De la Abundancia al Desafío: Productores de Papaya Maradol en Busca de Renacer en Othón P. Blanco
13 Ene. 2025
Redacción/CAMBIO 22
José María Morelos, 13 de enero. – Durante años, la papaya maradol fue sinónimo de prosperidad en la comunidad agrícola de Othón P. Blanco. Cultivos extensos, empleo digno y una economía floreciente marcaron una época dorada para comunidades como Candelaria y San Carlos. Sin embargo, el panorama cambió drásticamente con la llegada de un devastador virus que diezmó las plantaciones y hundió a los productores en una crisis.
Celestino Dzul Sosa, exlíder de los productores de papaya, relata cómo una enfermedad, descrita como un virus que ocasiona hongos en la fruta madura, destruyó no solo los cultivos sino también la confianza del mercado. “Aunque la ves bien, la papaya ya no es la misma. Cuando madura, aparecen hongos que no se quitan, y eso afectó la percepción de calidad en los consumidores”, explicó Dzul.

La devastación no solo afectó las cosechas, sino que también paralizó la economía local. En sus mejores tiempos, los cultivos de papaya maradol empleaban a decenas de trabajadores. “Solo en Puerto Arturo había 60 empleados, y en Candelaria unos 15. Había trabajo para todos”, recordó con nostalgia el productor.

Esfuerzos por sobrevivir y esperanza en el futuro
Con las tierras abandonadas y un mercado debilitado, la comunidad agrícola enfrenta problemas monumentales. El costo de sembrar una hectárea de papaya, que rondaba los 200,000 pesos antes de la plaga, ahora es inalcanzable para muchos pequeños productores. Además, el desgaste del pozo de agua comunitario, de más de una década de antigüedad, complica aún más el panorama.

Ante esta crisis, la falta de apoyo gubernamental ha sido un tema recurrente. No obstante, la esperanza surge con los esfuerzos de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (SEDARPE), que ha comenzado a organizar grupos de productores para buscar soluciones. Dzul Sosa señala que se están formando comités en las comunidades para exigir recursos y reactivar el sector. “Sabemos trabajar la tierra, pero necesitamos el apoyo del gobierno o de alguna empresa para recuperar lo perdido”, subrayó.

La resiliencia de una comunidad agrícola
A pesar de los obstáculos, el espíritu de los productores permanece fuerte. La comunidad cuenta con un pozo que asegura cierta estabilidad hídrica, aunque su capacidad es insuficiente para garantizar la recuperación total. “El agua es vital. Sin ella, no podemos avanzar, y por eso estamos pidiendo un nuevo pozo”, destacó el exlíder de los productores.

El caso de la papaya maradol en Othón P. Blanco es un claro ejemplo de la lucha de los agricultores por adaptarse y superar las adversidades. Con el respaldo adecuado, esta región podría recuperar un sector agrícola que en su apogeo fue motor de desarrollo y bienestar.
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