐛𝐮𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐉𝐮𝐬𝐭𝐢𝐜𝐢𝐚 𝐀𝐝𝐦𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐫𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚 𝐢𝐧𝐜𝐮𝐫𝐫𝐞 𝐞𝐧 𝐫𝐮𝐝𝐞𝐳𝐚 𝐢𝐧𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐚𝐫𝐢𝐚, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐲 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚𝐫 𝐥𝐨 𝐦𝐞𝐧𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐚 𝐥𝐚 𝐭𝐫𝐨𝐩𝐚. Cerrar 2024 como Dios manda es el mínimo acto de cortesía para los sentenciados al desempleo.

Muchos se van con la finta, creyendo que las mujeres empoderadas son más sensibles que los hombres. Yo no les creo.

𝐌𝐢𝐧𝐞𝐫𝐯𝐚 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐛𝐞𝐥 𝐌𝐨𝐫𝐞𝐧𝐨 𝐂𝐫𝐮𝐳 (𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐞𝐧) 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐞𝐥 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐢𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐮𝐠𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐞𝐱𝐠𝐨𝐛𝐞𝐫𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐑𝐨𝐛𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐁𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐀𝐧𝐠𝐮𝐥𝐨, quien con su temible e inútil “reingeniería” lanzó a la calle a cientos de burócratas chetumaleños, sentenciando al PRI a la horca.

Ponerse en los zapatos y zapatillas de quien despides es un acto humanitario que debe manifestarse con hechos, no con palabras huecas en temporada navideña.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

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