Crónica de un Apagón Anunciado: La Península a Oscuras y el Fantasma de un Nuevo Colapso Eléctrico
27 Sep. 2025
-
Una falla en la línea de transmisión dejó sin luz a más de dos millones de usuarios en Yucatán, Campeche y Quintana Roo; autoridades admiten que nueve centrales quedaron fuera de operación.
-
El invierno será caliente: expertos advierten que el aumento de la demanda y la obsoleta infraestructura podrían provocar cortes generalizados; CFE lo niega y pide reportar fallas.
Renán Castro Hernández/ CAMBIO 22
La tarde del viernes 26 de septiembre de 2025, el reloj marcaba poco después de las dos de la tarde cuando la península de Yucatán comenzó a apagarse.
En cuestión de minutos, hogares, hospitales, aeropuertos y hoteles quedaron sumidos en el caos; los semáforos colapsaron y el caos vial se apoderó de Cancún, Playa del Carmen y Mérida.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) confirmó después que una falla en una línea de transmisión durante trabajos de mantenimiento provocó el apagón masivo que afectó a Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Nueve centrales de operación que generaban más de 2 174 megavatios salieron de servicio.

El gobierno federal reaccionó con tardanza, pasadas las cuatro de la tarde, la presidenta Claudia Sheinbaum informó en su cuenta de X que las plantas estaban en buen estado y que personal de la CFE y el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) trabajaban para restablecer el suministro.
Para entonces, el apagón había afectado a más de dos millones de usuarios y había paralizado a los principales destinos turísticos de Mexico y las ciudades capitales de Mérida, Campeche y Chetumal.
La secretaria de Energía, Luz Elena González, precisó que la falla se originó en la línea de transmisión y que el problema había impactado a nueve centrales.
La cronología del restablecimiento reflejó el alcance del desastre. Hacia las 16:30 horas, la luz regresó a buena parte de Mérida y Valladolid en Yucatán, así como a Chetumal, Bacalar, Álvaro Obregón y Holbox en Quintana Roo, y casi todo Campeche.

Un par de horas más tarde, el suministro llegó a José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto y Cozumel, mientras que Cancún apenas tenía un avance del 9 %. Cerca de las diez de la noche, las autoridades estimaban que la electricidad estaría restablecida al cien por ciento, aunque los reportes indicaban que muchas colonias seguían a oscuras.
Las consecuencias no se limitaron a la oscuridad, el colapso de los semáforos generó caos vial en las carreteras de la región; la interrupción de las redes de telefonía afectó la comunicación y complicó el manejo de emergencias. Hoteles y hospitales recurrieron a generadores eléctricos, pero pequeños comercios y familias en comunidades rurales quedaron desprotegidos.
El gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, reconoció que los apagones son el resultado de décadas de abandono y falta de planeación, que dejaron a la infraestructura sin capacidad suficiente para responder a la creciente demanda.
No era la primera vez que el sureste mexicano quedaba a oscuras. El 24 de marzo de 2025 un corte masivo dejó sin energía a cientos de miles de usuarios en Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.

En esa ocasión, la CFE explicó que un alto índice de humedad en el gasoducto Mayakán afectó la calidad del gas natural que alimenta a las centrales de generación, obligándolas a cambiar a combustibles alternos.
La empresa implementó cortes rotativos para mitigar el impacto y, hacia las 23 horas, sólo el 47 % de los usuarios habían recuperado el servicio. Las colonias afectadas en Cancún y otras ciudades reportaron caos vial, suspensión de actividades y un fuerte golpe a la industria turística.
Las altas temperaturas del verano que este año rompieron récords históricos han convertido a los apagones en un tema recurrente.
Guillermo Padilla Montiel, presidente de Vigilantes Ciudadanos por la Transparencia en Sinaloa, advirtió que ya se han comenzado a reportar fallas a causa del calor y que los apagones podrían aumentar a medida que avance la temporada.
El activista recordó que el uso extendido de ventiladores y aires acondicionados incrementa de manera notable el consumo eléctrico y puede rebasar la capacidad del sistema.
Además, subrayó que muchos transformadores tienen más de 40 años de uso y requieren un reemplazo urgente.

Estas advertencias han avivado rumores sobre un apagón masivo que dejaría a todo el país sin luz durante meses.
Medios como El Cronista retomaron las declaraciones de Padilla para señalar que la CFE prevé cortes generalizados y que algunos estados con climas extremos, como Sinaloa, podrían ser los más afectados.
Sin embargo, otros medios recordaron que la CFE no ha emitido ningún comunicado alertando sobre apagones masivos y que, hasta ahora, los cortes programados han sido medidas preventivas para evitar un colapso del sistema. La propia CFE insiste en que mantiene “mecanismos robustos de seguridad y análisis de prevención” y que cualquier afectación debe reportarse al 071.
Detrás de la crisis existe un patrón estructural, la demanda eléctrica supera la capacidad de generación y transmisión en momentos de calor extremo.

En 2024, la CENACE reportó que el consumo alcanzó los 50 000 MW por el uso intensivo de aire acondicionado, mientras que la generación eólica y solar se desplomó por nubosidad. La consecuencia fueron cortes rotativos en varios estados para evitar un colapso total.
El problema se agrava en la península de Yucatán, donde las condiciones geográficas limitan la interconexión con el resto del país y la infraestructura depende de gasoductos y líneas de transmisión vulnerables.
La memoria de estos apagones recientes nutre el temor de un desastre mayor, pero también revela la precariedad del sistema eléctrico mexicano. Autoridades locales y expertos coinciden en que se requiere una reingeniería energética, inversión en líneas de transmisión más robustas, sustitución de transformadores vetustos, diversificación de fuentes de generación y un plan para enfrentar olas de calor cada vez más frecuentes.

La directora de la CFE, Emilia Calleja, ha prometido que nuevas plantas y proyectos de gas natural garantizarán la autosuficiencia de la región en los próximos años, pero hasta ahora, los planes apenas comienzan y la incertidumbre persiste.
Mientras tanto, los ciudadanos enfrentan la incertidumbre con medidas domésticas, adquirir lámparas recargables, revisar sus instalaciones eléctricas y contar con agua y alimentos para emergencias.
La recomendación de los vigilantes ciudadanos es preparar un plan familiar y reportar cualquier falla directa a la CFE.
La lección es clara, la península de Yucatán y el país entero no pueden depender de remiendos y respuestas improvisadas, sin inversión y planeación, el próximo apagón dejará de ser noticia para convertirse en rutina.
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
redaccionqroo@diariocambio22.mx
RHM/GCH




















