• El contrato clasifica como fauna nociva y peligrosa para el tren invertebrados terrestres, anfibios, reptiles, aves y mamíferos grandes como el jaguar, el tapir y el venado.

 

  • Aunque éstos últimos están catalogados en peligro de extinción, autoriza a la empresa Susoma Soluciones Ambientales a ahuyentarlos, capturarlos, reubicarlos, pero también a sacrificarlos, para evitar que causen accidentes al ser atropellados por el tren.

 

Francisco Hernández/CAMBIO 22

CHETUMAL, 1 de diciembre.- Una investigación realizada por el periódico de la Ciudad de México El Universal reveló este domingo que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la empresa pública Tren Maya S. A. de C. V., administrada por la dependencia federal, firmó un contrato con la empresa Susoma Soluciones Ambientales S. de R. L. de C. V. para eliminar la presencia animales silvestres, incluyendo jaguares, tapires y venados, de las vías del ferrocarril y sus áreas aledañas, al considerarlas peligrosas por poder causar siniestros al ser atropelladas.

La directriz se convierte en una nueva amenaza para estos especímenes, ya de por sí afectadas por la presencia del Tren Maya, no sólo por el riesgo de ser atropelladas, sino porque las vías fragmentó el hábitat donde viven, especialmente en Quintana Roo y Campeche, donde se convirtieron en barreras que impiden el paso por los corredores biológicos que comunicaban las áreas naturales protegidas y reservas de la biosfera que protegen la selva.

El contrato otorgado por la Sedena es para implementar un programa de manejo de lo que llaman “fauna nociva” para garantizar la seguridad en las operaciones del Tren Maya, incluyendo acciones para ahuyentar, capturar, reubicar, pero también sacrificar, a especies que consideran “peligrosas”, pero en las que están incluidas el jaguar, el tapir y el venado, que son fauna endémica que las autoridades mexicanas está obligada a proteger por estar catalogada como en peligro de extinción.

De acuerdo con el contrato TM-CGRMSG-SVS-0200/204, el servicio contratado para “limpiar” el derecho de vía del Tren Maya de la presencia de fauna silvestre incluye actividades de ahuyentamiento, captura, reubicación y, en casos extremos, el sacrificio de animales bajo la normativa NOM-033-SAG/ZOO-2014, norma que tiene por objeto establecer los métodos para dar muerte a los animales garantizando buenos niveles de bienestar y con el propósito de disminuir al máximo el dolor, sufrimiento, ansiedad y estrés.

Las acciones previstas incluyen métodos como pirotecnia, trampas, dardos tranquilizantes y redes, además de programas para reducir la atracción de fauna hacia las vías del tren mediante la creación de barreras naturales y reubicación de flora.

Sin ser específico, el documento estipula que invertebrados terrestres, anfibios, reptiles, aves y mamíferos grandes como el jaguar, el tapir y el venado son considerados como peligrosos para la operatividad en estaciones, vías y áreas cercanas. Estas especies, por más pequeñas que sean, también deben ser contenidas por los trabajadores de Susoma para “controlar el riesgo que conlleva la operación del Tren Maya por siniestros relacionados a la colisión por fauna denominada nociva para las actividades ferroviarias dentro de la infraestructura”.

“El servicio que preste el proveedor consistirá en realizar acciones preventivas y también correctivas para controlar los daños que pudieran resultar de la interacción del Tren Maya con la fauna de su área de influencia y pueda poner en riesgo a los ocupantes del tren, la fauna y la infraestructura”, describe el apartado C del anexo técnico.

El costo total del contrato asciende a 9 millones 106 mil 290 pesos, con IVA incluido, y abarca los siete tramos del Tren Maya, desde Palenque, Chiapas, hasta Escárcega, Campeche, pasando por las selvas de Quintana Roo, con costo de un millón 121 mil 464 pesos por cada uno de los 7 tramos.

El acuerdo también exige a la empresa elaborar planes de contingencia por colisión con fauna, monitorear a las especies consideradas nocivas y ofrecer talleres de sensibilización para empleados y usuarios del tren.

Para eso, el trato pide a Susoma Soluciones Ambientales elaborar un programa de manejo de hábitat para reducción de atractivos de fauna, que incluye podas de flora, reubicación de especies arbóreas, creación de barreras naturales y construcción de bebederos lejos del Tren Maya con el objetivo de alejar a los animales de las vías.

Las acciones de ahuyentamiento estipulan que todas las especies deben ser tratadas con dignidad, pero incluyen el alejamiento de los animales de su hábitat natural a través de sonidos, feromonas, con animales entrenados como perros y aves, pirotecnia, entre otros; trampeo sistémico para captura y reubicación; la colocación de trampas tipo Tomahawk de distintas tallas; la instalación de redes de caída y transversales, así como redes de niebla y el uso de dardos tranquilizantes para ejemplares de talla grande y conductas agresivas.

El contrato también pide elaborar planes de contingencia por colisión de trenes con diferentes tipos de fauna; integrar un análisis con información sobre la presencia de animales que constituyan un peligro potencial para las operaciones ferroviarias y monitorear a la “fauna nociva en las vías”.

Además, deben ofrecer pláticas y talleres a empleados del Tren Maya sobre la necesidad del control de fauna y el riesgo por “fauna nociva” en el tren, así como de estrategias de contención en caso de siniestros; pláticas y actividades de sensibilización sobre el manejo de fauna nociva para los clientes del Tren Maya; hacer listados taxonómicos con identificación de fauna atropellada e índice de atropellamiento; reportes de captura y reubicación de mamíferos pequeños y aves, integrando ubicación geográfica de captura y reubicación y la implementación de un proyecto de cría y reintroducción de especies.

No obstante, el contrato dice priorizar el respeto a las especies según leyes nacionales e internacionales, como la Ley General de Vida Silvestre y la NOM-059-SEMARNAT-2010, y que las acciones buscan minimizar riesgos para la operatividad del tren y la seguridad de sus pasajeros.

Esto incluye atender posibles impactos reputacionales y operativos derivados de la interacción con fauna en riesgo o doméstica.

Cabe recordar que el proyecto del Tren Maya había anunciado que construiría pasos de fauna a lo largo de las vías, para aminorar el impacto que significaba cortar la comunicación de los corredores biológicos en la selva.

Sin embargo, al final de cuentas los pasos de fauna fueron un fraude, porque sólo se colocaron estructuras de drenaje transversal en algunos tramos de terraplén, que se convierten en angostos túneles para que pasen los animales.

 

 

Con información de El Universal

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

WhatsApp Telegram
Telegram