• Un hallazgo inesperado de más de 1000 piezas antiguas en la iglesia de Santa María de Gardelegen sorprendió a los arqueólogos, incluyendo un objeto que desató carcajadas

 

Redacción / CAMBIO 22

El descubrimiento tuvo lugar en la iglesia de Santa María, en la ciudad de Gardelegen, en Sajonia-Anhalt. Arqueólogos de la Oficina Estatal de Conservación de Monumentos y Arqueología (LDA) llevaban a cabo trabajos de restauración, cuando, a solo 40 centímetros de profundidad, se toparon con un verdadero tesoro medieval.

Restauraban una iglesia y descubrieron un tesoro inesperado: entre reliquias antiguas, un hallazgo insólito desató risas

El botín, que se estima pertenece al siglo XIII, incluía:

  • 679 monedas antiguas y fragmentos de monedas corroídas.

  • Joyas y accesorios de metal, como alfileres de ropa y cierres de libros.

  • Cerámicas, perlas y fragmentos de vidrio pintado.

  • Objetos de la vida cotidiana, como pinzas, clavos de hierro y restos de plantas.

Sin embargo, entre todos estos artefactos medievales, hubo un hallazgo que desconcertó y divirtió a los expertos.

Restauraban una iglesia y descubrieron un tesoro inesperado: entre reliquias antiguas, un hallazgo insólito desató risas

El misterioso mono de plomo y bronce

Entre las piezas rescatadas, los arqueólogos encontraron una figura de un mono de bronce y plomo de 80 centímetros de alto. Su presencia en un conjunto de objetos religiosos resultó, cuanto menos, peculiar.

Lejos de ser un simple adorno, la figura tenía un significado simbólico en la Baja Edad Media. Durante este periodo, los monos solían representar la locura, el vicio y la degradación moral. En muchas iglesias medievales, las figuras de simios aparecían imitando el comportamiento humano, jugando o incluso embriagándose, en una especie de sátira sobre los defectos de la sociedad.

Restauraban una iglesia y descubrieron un tesoro inesperado: entre reliquias antiguas, un hallazgo insólito desató risas

¿Una burla medieval oculta durante siglos?

Los expertos explicaron que, en la iconografía de la época, los monos solían asociarse con los excesos y la corrupción del alma. Incluso, existía un dicho medieval que afirmaba:

“Quien tiene un mono se emborracha, y quien tiene un mono sentado encima se emborracha aún más.”

Este tipo de representaciones buscaban parodiar el consumo excesivo de alcohol y otras conductas consideradas inapropiadas. Es posible que este peculiar mono haya sido enterrado a propósito o que haya formado parte de una sátira dentro de la propia iglesia, oculto durante siglos hasta su inesperado redescubrimiento.

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De las sombras a la vitrina: el tesoro vuelve a la luz

Tras ser restauradas, todas las piezas, incluyendo el curioso mono, fueron expuestas nuevamente en la iglesia de Santa María, donde ahora forman parte del patrimonio cultural de la comunidad.

Este hallazgo no solo arroja luz sobre los hábitos y creencias de la Europa medieval, sino que demuestra que incluso en los lugares más solemnes, el humor y la ironía han encontrado su espacio a lo largo de la historia.

 

 

 

Fuente: Gizmodo

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