Redacción/ CAMBIO 22

Durante la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), fueron hallados 112 esqueletos humanos en los terrenos de la antigua Hacienda de Santa Lucía, revelando nuevos datos sobre la vida en esa área durante la época prehispánica.

La zona donde actualmente se encuentra el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles fue habitada principalmente por culturas pertenecientes al Altiplano Central, como los otomíes y, en períodos previos, los teotihuacanos y toltecas.

Con el hallazgo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se estudiaron 112 esqueletos, provenientes de 104 enterramientos, con la cronología Coyotlatelco (600-900 d.C.) y “Xaltocan”, del periodo Posclásico Tardío (1200-1500 d.C.).El hallazgo más sobresaliente bajo los terrenos del AIFA es el esqueleto de una mujer de entre 35 y 40 años de edad, proveniente del “Entierro 4″, el cual presenta una fractura en la parte inferior del brazo izquierdo (pseudoartrosis) que, prácticamente, corresponde a la amputación del miembro, que debió ser extremadamente dolorosa.

“Lo interesante es que las huellas de los huesos muestran crecimiento del tejido óseo, lo que indica que además de que la mujer sobrevivió entre cinco y siete meses, después del evento traumático, se le colocó una prótesis para ayudarla a estabilizar el brazo y sanar, lo cual era imposible sin cirugía, por lo que finalmente falleció, posiblemente, a consecuencia de una infección”, detalló el especialista Jorge Arturo Talavera González.

El antropólogo explicó: “formulamos dos hipótesis sobre este suceso: la primera es que la mujer reaccionó de manera instintiva ante un ataque y utilizó el brazo para cubrirse el rostro; y la segunda, es que era una guerrera que, al cubrirse con un chimalli (escudo), sufrió la lesión”.

Cabe destacar que los siete entierros femeninos referidos presentan traumatismos en cráneo y nariz, lo que refuerza la teoría de una población de combatientes.

Esta primera colección de “Tlatel 7″ consta de 19 esqueletos, los cuales corresponden a 12 personas adultas (siete mujeres y cinco hombres), de entre 25 a 35 años, al momento de morir, y el resto a infantes y a un adolescente.

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En tanto, en el sitio de Xaltocan se contabilizaron 58 enterramientos humanos, de los cuales, algunos eran colectivos, por lo que sumaron 66 individuos, la mitad de ellos correspondieron a infantes y algunos a fetos.

“Es la primera vez, en 13 años que llevo en esta sección, que me encuentro con tal cantidad de esqueletos infantiles, en estado de conservación regular”, lo que revela un alto grado de mortandad infantil.

“Nuestra teoría es que, debido a que Xaltocan tenía conflictos con Cuautitlán, es probable que las niñas y niños del lugar estuvieran sometidos a un estrés constante que, aunado a una mala alimentación, los debilitó”.

De los 66 individuos, destacó el antropólogo físico, se tiene el caso único de un esqueleto masculino, de entre 18 y 20 años de edad, con probable poliomielitis o dislocación congénita de cadera, el cual será analizado con especialistas en biomecánica del Instituto Nacional de Rehabilitación, para determinar la manera en la que se movía.

Finalmente, detalló que en otro de los puntos se hallaron 27 esqueletos, de los cuales 19 corresponden a mujeres y 11 a hombres.

Los entierros recuperados son resultado de las excavaciones emprendidas durante el Proyecto de Salvamento Arqueológico en las obras del AIFA, dirigido por Rubén Manzanilla López, el cual inició en mayo de 2019.

Todos estos restos óseos fueron trasladados a la antigua Alhóndiga de la Merced, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde se ubica la sede de la Sección de Bioarqueología de la DSA.

Fuente: Infobae

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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