Redacción/ CAMBIO 22

José María Morelos, 12 de mayo.- En la comunidad de Dziuché, ejido del municipio de José María Morelos, se vive una nueva controversia tras la intención del comisariado ejidal de expulsar a varios repobladores por emitir opiniones críticas sobre la situación del pueblo, particularmente en torno a la carretera y obras en la laguna Chichan Kanab. La medida ha generado indignación y preocupación entre habitantes y líderes comunitarios.

Uno de los primeros en alzar la voz fue el exalcalde de Dziuché, Joaquín Inurreta Canul, quien consideró excesiva e injustificada la postura del comisariado. “Se está usando la figura ejidal para azuzar a la comunidad contra personas que lo único que han hecho es ejercer su derecho a la libre expresión”, declaró en entrevista.

El exedil hizo énfasis en que opinar sobre temas de interés colectivo no puede tomarse como una ofensa ni mucho menos como causal de expulsión. “No hay falta alguna si un ciudadano expresa que algo le parece mal. Eso no habilita a ninguna autoridad ejidal para intentar expulsarlo del pueblo. Como autoridades, estamos expuestos a ser señalados, y más si no se está trabajando bien”, expresó.

Inurreta también recordó que las expulsiones dentro de los núcleos agrarios deben estar bien fundamentadas y aplicarse solo en casos extremos, como cuando se demuestra que una persona actúa de mala fe o sabotea el desarrollo de la comunidad. “No es lo mismo un repoblador que opina, que alguien que viene a dañar deliberadamente. Las expulsiones deben tener base legal y no pueden depender del capricho del comisariado”, apuntó.

El exfuncionario cuestionó la formación y el conocimiento del comisariado ejidal actual para hacer propuestas de esta naturaleza. “Nuestro amigo Castro debería informarse mejor antes de promover una solicitud de expulsión. Debe sustentar qué daño se causó y si en verdad hubo una falta. No podemos caer en decisiones arbitrarias que violenten los derechos de los habitantes”, afirmó.

Agregó que es necesario actuar con madurez y responsabilidad desde cualquier cargo comunitario. “El hecho de ser autoridad ejidal no da derecho a decidir quién puede o no vivir en el pueblo. No se trata de simpatías personales, se trata de respetar la ley y los derechos humanos”, concluyó.

La polémica ha revivido debates locales sobre la participación de repobladores en asuntos comunitarios, el uso del poder ejidal y la necesidad de fortalecer el diálogo en lugar de imponer medidas autoritarias. Por ahora, la asamblea ejidal no ha tomado una decisión final, pero los señalamientos han encendido los ánimos en Dziuché y podrían marcar un precedente preocupante para otras comunidades del municipio.

 

 

 

 

redaccionqroo@cambio22.mx

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