• Personas que aparecen como con indicios o localizadas pero de las que sus familiares no saben nada son solo algunos de los “errores” del nuevo registro

 

Redacción/CAMBIO 22

Lucía Fernández necesita detenerse para tomar aire. Tiene el corazón y la respiración acelerada. Las mejillas enrojecidas. Padece hipertensión y andar buscando a su hijo en los cerros del Ajusco no le hace bien a la salud. Pero no tiene opción, debe hacerlo porque si no está presente y presionando, las autoridades, dice, no hacen su trabajo.

Su hijo, Ricardo Rico desapareció en el Ajusco, el 28 de septiembre de 2019, cuando iba en una peregrinación rumbo a Chalma. El muchacho se sintió mal en el trayecto y le dijo a sus compañeros que se iba a regresar. Sus familiares no volvieron a saber nada de él. Lo han estado buscando todo este tiempo, en compañía de las autoridades o sin ellas, en los cerros de ese bosque donde se perdió, en la alcaldía Tlalpan, en la Ciudad de México.

Por eso, a Lucía se le llenan el alma y la voz de coraje cuando relata que en enero de este 2024 le llamaron de la Fiscalía de la Ciudad de México para preguntarle qué indicios tenía de su hijo. Semanas después, una Servidora de la Nación, acompañada de un policía, se presentó en su casa para hacerle la misma pregunta.

¿Que qué indicios tengo yo de mi hijo? Pues ninguno. Ojalá los tuviera y no lo andaría buscando a ciegas. Me da mucho coraje que me salgan con que hay indicios, cuando yo no sé nada de eso, si ellos (el gobierno) los tienen, que me lo digan o ¿qué ocultan, qué pretenden?”, dice Lucía.

Rodrigo Ricardo Rico Fernández aparece en la nueva base de datos de desaparecidos del gobierno federal en la categoría de “con indicios”, pero su familia no ha tenido ninguna noticia de su posible ubicación, ni vivo ni muerto.

Lo mismo pasa con Francisco Sandoval Lázaro, desaparecido el 26 de abril de 2018, cuando salió de su casa en el Ajusco, en la colonia Paraje 38. Se dirigía a Tierra Colorada en la alcaldía Cuajimalpa para recoger a su esposa. Pero nunca llegó. Él también aparece en la categoría con indicios. Aunque su madre, Inés Enriqueta Lázaro, no sabe nada de él. Ella ni llamada o visita de las autoridades ha tenido.

En esta nueva base de datos hay también quienes aparecen como localizados, aunque su familia no sabe nada de ellos. Es el caso de Juan Antonio Flores Bosques, cuyo Folio Único de Búsqueda aparece en el listado de quienes supuestamente ya fueron encontrados. Su madre Juana Bosques tampoco sabe nada de él, desde que desapareció el 10 de octubre de 2011, en Parral, Chihuahua.

 

El origen de la nueva base de datos

 

En junio de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó la cifra de desaparecidos en el país, dijo que el registro donde se van contabilizando tenía errores y anunció que se haría un censo con cruces de bases de datos, llamadas y visitas domiciliarias para comprobar si las personas seguían desaparecidas o no.

En agosto, la entonces comisionada nacional de búsqueda, Karla Quintana renunció, por su total desacuerdo con el nuevo censo, pero no se fue sin antes hacer pública, con nombres y otros datos, la base que tenía de desaparecidos.

Días después de su salida de la Comisión, la exfuncionaria aseguró que la intención del presidente al hacer el censo era política. Lo que se busca “es reducir las cifras de personas desaparecidas, principalmente en este gobierno”, acusó.

Derivado de ese censo, hecho por Servidores de la Nación, el Ejército y otras instituciones que no tienen capacitación en buscar desaparecidos, se creó la plataforma de Búsqueda Generalizada, que contiene categorías no avaladas por la Ley Nacional de Búsqueda, entre ellas la de con indicios o se requiere información adicional.

Lo que se está generando con todo esto es confusión y eso no es una casualidad, no es producto de la ineficiencia de las autoridades ni de la incapacidad del Estado mexicano, estamos frente a una estrategia donde la confusión es parte de poder manipular los datos, las cifras y tratar de demostrar una realidad que no corresponde a lo que viven miles de personas que buscan a sus seres queridos en el país”, dice César Contreras, abogado del Centro Prodh.

En una investigación realizada por las organizaciones Quinto Elemento Lab y Adonde Van los Desaparecidos se demostró que al menos en los casos de 30 personas de las que están en la lista de localizados sus familiares no saben nada, también se documentó que dos personas fueron borradas del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.

 

Confunde y vencerás

 

Establecer estos resultados no es sencillo, porque como bien dice César Contreras, del Centro Prodh, parece que la estrategia del gobierno es confundir. Y es que ahora hay varias bases de datos que registran a las personas desaparecidas, con variables que son complejas de comparar y cruzar.

Está, por ejemplo, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, que surgió en 2020, y quedó a cargo de la Comisión Nacional de Búsqueda, en donde hay una plataforma interactiva con puros números y gráficas, donde se puede buscar, con filtros, cuántas personas hay desaparecidas en total o por año, estado, y municipio. En este registro hay también una sección aparte, con la base de datos que publicó Karla Quintana, con variables como nombres y entidades de los desaparecidos.

Pero hay bases más antiguas a esta, como el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas y Desaparecidas (RNPED), que se crea en 2012. Este era una página donde se podía entrar y buscar por nombre. Estaba a cargo de la entonces Procuraduría General de la República.

Y está ahora la plataforma con la base de datos de Búsqueda Generalizada, publicada el 14 de diciembre de 2023, que se desprendió del censo promovido por López Obrador, donde hay varias categorías, entre ellas la de localizados, listado en el que no aparecen nombres sino solo Folios Únicos de Búsqueda. En esta plataforma se ha incluido sólo a 99 mil 729 personas desaparecidas.

