Noé Peniche Patrón/CAMBIO 22

Corría el año de 1974 y el entonces Presidente la República Luis Echeverría Álvarez en una visita a Yucatán, al sostener una reunión en la cual nos acompañó mi esposa Anita Aguiar, previo a una visita que realizaría quien esto escribe a Israel, cómo parte de un periplo europeo que realizaría en coordinación con el equipo del mandatario mexicanos.

El señor Presidente nos detalló en ese entonces que visitaría entre otros países Inglaterra y me giró indicaciones para que al término del viaje de trabajo a tierra israelita alcanzara a la caravana presidencial.

El encuentro en Europa con el señor Presidente ocurre posteriormente a la cena de gala que había ofrecido la Reina Isabel II, a la comitiva mexicana. En ese importante evento Echeverría Álvarez, invita a su majestad a visitar de manera oficial a nuestro país.

Con el porte, la nobleza pero la humildad que caracterizó a la monarca británica, el Presidente Mexicano en su invitación le hizo énfasis en qué conociera el campo Mexicano, pero haciendo un lado los protocolos esto es sin cetro y sin corona.

Al comunicarnos la aceptación de la titular de la monarquía inglesa, el mandatario mexicanos nos dijo a Anita y a quien esto escribe y teniendo al entonces Canciller Emilio Rabasa, cómo testigo que a la brevedad se conformara la agenda de la visita de Isabel II, poniendo especial cuidado en un viaje a la campiña mexicana.

Echeverría Álvarez en ese mismo instante comentó de manera insistente que el campo que debería conocer su Majestad Isabel II, sería el de la Escuela Agropecuaria de Tizimin.

Posterior a ese encuentro, en las fiestas Patrias, esto es septiembre de 1974, nos recuerda la planeación de esa importante visita e instruye al entonces Secretario de Obras Públicas, Manuel Bernardo Aguirre, para que realizará una inspección sobre las condiciones en que se encontraba Tizimín, para la visita de tan importante personaje.

En los primeros días de Octubre del mismo año, el entonces gobernador de nuestro estado Carlos Loret de Mola Medíz, me convoca para recibir al ingeniero Bracamontes, que había enviado de la capital del país para preparar la visita de la Reina que ya se había programado de manera oficial para Febrero de 1975.

Realizamos la gira acompañados del enviado del gobierno federal por un día completo a la entonces villa de Tizimin que gobernaba mi recordado Carlos Alamilla Rodríguez y las condiciones para la visita no eran del todo alentadoras.

En ese entonces, la hoy importante ciudad yucateca solamente contaba con una rústica pista de aterrizaje para fumigar la zona noreste del campo yucateco y era utilizada pese a las pésimas condiciones en que se encontraba.

La escuela agropecuaria recién puesta en marcha y perfectamente funcionable y recién equipada pero sin una calle en buen estado para accesar a la misma y peor aún sin un lugar adecuado para ofrecer un “Banquete real”, en honor a la ilustre visitante.

Fundamental y mi más sincero reconocimiento al apoyo que recibimos en ese entonces de la familia Aguiar (mi familia política) y de mis primos Jorge y Edgardo Díaz Chavo, para el desarrollo y operatividad del evento.

Mención aparte hago en este humilde recordatorio a mi inolvidable amigo Gabriel y su padre Paulino Romero, con quiénes hicimos un excelente equipo de trabajo.

Los terrenos ubicados atrás de la precaria pista y en donde se podría construir el aeropuerto eran propiedad de la familia Saide Sahuí, la imaginaria idea de los hermanos Díaz Chavo de realizar un parque en el paquete de obras de adecuación en el marco de la visita de la soberana inglesa, empezó a cuajar y dió paso a la planeación y construcción del Parque Zoológico y que llevaría co nombre, Parque Zoológico de la Reina.

Iluminar las calles, petrolizar las que no estaban pavimentadas, para que durante el recorrido por el poblado de Isabel II, no se empolvara en demasía el coche descubierto se hacía necesario, lo complicado era el recortado presupuesto con que se contaba y con tan sólo cuatro meses para planear y ejecutar tan importantes obras.

En el marco de los trabajos recibimos la visita de la primera dama de México, María Esther Zuno de Echeverría, y se entera de la serie de problemas y necesidades que teníamos para con Tizimín.

María Esther una mujer adelantada a su época se entera que lo única que estaba terminado en el poblado de Tizimin, era la escuela Agropecuaria con un valioso equipo humano que nos tocó dirigir y le informa al Presidente que las condiciones no estaban dadas conforme lo planeado en el papel.

El Presidente me llama a la ciudad de México y me hace saber que ya había platicado con el Gobernador Loret de Mola, y que enviaría a un representante de la Secretaria de Educación Publica que se haría responsable de la gira y por supuesto para que no falten los recursos económicos.

Tras la toma de esa importante decisión es enviado a Yucatán un inolvidable amigo y gran funcionario público muy joven e inteligente además de un funcionario con una capacidad operativa extraordinaria de nombre Manuel Vila Campos, quien fungía como auxiliar del Oficial Mayor de la Secretaría de Educación Pública.

Este funcionario se trata del padre del gobernador de Yucatán, Mauricio Ávila Dosal.

En el primer viaje que realizó Manuel Vila Campos a Tizimin fue acompañado de su servidor, la primera escala la realizamos en la precaria pista para aviones de fumigación, y en dónde a la postre se construiría el Aeropuerto Cupul.

Posteriormente realizamos un recorrido por el terreno de los Saide Sahuí, quienes se ofrecen donar esa propiedad con la única condición de cubrir los gastos de escrituración y deslinde.

Mi amigo Manuel Vila Campos, con quien coincidí en San Luis Potosí, para atender otras encomiendas y compromisos que adquiriá en las giras el presidente Echeverria “ me indicó que solicitara a los Saide se apersonaran a la ciudad de México.

A esa solicitud se presentó Salin Saide Sahuí y Manuel Vila le pregunto a cuánto ascendían los gastos para recibir el terreno en donación; la cantidad era tan irrisoria que lo hizo de inmediato y en efectivo, lo que provocó que corriera la voz de que el portafolio negro de Manuel Vila, contaba con los suficientes recursos para solventar los gastos del proyecto.

Al enterarse Paulino Romero Conde de la existencia del portafolio negro de inmediato le plantea a Vila Campos lo que costaría la cablearía para electrificar toda esa parte de Tizimín ya que el Gobierno del estado tenía la fábrica de postes.

Así se fue desarrollando y solventando el proyecto hasta llegar a los gastos grandes.

La construcción del auditorio para el bufete real, la construcción ya con nombre del parque de la Reina sin olvidar el aeropuerto Cupul.

Con la activa coordinación de Manuel Vila Campos, en materia presupuestal todo estuvo a tiempo pero . . . Los ingleses seguían preguntándose ¿porque el viaje a Tizimin ?

Pese a ello, los trabajos coordinados entre los tres niveles de gobierno logró que avanzáramos en el proyecto de la visita real.

Todos aportaron su granito de arena para llevar a buen fin la encomienda, pero el héroe anónimo que jamás se ha mencionado en las crónicas de esa visita histórica fue la valiosa colaboración de mi amigo Manuel Vila Campos.

Tras pasar por todos lo sinsabores de realizar importantes obras de infraestructura para engalanar a Tizimin en la visita de su majestad Isabel II de Inglaterra, vieron coronados el 28 de febrero de 1975, tras cuatro meses de intensos trabajos.

Empero, el coro monumental de niños conformado por 300 estudiantes de nivel primaria quienes entonaron en idioma inglés varias estrofas del himno nacional del Reino Unido.

 

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