• La administración de Maricarmen Hernández Solís enfrenta crecientes cuestionamientos, mientras las desapariciones y crímenes en Felipe Carrillo Puerto siguen marcando el día a día de su población.

 

Redacción/CAMBIO 22

FELIPE CARRILLO PUERTO a 28 de abril.-  La violencia continúa cobrando víctimas en Felipe Carrillo Puerto, municipio donde la inseguridad se ha agravado bajo la administración de Maricarmen Hernández Solís. El exdelegado de Tuzik, Maximiliano Aké Poot, y Lucio Che Ay, padre de dos jóvenes asesinados en esa misma comunidad, desaparecieron en un presunto “levantón” ocurrido esta semana, sin que hasta el momento haya resultados de su búsqueda.

Ambos hombres fueron vistos por última vez el miércoles en la comunidad maya de Tuzik, pero no fue sino hasta el sábado que sus familias, en medio de la desesperación y el miedo, pudieron formalizar las denuncias. La Fiscalía General del Estado apenas emitió las fichas de búsqueda, en un contexto de creciente desconfianza ciudadana hacia las autoridades.

Los antecedentes de violencia en Tuzik son alarmantes. En septiembre del año pasado, dos hermanos fueron asesinados durante una fiesta, supuestamente a raíz de conflictos ligados al narcomenudeo. La respuesta de los pobladores, ante la falta de acciones oficiales, fue demoler e incendiar la casa de la madre de los presuntos homicidas y retenerla en los separos de la subdelegación durante casi un mes, como medida desesperada para exigir justicia.

El gobierno estatal tuvo que intervenir para negociar la liberación de la mujer, prometiendo recompensas, envío de policías, entrega de apoyos económicos y despensas. Sin embargo, esta aparente “solución” no logró pacificar la zona. Aunque los hermanos prófugos fueron capturados semanas después, la violencia sigue latente.

Hoy, seis meses más tarde, la desaparición del exdelegado y del padre de las víctimas refleja el fracaso de la actual administración municipal para garantizar la seguridad de sus habitantes. La situación exhibe un municipio donde la ley es débil, la justicia es tardía y la vida de las personas parece estar a merced de ajustes de cuentas y venganzas.

Fuentes extraoficiales vinculan estos hechos a rivalidades entre grupos de narcomenudeo, mientras que las autoridades locales se mantienen sin estrategias visibles para contener la ola de violencia que azota a las comunidades mayas del municipio.

La administración de Maricarmen Hernández Solís enfrenta crecientes cuestionamientos, mientras las desapariciones y crímenes en Felipe Carrillo Puerto siguen marcando el día a día de su población.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

 

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