• Un hallazgo sumerio revela la primera declaración de amor romántico, conectando sentimientos personales con el poder y la fertilidad en la antigua civilización.

 

 

Redacción/CAMBIO 22

En un rincón olvidado de un museo, una pequeña tablilla de arcilla esperó durante décadas a ser descifrada. Lo que contenía cambiaría la forma en que entendemos la poesía y la cultura de la civilización más antigua conocida. Un poema sumerio, escrito hace más de 4.000 años, se reveló como la primera declaración de amor romántico de la humanidad.

Pero este texto no era solo un reflejo del sentimiento personal de alguien en la antigüedad. Su significado iba mucho más allá, vinculando el amor con el poder, la fertilidad y el destino de un imperio.

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El hallazgo que reescribió la historia de la poesía

Este poema, conocido como «Canción de amor para Shu-Sin», fue descubierto en el siglo XIX en Nippur, una antigua ciudad sumeria en el actual Irak. Escrito en cuneiforme sobre una tablilla de arcilla, permaneció almacenado en el Museo Arqueológico de Estambul durante décadas hasta que, en la década de 1950, el historiador Samuel Noah Kramer se percató de su importancia.

Antes de este hallazgo, se creía que la expresión literaria más antigua de amor era el Cantar de los Cantares, un texto bíblico escrito entre los siglos VI y III a.C. Sin embargo, el poema de Shu-Sin desplazó por completo esa idea, mostrando que la pasión y el deseo ya eran celebrados en la literatura mesopotámica dos milenios antes.

¿Quién era Shu-Sin y por qué este poema es tan especial?

El poema está dedicado al rey Shu-Sin, quien gobernó Ur alrededor del año 2000 a.C. En su contenido, una mujer describe su deseo por su amado, exaltando su belleza y anhelando estar con él. Sin embargo, este no era un simple poema amoroso: formaba parte de un ritual de matrimonio sagrado en el que el rey encarnaba al dios Dumuzi, mientras que su consorte representaba a Inanna, la diosa del amor y la fertilidad.

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Para los sumerios, la relación entre el monarca y la diosa no era solo simbólica, sino que se creía que garantizaba la prosperidad del reino. Durante festivales religiosos, una sacerdotisa elegida representaba a Inanna y, tras una serie de ceremonias, se retiraba con el rey para consumar la unión en un acto que debía asegurar la fertilidad de la tierra y la estabilidad del imperio.

La traducción del poema: una declaración de amor eterna

La siguiente traducción proviene de la obra La historia empieza en Sumer, de Samuel Noah Kramer:

Esposo, amado de mi corazón.
Grande es tu hermosura, dulce como la miel.
León, amado de mi corazón,
Grande es tu hermosura, dulce como la miel.

Tú me has cautiva , déjame que permanezca temblorosa ante ti;
Esposo, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.
Tú me has cautivado, déjame que permanezca temblorosa ante ti;
León, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.

Esposo, déjame que te acaricie;
Mi caricia amorosa es más suave que la miel.

En la cámara llena de miel,
Deja que gocemos de tu radiante hermosura;
León, déjame que te acaricie;
Mi caricia amorosa es más suave que la miel.

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¿Una simple historia de amor o un mensaje de poder?

Si bien el poema parece una confesión de deseo, algunos historiadores creen que su significado iba más allá de lo personal. En la sociedad sumeria, el monarca no solo era el líder del pueblo, sino que su legitimidad estaba ligada a su vínculo con los dioses. El matrimonio sagrado consolidaba su autoridad y aseguraba que su gobierno estuviera en armonía con las fuerzas divinas.

Este texto, entonces, no solo es el primer poema de amor del que se tiene registro, sino también una pieza clave para entender cómo las antiguas civilizaciones vinculaban la pasión, la religión y el poder.

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Un testimonio eterno de la historia y el amor

A pesar de los milenios transcurridos, los versos inscritos en esta tablilla aún resuenan con una intensidad sorprendente. La emoción, el deseo y la conexión entre dos personas siguen siendo los mismos, sin importar la época o la cultura.

Hoy, la tablilla de Estambul 2461 sigue fascinando a arqueólogos, historiadores y visitantes del museo donde se exhibe. Es una prueba tangible de que el amor ha sido una constante en la humanidad, desde los tiempos más remotos hasta el presente.

 

 

Fuente: GIz Modo

redaccion@diariocambio22.mx

AFM/AGF

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