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• Prisoner Defenders reveló que internos, incluidos presos políticos, son obligados a producir carbón vegetal y realizar labores en condiciones inhumanas

 

• El informe acusa al régimen de Díaz-Canel de lucrar con la esclavitud penitenciaria, exportando carbón a Europa mientras los reos sufren enfermedades y castigos

 

Redacción / CAMBIO 22

Un total de 60 mil presos en cárceles cubanas es sometido a trabajo forzoso, bajo amenazas, violencia y sin protección, reveló la organización Prisoner Defenders.

En su informe El negocio penitenciario de Cuba, presentado ayer, el organismo detalló las prácticas de abusos sistemático y violencia física, laboral y psicológica que enfrentan los detenidos.

Sufrí la mutilación de un dedo de la mano derecha por las condiciones de trabajo”, expresó un reo de manera anónima por temor a represalias.

Todo esto, afirmó el reporte, a costa del enriquecimiento del Estado que encabeza el presidente Miguel Díaz-Canel.

La actividad más común es la producción de carbón vegetal, por la cual reciben un pago de cuatro dólares al mes (73 pesos mexicanos al tipo de cambio de ayer).

Destacan además las labores de corte de la caña de azúcar, recolección de basura y limpieza de calles.

Las cuales, los reos realizan entre abusos como violencia física mientras trabajan, agresiones físicas y amenazas a la familia, exposiciones a condiciones climáticas extremas y jornadas de 63 horas a la semana.

Nunca firmé un contrato. Me dijeron que, si no trabajaba, no vería la luz del sol por semanas. Era eso o el calabozo”, relató uno de los entrevistados por expertos de la organización con sede en Madrid.

También destacan castigos como quitar el permiso de visitas familiares para quien se niegue a trabajar.

Me obligaron a cargar sacos de carbón con lesiones en el hombro. Cuando protesté, me quitaron las visitas familiares durante un mes”, expresó una víctima de manera anónima.

Jugoso negocio

El gobierno castrista obtiene amplias ganancias de este esquema de producción.

Por cada saco de 15 kilogramos que un consumidor compra en España, el gobierno de Cuba recibió 7.88 dólares, documentó Prisoner Defenders.

De lo cual, el preso o condenado sujeto a trabajo forzoso recibió 0.00925610 dólares (diez centavos mexicanos) por cada saco de 15 kilogramos.

Resulta muy evidente que el desmedido ánimo de lucro es el único driver que mueve al régimen cubano a esclavizar a sus presos y condenados, y a los comercializadores a comercializarlo”, detalló el documento del que Excélsior posee una copia.

España, Portugal y Grecia son los principales destinos del carbón producido en las cárceles.

El carbón es el más terrible de todos los trabajos forzados, no sólo por las malas condiciones de vida, también por la falta de herramientas para trabajar. Más de 90% de los presos que trabajan en el carbón tienen una sentencia alta de privación de libertad: se van a someter a lo que sea con tal de no volver tras las rejas. Por eso no se quejan y calladitos cumplen con la tarea asignada”, expresó una persona, identificada como VP, preso político.

Dichos países también tienen la responsabilidad de conocer estos aspectos e inspeccionar a los importadores en destino, presionó la organización autora del reporte.

De los testimonios recabados, 100% fue obligado a trabajar bajo coacción, amenazas, violencia o represalias.

Incluso los propios internos han reportado severos daños a su salud.

Tan es así que 94% de los entrevistados reveló tener enfermedades incompatibles con las actividades que son forzados a realizar.

Tuve varios episodios de desmayos en el trabajo por debilidad y falta de alimentos y agua”, expresó uno de ellos.

“Apenas puedo caminar”

Algunos de los padecimientos reportados por internos son presión arterial alta y perdida de dientes, estrés postraumático y pérdida de sueño.

También reportaron casos de tuberculosis, una enfermedad que se contagia al estornudar o hablar.

Empeoré en todo lo que de enfermedad se trata. En estos momentos apenas puedo caminar pues la ciatalgia es crónica y los desgaste en los huesos es casi total. Mi visión empeoró a tal punto que he perdido un 90% de la vista. Por la mala alimentación, mi gastritis ha devenido en una úlcera”.

Todo esto, concluye el reporte, beneficiando al gobierno:

La impunidad con la que se estructura el trabajo es de tal magnitud, que los Generales y altos mandos del ejército usan a los presos comunes y políticos para construir sus mansiones privadas”.

 

 

 

Fuente: Excelsior

redaccion@diariocambio22.mx

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