Crisis Interna en el PAN de Quintana Roo: Dirigencia de Reyna Tamayo y Baltazar Tuyub Enfrenta Acusaciones de Autoritarismo y Simulación
9 May. 2025
Redacción / CAMBIO 22
CHETUMAL, 9 de mayo— En vísperas del proceso de renovación de los Comités Directivos Municipales del Partido Acción Nacional (PAN) en Quintana Roo, la dirigencia estatal encabezada por Reyna Tamayo y Baltazar Tuyub es cuestionada por presuntos actos de concentración de poder, imposición y falta de vida democrática al interior del partido.
De acuerdo con testimonios de militantes y dirigentes municipales consultados, la dupla Tamayo-Tuyub ha instaurado una dinámica de control absoluto sobre las decisiones del Comité Directivo Estatal (CDE), marginando a las bases y neutralizando los órganos de deliberación que deberían garantizar la pluralidad interna del partido.
Pese a los compromisos iniciales de fortalecer la autonomía de los comités municipales, la realidad muestra lo contrario. En lugar de alentar la participación, se ha privilegiado una lógica de sumisión, donde opinar diferente es visto como traición.
Uno de los puntos más sensibles es la violación sistemática de los principios estatutarios del PAN. El Reglamento de Órganos Estatales y Municipales, en su Capítulo IV, Artículo 105, establece que los comités deben sesionar al menos una vez al mes. Sin embargo, diversos dirigentes aseguran que estas reuniones no se realizan con la frecuencia debida, lo que debilita la estructura organizativa y rompe con el espíritu democrático del partido.
El liderazgo de Tamayo-Tuyub conocido como la “2T” panista ha sido acusado de operar más como una administración vertical que como una dirigencia colegiada. Esta percepción ha erosionado la credibilidad del CDE que lo debilita aún más de cara al próximo proceso electoral.
La renovación de las dirigencias municipales —prevista para las próximas semanas— será una prueba para la cuestionada dirigencia. No se trata únicamente de una elección interna, sino de la posibilidad de que la militancia recupere los espacios de deliberación y representación que le han sido cerrados. El reto es doble: frenar la simulación y reactivar una vida partidista auténtica, transparente y representativa.
En juego está mucho más que una disputa entre grupos: se pone a prueba la viabilidad del PAN como fuerza opositora real en Quintana Roo. La militancia deberá decidir si continúa bajo un esquema de control cupular o si asume el desafío de reconstruir un partido que dialogue con sus bases, rinda cuentas y recupere su vocación democrática.
GPC/RCM