Descubren en Alemania un Candado Romano de 1.600 Años de Antigüedad
31 Ene. 2025
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Este hallazgo, posiblemente el primero de su tipo en Europa, revela las avanzadas técnicas de los cerrajeros romanos de los siglos III y IV
Redacción/ CAMBIO 22
¿Recuerdas esos candados en miniatura que preservaban la intimidad de tu diario personal? Parece que a los antiguos romanos también les gustaban esos objetos pequeñitos.
En Alemania, un detector de metales halló un diminuto candado romano de color dorado. Es un artefacto de 1.600 años de antigüedad, probablemente el primero de su clase que se encuentra en Europa, y echa luz sobre las extraordinarias habilidades de los cerrajeros de las antiguas provincias romanas.
Data de los siglos tres o cuatro DC, y mide 1,1 por 12 centímetros. “Es más pequeño que la moneda de un euro, pero mucho más valioso”, dijo Georg Lunemann, director de la Asociación Regional Westphalia-Lippe (LWL), en declaraciones del 28 de enero. “Me entusiasma que tengamos algo de tan alto perfil aquí en Westphalia”, añadió haciendo referencia a la región del noroeste de Alemania donde se halló el candado.

Por su forma, construcción y estilo los arqueólogos del LWL de inmediato lo identificaron como un candado romano de los siglos tres o cuatro DC, producido en alguna de las provincias imperiales. De hecho, era idéntico a un antiguo candado romano común, en todo excepto en su tamaño. Aunque el hombre que usó el detector, Constantin Fried, halló el candado sin cadena ni llave, se parecía al candado de una bicicleta, y podría haber sido utilizado en un baúl o una caja. Solo había sobrevivido un eslabón de la cadena, que sigue visible dentro del candado.
“Apenas podía creerlo cuando lo tuve en la mano”, dijo Fried, que encontró el candado en un campo en 2023, “porque los candados romanos suelen ser mucho más grandes y son de hierro, o tiene partes de bronce”. El candado está hecho de dos hojas de metal en forma de cilindro, una dentro de la otra, y se sostiene con dos tapas circulares y tres remaches. La hoja externa tiene bellas figuras talladas.

El director de arqueología de la LWL, Michael Rind, sugiere que tal vez una persona local de clase alta trajo este candado cuando regresó a Westphalia después de un viaje, como recuerdo o como regalo después de haber completado su servicio militar con el imperio romano. Incluso hace 1.600 años las personas lo habrán considerado precioso, o tal vez se usara a modo de joya.
Habilidad, destreza, y arte
“¿Fue una pieza única? ¿O hay miniaturas preciosas como esta que todavía no hemos hallado? Estas preguntas, y otras más, nos mantendrán ocupados durante algún tiempo”, añadió Rind.
¿Funcionaría como un candado de veras, o era tan solo una curiosidad ornamental? Para responderlo, los investigadores examinaron el interior del objeto. Cuando los rayos X no lograron penetrar el denso oro exterior, el equipo buscó una herramienta menos común en arqueología: la tomografía computada 3D por neutrones, una técnica que toma imágenes de la estructura en tres dimensiones, utilizando neutrones.

Las imágenes de la tomografía confirmaron que a pesar de su tamaño el artefacto sí tenía un mecanismo de cierre de hierro, con un marco, un resorte, un pasador, una guía para el pasador, un pestillo para la llave, una bocallave, y el eslabón final de la cadena. “Aunque está casi completo el mecanismo estaba dañado porque es obvio que en algún momento alguien intentó abrirlo, romperlo, o repararlo si es que no funcionaba”, explicó Fried.
“Pero a pesar del daño pudimos reconstruir la función del mecanismo y la llave perdida”, dijo Rind. “Con el eslabón de la cadena en su lugar, también fue posible reconstruir una cadena de eslabones para el candado, que tiene que haber tenido al menos seis eslabones para que funcionara”.

Luego un restaurador de Arqueología de LWL hizo una réplica funcional del candado, con cadena y llave. La réplica es cuatro veces más grande que el candado original y destaca “el alto nivel de habilidad de los cerrajeros artísticos de las provincias romanas”, explicó Barbara Rüschoff-Parzinger, jefa del departamento cultural de la LWL.
Eso no significa que los antiguos romanos no pudieran haber llevado el candado colgado como joya o adorno. Tal vez la verdadera revelación es que nuestra obsesión con los collares grandes y los dijes de candado es que todo comenzó hace 1.600 años.
Fuente: Gizmodo
HTR/AGF




















