• La presión laboral que empuja a los pescadores a enfrentar el mar en condiciones adversas, ante la falta de medidas de seguridad.

 

  • Capitanías de puerto y autoridades bajo crítica: las omisiones que permitieron la salida de embarcaciones pese a las alertas meteorológicas.

 

Renán Castro Hernández/ CAMBIO 22

El paso del huracán Milton por la costa de Yucatán dejó al descubierto una realidad alarmante: la vulnerabilidad de los pescadores que, en su lucha diaria por cumplir con las cuotas impuestas por los empresarios, se enfrentan a la furia del mar sin las medidas de seguridad necesarias.

Cuatro embarcaciones desaparecieron en medio del temporal tras el paso de Milton, y aunque algunas lograron regresar, otras no corrieron con la misma suerte.

“Una necesidad a un muy alto Costo”

Entre las embarcaciones desaparecidas destaca el caso del Halcón 1, cuya lancha fue encontrada volcada cerca de Río Lagartos. Los cuatro pescadores que iban a bordo siguen desaparecidos, y hasta el momento, las autoridades no han podido localizarlos.

De manera similar, la Peyucsa 12, con cuatro tripulantes, solo dejó rastro de uno de ellos, visto por una avioneta de la Armada de México.

Trágicamente, el pescador fue arrastrado por las corrientes ante la mirada impotente de su hermano, quien iba a bordo de la avioneta.


La situación se agrava con la falta de acción de las autoridades, que pese a las alertas meteorológicas, no impidieron que los barcos zarparan.

Es conocido que muchos pescadores se ven obligados a salir al mar incluso en condiciones adversas, presionados por cumplir con sus necesidades o las cuotas que les exigen los dueños de las embarcaciones.

Esta vez, el mal tiempo fue el desencadenante de una tragedia que quizás pudo evitarse con medidas más estrictas por parte de las capitanías de puerto.

Casos como el de la embarcación Neldy, que fue rescatada por otra lancha, la Tepakan III, demuestran cómo la falta de intervención oficial dejó a los pescadores a merced del mar.

Mientras que las autoridades se excusaban por las condiciones meteorológicas, los propios pescadores salieron a buscar a sus compañeros, logrando traerlos de vuelta a salvo.

Aunque no todo fue tragedia, pues algunas embarcaciones, como la Peyucsa 13, fueron escoltadas de vuelta al puerto por la Secretaría de Marina, el riesgo al que se exponen diariamente los pescadores es innegable.

Las condiciones precarias en las que operan las lanchas, sumadas a la falta de equipos de comunicación de buena calidad y salvamento adecuados, agravan el peligro al que se enfrentan.

A pesar del devastador paso del huracán Milton, que ya había dejado a varios pescadores desaparecidos, otros fenómenos hidrometeorológicos como la tormenta tropical “Naldine” continuaron poniendo en riesgo a los trabajadores del mar.

El 16 de octubre, la embarcación San Crisanto X naufragó en la Costa Esmeralda de Yucatán debido al fuerte oleaje, dejando a tres pescadores flotando en el mar hasta ser rescatados por el barco Propemex 14. Lamentablemente, dos tripulantes siguen desaparecidos.

El mal tiempo siguió cobrando víctimas con la desaparición de la embarcación Relax, reportada el 17 de octubre, y Don Ezequiel, que falló en su travesía hacia Yucalpetén. Aunque las tres embarcaciones fueron finalmente localizadas y sus tripulantes rescatados, estos incidentes subrayan la vulnerabilidad de los pescadores que siguen enfrentando condiciones extremas en alta mar, muchas veces sin el equipo adecuado y expuestos a decisiones forzadas por las presiones económicas.

La historia de los pescadores de la embarcación San Crisanto X es otro ejemplo de los estragos del mal tiempo.

 

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El naufragio dejó a tres pescadores flotando en el mar, sosteniéndose de garrafones de agua, hasta que finalmente fueron rescatados por el barco Propemex 14. Lamentablemente, dos pescadores siguen desaparecidos.


La falta de controles estrictos y la permisividad de las capitanías de puerto, que siguen permitiendo la salida de embarcaciones en condiciones de riesgo, deberían ser motivo de reflexión.


Las autoridades deben asumir su responsabilidad y prohibir de manera tajante la salida de barcos ante la amenaza de tormentas y huracanes, independientemente de las presiones laborales o necesidades económicas a las que se enfrentan los pescadores.

En total, fueron ocho los pescadores que regresaron a casa tras el paso del huracán Milton, pero once más siguen desaparecidos.


Estos trágicos hechos han dejado a muchas familias sumidas en un profundo dolor y angustia, esperando noticias de sus seres queridos. Aunque 8 pescadores ya han sido encontrados, el sufrimiento continúa para las familias de los 11 que aún siguen desaparecidos.


Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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