• CAFÉ DE ALTURA

 

 

 

Javier Chávez Ataxca/ CAMBIO22

La actual crisis de salud de nuestro exgobernador Mario Villanueva Madrid pone en la mesa el origen de su prolongado encierro de 24 años en cárceles de México y Estados Unidos, hasta su prisión domiciliaria en Chetumal. De paso muestra el rostro helado del gobierno federal que a partir de Vicente Fox no ha entrado de lleno a la revisión de su caso, alimentado por dichos de testigos protegidos manejados por alfiles del Presidente Ernesto Zedillo.

En nuestro país va a la mazmorra el político enemigo, aquel que se insubordina o desafía en lo electoral. Nunca van los corruptos por el hecho de serlo, sino porque se ponen al brinco. Por ello Zedillo ordenó la cacería contra Villanueva en el amanecer de 1999, acusándolo de tratos con narcotraficantes sin que el Ejército haya tomado nota de ello.

A Villanueva lo ilusionó el Presidente Andrés Manuel López Obrador con su soñada liberación, pero no se tomó la molestia de intentarla en serio. El engaño presidencial desalentó al exgobernador priista que no se ha doblado en lo anímico, hasta que ayer por la mañana su cuerpo dio graves señales de alarma y tuvo que ser trasladado al hospital del ISSSTE a paso veloz.

Según el reporte compartido anoche por el periodista David García, Villanueva tiene EPOC exacerbado, derrame pleural izquierdo, hipotiroidismo e insuficiencia cardiaca. Antes en casa el exgobernador sufrió un posible infarto y complicaciones respiratorias por presencia de agua en uno de sus pulmones.

Villanueva tiene que cumplir 77 años este dos de julio. Por la avanzada edad y sus enfermedades debe ser liberado, pero sobre todo por su inocencia, porque es un trofeo del vengativo Presidente Ernesto Zedillo y una víctima castigada en exceso por el sistema.

 

 

 

 

redaccionqroo@cambio22.mx

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