Crimen Organizado Arrebata la Vida a Capitán de Seguridad de Tulum en un Ataque Directo
24 Mar. 2025
Hansel Vargas Aguilar/ CAMBIO22
Con su uniforme y corte de cabello castrenses, José Rodríguez Bautista luce en las fotos con características de destacado militar: resistencia física, determinación y habilidad para el combate. Así se ve a este oficial, Secretario de Seguridad del municipio de Tulum, quien fue muerto a tiros el viernes 21 en la noche, cuando se dirigía a su casa o estaba en rondín, a bordo de su camioneta, con un escolta.
José era un joven galardonado por su preparación y experiencia en armas y trabajo policíaco. Tenía grado de Capitán. Trabajó en la Secretaría de Marina (en el gabinete de inteligencia). En Sinaloa fue comandante de fusileros de Topolobampo. Y en Monterrey dirigió a la Policía Municipal.
José se adiestró en operaciones especiales de comando. Sabía de combate al terrorismo. Incluso recibió entrenamiento de paracaidismo militar. Parte de esa capacitación la recibió de estadounidenses.

En Tulum, debido a su cargo, siempre andaba armado.
A pesar de todo lo anterior, sicarios lograron quitarle la vida. Para ello bastaron dos temerarios matones a bordo de una motocicleta. Debido a que las autoridades no dan detalles del ataque, se ignora si los criminales usaron sólo pistolas o ametralladoras. Se puede suponer que aquellos estudiaron a su víctima, analizaron su comportamiento, hábitos y horarios. Averiguaron si el vehículo oficial estaba blindado o no y cuál era la capacidad de respuesta de José y su guardaespaldas. Es probable que los dos atacantes no actuaran solos, tuvieron apoyo en la estrategia.
Uno de ellos fue abatido pues José y su escolta devolvieron los balazos. El otro criminal escapó. En todo su trayecto de huida nadie lo detuvo. El guardaespaldas de José está herido. Eso sucedió en la colonia La Veleta.
¿Puede un ciudadano común y corriente, sin la preparación ni el armamento ni la protección de José, salvar la vida cuando el crimen organizado lo sentencia? Los habitantes podemos considerarnos muertos si algún sicario decide atacarnos. Todos estamos desprotegidos. En este país han muerto -siguen muriendo- periodistas, activistas, madres buscadoras de desaparecidos, líderes comunitarios, defensores de derechos humanos…
Si los matones han acabado con otros jefes policíacos en el país y también con alcaldes, candidatos y otras figuras políticas, entonces, lamentablemente, el ciudadano está indefenso ante esos agentes de la muerte. Nadie está a salvo.

Esa es la espantosa dimensión de la inseguridad en México. Los que denuncian esa situación no lo hacen por afectar la imagen de los gobernantes ni perjudicar a un partido político ni dañar figuras públicas. Lo hacen para exigir que las autoridades cumplan su trabajo: garantizar la vida del ciudadano, asegurar que este pueda andar sin temor. Un día antes del asesinato mencionado, la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, se reunió con el Secretario de Seguridad nacional, Omar García Harfuch. Según ella, hablaron del avance que hay en la coordinación para disminuir la incidencia delictiva en ese vecino estado. Cerramos este comentario con un dato más: El capitán José Rodríguez tenía apenas cinco meses en el cargo, es el tercer secretario de Seguridad Pública de Tulum asesinado en los últimos 6 años.
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