Descubren Cabezas Decapitadas en España, Revelando una Práctica Macabra de la Edad del Hierro
18 Feb. 2025
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Un análisis isotópico de cráneos descubiertos en Cataluña desvela que las cabezas humanas encontradas no eran parte de rituales, sino trofeos de guerra y dominación, alterando la visión sobre los iberos
Redacción / CAMBIO 22
En los poblados ibéricos de Puig Castellar (Barcelona) y Ullastret (Girona), arqueólogos han desenterrado un macabro testimonio del pasado: cráneos humanos con evidencias de haber sido decapitados. Hasta ahora, las teorías apuntaban a rituales religiosos o ancestrales, pero un reciente análisis isotópico ha cambiado por completo el relato. Las pruebas revelan que muchas de estas cabezas pertenecían a forasteros, prisioneros de guerra o enemigos abatidos, sugiriendo una cultura donde la exhibición de trofeos humanos era parte del poder y la dominación.

Cráneos cortados: entre el terror y la estrategia de poder
El estudio, basado en el análisis de isótopos de estroncio y oxígeno, ha permitido trazar el origen geográfico de los individuos, revelando que no todos eran nativos de la región. En Puig Castellar, un enclave estratégico para el control del territorio, los resultados mostraron que la mayoría de las cabezas pertenecían a extranjeros, lo que refuerza la idea de que estos cráneos eran trofeos de guerra, exhibidos como advertencia a posibles enemigos.
Por su parte, en Ullastret, el mayor asentamiento ibérico de Cataluña, los análisis revelaron una combinación de individuos locales y forasteros. Esto sugiere que el lugar no solo era un núcleo urbano clave, sino también un centro de confrontaciones y alianzas políticas donde las cabezas de los vencidos tenían un papel simbólico.

¿Terror ritual o mensaje de dominación?
Durante años, la presencia de estos cráneos en los asentamientos ibéricos había sido interpretada como parte de prácticas religiosas o ceremoniales. Sin embargo, los nuevos hallazgos apuntan a un uso mucho más brutal: una exhibición de poder mediante la violencia. La decapitación de enemigos y su exposición en espacios públicos pudo haber sido una estrategia para infundir miedo y reafirmar el dominio sobre el territorio.
La idea de que los iberos eran sociedades relativamente aisladas y pacíficas ha quedado en entredicho. Lejos de ello, los datos sugieren un escenario de conflictos, alianzas inestables y una movilidad más intensa de lo que se pensaba. Estos pueblos no solo interactuaban con comerciantes mediterráneos, sino que también combatían por el control de sus territorios, utilizando la violencia como un mensaje directo.

El enigma de las cabezas sigue abierto
A pesar de los avances en la investigación, muchas preguntas siguen sin respuesta. ¿Eran estos cráneos parte de una tradición de guerra común en la Iberia prerromana? ¿O se trataba de una práctica exclusiva de ciertas élites para consolidar su poder?
Lo que está claro es que estos hallazgos han cambiado la forma en que entendemos a las sociedades ibéricas. La combinación de estudios isotópicos con datos arqueológicos seguirá aportando nuevas piezas a este rompecabezas, revelando más secretos sobre la brutalidad y las dinámicas de poder en la antigüedad.
Fuente: Gizmodo
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