Redacción/CAMBIO 22

CHETUMAL, 6 de enero.- La realidad supera la ficción en el caso de la mujer que, según múltiples informes médicos y testimonios, habría construido un elaborado esquema de fraude emocional y financiero utilizando diagnósticos médicos falsos.

Desde mayo de 2020, Carla Alejandra Pérez Abedrop afirmó padecer diversas enfermedades graves, incluyendo cáncer con metástasis, para solicitar grandes cantidades de dinero a su ex pareja, Álvaro Moya Corral. Sin embargo, investigaciones médicas recientes revelan que estos padecimientos nunca existieron, lo que pone en evidencia un caso de manipulación que ha impactado profundamente a su entorno familiar y plantea preguntas cruciales sobre los límites del fraude emocional.

Simulaciones médicas y falsificación de documentos

Los detalles del caso muestran un esquema calculado y sostenido. La señora Pérez Abedrop afirmó haberse sometido a tratamientos oncológicos costosos, como quimioterapias, radioterapias, trasplantes de médula y una craneotomía, supuestamente programada para diciembre de 2023. No obstante, el oncólogo Dr. Fernando Pérez Zincer negó haber emitido diagnósticos de metástasis o haber prescrito tales tratamientos.

Según el informe médico, Pérez Zincer confirmó que los análisis realizados en julio de 2024 no mostraron actividad tumoral. Además, se descubrió la falsificación de recetas y otros documentos médicos, usurpando su identidad profesional. Fotografías de quirófanos y de procedimientos simulados fueron enviadas para reforzar la mentira, acciones en las que se involucró la hermana de la acusada, Daniela Pérez, con el aparente propósito de sustraer a sus hijos menores a la Ciudad de México.

 

Impacto emocional en los hijos

Uno de los aspectos más preocupantes de este caso es el daño emocional infligido a los hijos menores de Pérez Abedrop. Al ser expuestos a un relato falso sobre la salud de su madre, los niños fueron manipulados emocionalmente, generando un ambiente de inestabilidad y miedo que puede tener consecuencias duraderas en su bienestar psicosocial.

¿Un fraude con raíz en la enfermedad mental?

El caso adquiere una dimensión más compleja con el diagnóstico proporcionado por el Dr. Pánfilo Salvador Barba, quien identifica en Pérez Abedrop una psicopatología maniaco-depresiva y esquizofrenia. Aunque la enfermedad mental no exime de responsabilidad, subraya la necesidad de un enfoque médico y judicial integral para abordar situaciones donde convergen el fraude y trastornos psiquiátricos.

Violencia vicaria y denuncias falsas

Lo que agrava aún más esta situación es que Pérez Abedrop ha utilizado la acusación de violencia vicaria para justificar sus acciones, una denuncia que ha presentado en diversos medios de comunicación. La violencia vicaria es una forma real y profundamente dañina de violencia de género, pero su mal uso con fines fraudulentos compromete la credibilidad de las víctimas genuinas y pone en peligro la efectividad de las leyes destinadas a protegerlas.

Reflexión sobre la protección y la responsabilidad

Este caso invita a una reflexión sobre la delgada línea entre la protección legítima de las mujeres y el riesgo de abuso del marco legal. Las leyes deben ser herramientas de justicia, no armas para el engaño. Garantizar un sistema equilibrado que identifique las denuncias falsas sin revictimizar a quienes verdaderamente sufren violencia es un desafío que requiere vigilancia constante, mejores mecanismos de verificación y un compromiso ético de todos los actores involucrados.

En última instancia, el caso de Carla Alejandra Pérez Abedrop es un recordatorio de que la verdad, aunque a veces incómoda, debe prevalecer para proteger no solo la integridad de las personas afectadas, sino también la legitimidad de las leyes y los principios de equidad y justicia que la sociedad busca defender.

 

redaccion@diariocambio22.mx

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