Graciela Machuca Martínez/CAMBIO 22

Si Santa Claus existiera, le pediría que les escribiera a las candidatas y los candidatos que llegan a la Zona Maya con un séquito de fotógrafos y seres/viles, buscando los huipiles más coloridos para exhibir sus sonrisas a cambio de unas humillantes dádivas.

Para recordarles, que, en primer lugar, en la zona maya no contamos con un hospital equipado donde los indígenas mayas se puedan atender con dignidad, por que el único presidente que construyó uno ex profeso para los mayas fue Adolfo López Mateos, hace más de 60 años, lo que hoy conocemos como hospital, son parches y remiendos que se le han hecho a una clínica del IMSS, luego pasó remodelado al IMSS/COPLAMAR y ahora es el hospital que conocemos, el que padecemos hasta hoy.

Los cientos de chicleros que viven en la extrema pobreza, explotados por un intermediario con una nueva etiqueta llamada CHICZA, que les ha despojado de todos sus bienes colectivos, y que les paga 70 pesos la maqueta de un kilo de la goma, mientras que en Europa vende, por concepto de “COMERCIO JUSTO”, 30 gramos por 4 euros, en tanto, los hombres que colectan la goma del chicozapote viven en la esclavitud, sin ninguna prestación para ellos y sus familias

El rastro que tenemos en Felipe Carrillo Puerto es el ejemplo real y crudo de que vivimos en la marginación, pues la carne que consumimos es la que les sobra a los zopilotes y los perros, las instalaciones son peor que deprimentes.

Un basurero a cielo abierto contaminando tanto el manto freático como la atmosfera con el humo que generan los desechos tóxicos.

Los sumideros, pese a la tragedia de que fallecieran varios ciudadanos en Felipe Carrillo Puerto, la apuesta a la desmemoria en un ambiente de campañas políticas, pareciera olvidado el tema para que se implementen políticas públicas y los hombres dedicados a este oficio hoy en día no sigan exponiéndose al mismo riesgo y a ser parte de las estadísticas.

Los abandonados corredores frutícolas de la época del gobernador Miguel Borge Martín, siguen sin apoyo para rescatarlos.

Hidroponía Maya, sigue sin aclararse aquella inversión que en la gestión del ex gobernador Joaquín Hendrikz le cargó al estado la gloriosa cantidad de mil millones como deuda al estado.

La violencia de las mujeres, esa violencia que se hace indiferente pero que a raíz de la pandemia se ha incrementado brutalmente, sin que el albergue se rescate para que cumpla con su función, sin que se capaciten equipos interdisciplinarios que prevengan la violencia a las mujeres.

Esto, entre otras cosas le pediría a Santa, si existiera, y como tampoco estamos en el mes de diciembre, pues dudo mucho que a las candidatas y candidatos demagogos, les interesen los problemas sociales que padecemos en la zona maya.

 

redaccion@cambio22.mx

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