Conflictos de Productores del Campo con Autoridades, Encarecen el Precio de la Tortilla y Agravan la Situación del Sector Agroalimentario
5 Nov. 2025
Expertos advierten que la falta de regulación, apoyos y políticas agroalimentarias está provocando pérdidas para productores y consumidores, afectando la soberanía alimentaria en México
Redacción/ CAMBIO22
Los recientes cierres de carreteras relacionados con los productores de maíz es solo un pequeñísimo ejemplo de la gran problemática que vive el campo guanajuatense y del país, porque no solo es el maíz, sino también el frijol, jitomate, cebolla, la calabaza y en todo el sector agrícola, así como en los productos pecuarios como la leche, la carne de res, cerdo y pollo.
Así lo expuso el investigador de la Universidad de Guanajuato, Campus Celaya-Salvatierra, Juan Manuel Vargas Canales, quien comentó que los mercados agrícolas no funcionan de forma correcta o son manipulados o distorsionados por actores que tiene mucho poder y pueden influir en los precios.

“Estos actores se comportan como carteles u oligopolios, los cuales se coluden para fijar los precios de mercado en beneficio de ellos. Ahí están los intermediarios, la industria y claro algunos empresarios que también son parte de la vida pública y política del país”, denunció.
El catedrático en el área de Ciencias Sociales, explicó que en una economía de mercado como es la de México, debería autoregularse el mercado y la libre interacción de la oferta, para que la oferta y la demanda llegue a un equilibrio justo. Es decir, añade, cuando hay exceso de oferta o mucha oferta lo precios deberían bajar y cuando hay poca oferta debería disminuir, pero eso no está pasando.
“Es posible observar en todos los mercados agrícolas mafias que se adueñan de los mercados y no permiten que los precios se autoregulen. De forma artificial manipulan los precios o se coluden para definirlos. Me refiero a todos los mercados locales, regionales, nacionales. A un tianguis de una colonia no puede llegar un nuevo vendedor y vender libremente. Tiene que pagar y no puede poner su propio precio de venta”, señaló el investigador.
No hay apoyos que incentiven la producción, para renovar su maquinaria, equipo e infraestructura, no hay apoyos y servicios para la comercialización. Últimamente se eliminó el extensionismo o la capacitación al sector agroalimentario. Está por desaparecer el INCA Rural, y todo parece que vamos en contra de las tendencias mundiales.Juan Manuel Vargas Canales

Por ejemplo, el maíz en la región sur de Guanajuato se le paga al productor entre 5 pesos y 5.50, y la tortilla alcanza precio de hasta 25 pesos, y es de mala calidad.
“Esto no debería ocurrir en una región que produce maíz de primera calidad. Otro ejemplo es el de jitomate que hace algunos meses se están tirando en el estado de Hidalgo, y a 100 kilómetros de distancia en la Ciudad de México el precio de venta era de 35 peso”, señaló un par de ejemplos.
Hizo énfasis al señalar que pierden siempre los mismos, los productores y los consumidores, porque hay mayor dependencia de las importaciones, abandono del sector agroalimentario y pérdidas de soberanía alimentaria, como nunca antes se han dado.
Se requiere de inversión directa, precios de garantía, apoyos y subsidios, créditos, inversión en ciencia y tecnología para el sector agroalimentario, pero sobre todo se requiere empatía y voluntad política.investigador de la Universidad de Guanajuato
A la pregunta de qué se debe hacer cuando existe una falla de mercado como este caso que no se dan lo ajustes de precios por la ley de la oferta y la demanda, respondió que la intervención del estado es la solución principal, mediante leyes como las anticompetitivas, o el uso de mecanismos de precios como impuestos y subsidios.
Sin embargo, señaló que al estado parece no importarle solucionar estos problemas, porque no existe ninguna regulación ni supervisión ni vigilancia de los mercados.
Detalló que la actividad agrícola se ha vuelto insostenible en los últimos años, porque es resultado del abandono histórico que existe hacia el campo no sólo de Guanajuato sino del país.
“No hay apoyos que incentiven la producción, para renovar su maquinaria, equipo e infraestructura, no hay apoyos y servicios para la comercialización. Últimamente se eliminó el extensionismo o la capacitación al sector agroalimentario. Está por desaparecer el INCA Rural, y todo parece que vamos en contra de las tendencias mundiales”, mencionó.
En cuanto a la pérdida de rentabilidad, explicó que desafortunadamente el sector es muy vulnerable a todo y es poco atractivo para las políticas nacionales, pero también porque no representa muchos votos.
A la pregunta, cómo resolver las problemáticas; dijo que primero se necesita aceptarlas, no minimizarlas o negarlas como se ha estado haciendo.

“Requiere de muchísima inversión, que es lo que mejor podemos hacer como país, invertir en el sector agroalimentario es invertir en alimentación, salud y bienestar. Se requiere de inversión directa, precios de garantía, apoyos y subsidios, créditos, inversión en ciencia y tecnología para el sector agroalimentario, pero sobre todo se requiere empatía y voluntad política”, dijo en entrevista.
El investigador ahondó que la población mexicana ha mostrado que le importa el sector agroalimentario, es consciente que existen una deuda con quienes producen los alimentos que consumimos, es importante que nuestros productores estén bien asesorados para lograr negociaciones justas. Ya es tiempo de que dejemos de vernos como enemigos. Es tiempo de dialogo, de tolerancia, de respeto a las divergencias, de aceptar las diferentes opiniones, de buscar otros culpables”, propuso.
Para concluir, dijo que todos están buscando un beneficio, no se debe politizar el tema y es necesario buscar soluciones inmediatas, urgentes, de lo contrario esta problemática se puede salir de control.




















