Conoce el Valle de la Antártida, Donde No ha Llovido en 2 Millones de Años
21 Mar. 2025
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Este desierto de McMurdo, desafía todas las expectativas climáticas, albergando formas de vida adaptadas a su extrema aridez
Redacción / CAMBIO 22
En la inmensidad helada de la Antártida, existe un rincón que parece sacado de otro planeta. Los Valles de McMurdo desafían toda lógica climática al ser el lugar más seco del mundo, donde no ha llovido en millones de años. Sin embargo, lo que realmente intriga a los científicos no es solo su aridez extrema, sino también la existencia de formas de vida que han logrado adaptarse a este entorno hostil.

El desierto más seco del mundo en medio del hielo
Los Valles de McMurdo son una vasta extensión de casi 5 mil kilómetros cuadrados, situada al oeste del Mar de Ross, entre la Tierra de Victoria y la de Marie Byrd. A pesar de estar en pleno continente antártico, este lugar destaca por su aridez extrema y su paisaje desolador, donde predominan los tonos grises y marrones.
Este inhóspito rincón se considera el desierto más seco del planeta porque no ha registrado precipitaciones en al menos 2 millones de años. ¿Por qué ocurre esto? El fenómeno se debe a los llamados vientos catabáticos, corrientes de aire frío y denso que descienden de las montañas circundantes. Estos vientos pueden alcanzar velocidades de hasta 320 kilómetros por hora, evaporando cualquier rastro de humedad en su paso.
Las temperaturas en esta zona pueden descender hasta los 50 grados bajo cero en invierno, lo que convierte a los Valles de McMurdo en uno de los entornos más similares a Marte que existen en la Tierra. De hecho, su estudio resulta clave para la exploración espacial, ya que proporciona pistas sobre cómo podría persistir la vida en condiciones extremas fuera de nuestro planeta.

La sorpresa del Lago Don Juan
Aunque parezca increíble, en medio de este desierto helado se encuentra el Lago Don Juan, el cuerpo de agua más salado del mundo. Su salinidad alcanza el 40 %, lo que impide que se congele incluso en temperaturas extremas. A pesar de su escasa profundidad de 15 centímetros, este lago permanece estable debido a que el agua y la sal no pueden escapar de la cuenca cerrada en la que se encuentra.
Este fenómeno ha despertado el interés de los científicos, ya que representa una paradoja natural: agua líquida en un lugar donde la evaporación es constante y las precipitaciones inexistentes. Además, su salinidad extrema recuerda a lo que podría hallarse en Marte, lo que añade más misterio a este rincón antártico.

El poder devastador del viento catabático
Los vientos catabáticos son el principal factor que mantiene los Valles de McMurdo libres de hielo y agua superficial. Este tipo de viento surge cuando el aire frío y denso desciende desde las montañas, aumentando su velocidad y temperatura a medida que baja. Estos vientos no solo secan la región, sino que también eliminan cualquier posibilidad de acumulación de nieve o formación de hielo.
Entre los tipos de viento catabático más comunes se encuentran la bora, el viento glacial, el viento de stock y el mistral. Sin embargo, los de McMurdo se distinguen por su intensidad y permanencia durante todo el año, superando fácilmente los 100 kilómetros por hora en su versión más moderada y duplicando o triplicando esa velocidad en ráfagas intensas.

Un laboratorio natural para la exploración espacial
Más allá de su inhóspita apariencia, los Valles de McMurdo representan un laboratorio natural para la ciencia moderna. Su similitud con el suelo marciano los convierte en un punto clave para los estudios astrobiológicos y las pruebas de tecnología espacial. Si la vida puede prosperar aquí, ¿podría hacerlo en Marte?
Este rincón antártico nos recuerda que nuestro planeta aún guarda misterios que desafián la lógica y la imaginación. Los Valles de McMurdo no solo son un lugar único por su clima extremo, sino también por las valiosas pistas que ofrece sobre la posibilidad de vida en otros mundos.
Fuente: Gizmodo
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