Tan solo en esas dos, la base de datos con nombres del Registro Nacional y la Plataforma de Búsqueda Generalizada, ya se han encontrado discrepancias preocupantes. La organización Datacívica cruzó las bases y encontró que 10 mil 953 nombres fueron “borrados” en este nuevo censo.

Después de hacer este ejercicio, Datacívica publicó la plataforma Volver a Desaparecer, donde se puede consultar cómo ha pasado el registro de las personas desaparecidas de una base de datos a otra para asegurarse de que no desaparezcan dos veces, explica Alicia Franco, analista de datos en esta organización.

Ante los cuestionamientos de la sociedad civil y familiares de que se están desapareciendo otra vez a las personas, el gobierno ha asegurado que no se ha borrado a nadie.

Y en parte es cierto, las autoridades podrían argumentar que aunque estos nombres que sí están en el registro de la base de datos publicada por Karla Quintana ya no aparecen en el Censo, no se han borrado datos en la plataforma interactiva del Registro, donde hasta este 7 de mayo había 116 mil 186 personas desaparecidas ni en la base publicada por la excomisionada de búsqueda.

N+ solicitó una entrevista con la Comisión Nacional de Búsqueda para hablar del por qué de los errores y omisiones en la plataforma de Búsqueda Generalizada y si ya no se iba a buscar a quienes aparecen como localizados, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

 

Localizados sin localizar

 

Es posible que esos casi 11 mil registros que “desaparecieron” de la plataforma de Búsqueda Generalizada, derivada del censo, estén en el listado de localizados, pero es difícil saberlo, porque resulta complejo cruzar la información.

Como ya se dijo en este listado no hay nombres, solo Folios Únicos de Búsqueda y la entidad de donde es la persona ausente. Sin embargo, Efra Tzuc, analista y periodista de datos de las organizaciones Quinto Elemento y Adónde Van los Desaparecidos, explica que en una de esas publicaciones de bases de datos que hace el gobierno, se publicó una con alrededor de dos mil folios, ligados a nombres.

Lo que hicieron estas organizaciones entonces fue cruzar esos datos que tenían con folio y nombre con el listado de localizados de la plataforma de Búsqueda Generalizada y después de contactar a las familias lograron establecer que al menos 30 personas que estaban en esa lista de localizados seguían desaparecidos.

Del resto de los casos es difícil saber qué pasa porque no se tienen los folios con nombre y tendría que contactarse a todas las familias, quienes en la mayoría de los casos no tienen ese dato.

“La mayoría de los familiares de personas desaparecidas no conocen este folio único porque este se ha utilizado de manera reciente para los reportes en la Comisión Nacional de búsqueda y es un número más bien interno, entonces ni siquiera pueden consultar las familias con el folio si su desaparecido está en ese listado de localizados, es todo muy opaco”, dice César Contreras.

 

Los otros errores

 

Además de los que aparecen como localizados y con indicios, pero que siguen ausentes, hay otros “errores” en el registro. Hay nombres que aparecen en una categoría que es con identidad confirmada, sin datos adicionales.

La explicación que se da de esta categoría es que están ahí los casos de quienes los datos en el reporte de desaparición no han resultado útiles para realizar un seguimiento adecuado ni para el proceso de generar nuevas acciones de búsqueda que lleven a su eventual localización.

En esta categoría está, por ejemplo, Guadalupe Pamela Gallardo Volante, desaparecida el 5 de noviembre de 2017, en el Ajusco, cuando acudió a un festival de música electrónica. Su madre, Carmen Volante, ha emprendido una ardua lucha para dar con el paradero de la joven.

“Es muy triste que hagan esto de colocar a Pamela en esa categoría, causa mucho dolor”, dice Carmen, quien, por supuesto, ha aportado todos los datos posibles para la localización de su hija.

En la misma situación está la mamá de Victoria Lizbeth Posadas Silva, la señora, que prefiere omitir su nombre por seguridad, asegura que ella también ha aportado todos los datos posibles y le ha dado seguimiento a la denuncia. No entiende entonces cómo puede estar su hija en una categoría donde supuestamente falta información para darle seguimiento al caso y localizarla.

Además, hay otro tipo de fallas en la plataforma de Búsqueda Generalizada, como errores en las edades de las personas o en la fecha de desaparición. Verónica Rosas, coordinadora del Colectivo Uniendo Esperanzas, del Estado de México, cuenta que en este hay 20 familias que buscan a alguien y en todos los casos encontraron un error en el nuevo registro del gobierno.

Rosas precisa que en 68% de los casos del colectivo, la persona a quien buscan aparece como con identidad confirmada, sin datos adicionales, incluido su hijo, Diego Maximiliano, a quien secuestraron el 4 de septiembre de 2015, en Ecatepec, cuando tenía 16 años. El ahora joven aparece como que falta información, aunque su madre tiene dos denuncias confirmadas ante las autoridades. También hay un 18% que tienen error de edad. Y 26% en fecha de hechos.

La buscadora reporta además algo importante, a las 20 familias del colectivo nadie las pasó a censar a su casa ni les llamaron para ver si su familiar ya había aparecido.

“Todo lo que hace el gobierno debe ser con la voluntad de procurar la búsqueda de las personas desaparecidas, no de volverlas a desaparecer, no de dar información que solo causa más dolor e indignación para nosotras las familias y creo que todo esto tiene la única intención de hacer creer que las personas están apareciendo y bajar las cifras”, concluye Rosas.

 

 

Fuente: N+

redaccionqroo@cambio22.mx

AFC

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