Este crecimiento explosivo condujo a un mayor escrutinio de sus prácticas comerciales y estándares de seguridad, tanto en la Unión Europea como en Corea del Sur, donde los funcionarios de Seúl realizaron inspecciones semanales de los artículos vendidos por plataformas en línea.
Se encontró que los zapatos de Shein contenían niveles significativamente altos de ftalatos — productos químicos utilizados para hacer los plásticos más flexibles — con un par de zapatos superando el límite legal en 229 veces.
También se detectó formaldehído, un químico comúnmente utilizado en productos de construcción para el hogar, en las gorras de Shein a un nivel el doble del umbral permitido.
Por otra parte, dos frascos de esmalte de uñas de Shein contenían dioxano —un posible carcinógeno humano que puede causar intoxicación hepática— a niveles más de 3,6 veces superiores al límite permitido y concentraciones de metanol 1,4 veces por encima del nivel aceptable.
En abril la UE incluyó a Shein en su lista de empresas digitales que son lo suficientemente grandes como para estar sometidas a normas de seguridad más estrictas, incluyendo medidas para proteger a los clientes de productos inseguros, especialmente aquellos que podrían ser perjudiciales para los menores.