¿Competencia Desleal?

Alberto Aguirre / CAMBIO 22

Es la materialización del compromiso 87 para el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, formulado por Claudia Sheinbaum el 1 de octubre del 2024, después de rendir protesta como Presidenta de México: durante su sexenio se ampliarán cuatro aeropuertos y será remodelado el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

El año pasado llegaron al país 45 millones de turistas internacionales, 7.4% más que en el 2023. Esa rama económica genera 8.6% del PIB nacional y en el primer trimestre del 2025, había cinco mulones de personas ocupadas en las empresas del sector.

Llevar a México al Top cinco de las naciones más visitadas del mundo no es solo un asunto de rankings; la existencia de una infraestructura adecuada también contribuiría a fomentar la competitividad e impulsar el crecimiento del empleo y el bienestar.

Entre las 69 economías enlistadas en ranking de competitividad mundial del IMD, México figura en el lugar 55, por debajo de Colombia. Y en el rubro de infraestructura, se ubica en el sitio 61, tres posiciones debajo de Brasil.

La expansión de la red ferroviaria y la modernización de los puertos y aeropuertos están en el centro del plan de inversión en infraestructura productiva diseñada por la actual administración. Amparada en esa estrategia, emergerá una nueva empresa paraestatal: el Grupo Aeroportuario Turístico Mexicano (GATM).

Si bien México cuenta con una amplia infraestructura aeroportuaria -dice el Plan Integral remitido por la SICT a las instancias regulatorias- resulta urgente atender la saturación en los aeropuertos turísticos consolidados, pues actualmente se registra congestión y retrasos de vuelos en las terminales ubicadas en los destinos con alta demanda, lo que redunda en una mala experiencia para los viajeros tanto nacionales como extranjeros. Además, existen regiones que se han rezagado por la limitada infraestructura.

El acelerado crecimiento del turismo -dice el diagnóstico-ha superado la capacidad de algunos aeropuertos consolidados, que ahora acusan problemas de saturación. Paralelamente, aeropuertos con vocación turística no han recibido la modernización o expansión necesaria para adaptarse a la creciente demanda, por lo que su capacidad operativa está limitada.

Una desigualdad en las inversiones en infraestructura provocó congestiones en unos puntos y rezago en otros, lo que finalmente ha restringido la diversificación de la oferta turística y disminuido las oportunidades de crecimiento económico en regiones de alto potencial turístico.

Resulta urgente atender la saturación en los aeropuertos turísticos consolidados, pues actualmente se registra congestión y retrasos de vuelos en las terminales ubicadas en los destinos con alta demanda.

¿Ejemplos? Tepic, Nayarit y Puerto Escondido, Oaxaca. En ambas entidades ubicadas en la costa del océano Pacífico, las inversiones en infraestructura estratégica se han puesto en el presupuesto federal desde hace una década y apenas están entregándose. Una década tardaron los concesionarios en abrir los tramos carreteros que conectarán a la capital nayarita con Puerto Vallarta. Mientras no estén plenamente operativos, Costa Canuva -el desarrollo inmobiliario planeado por Mota Engil-no podrá despegar.

La conectividad por tierra desde la capital de Oaxaca a la costa, por tierra, tardó tres lustros. La autopista inaugurada por Andrés Manuel López Obrador antes de entregar la Presidencia ahora mismo está cerrada, por el derribo en uno de sus túneles principales.

Concesionado al Grupo Aeroportuario del Pacífico y ubicado en el tercer lugar del ranking nacional, el aeropuerto de Puerto Vallarta ha puesto en marcha un ambicioso plan para duplicar su capacidad con la construcción de un nuevo edificio terminal de más de 74,000 metros cuadrados, que requerirán una inversión de 9,000 millones de pesos.

Actualmente conecta con 56 destinos nacionales e internacionales; cuenta con más de 55,000metros cuadrados de edificio terminal, 20 posiciones para aeronaves y más de 260,000 metros cuadrados de calles de rodaje, que le permiten la mayor fluidez en las operaciones diarias. De la conclusión de esos trabajos, antes que la ampliación de Tepic, depende que se sostenga como uno de los mayores con tráfico internacional en México.

Sus promotores sostienen que en esta guerra aeroportuaria por el acceso al corredor Puerto Vallarta – Riviera Nayarit tienen una ventaja comparativa: por su ubicación es la vía más cercana y funcional a la ruta turística y zona hotelera más grande de la región.

Una batalla desigual, en cualquier caso. El Plan Integral del GATM contempla finalizar las obras de modernización y ampliación en las terminales de Tepic y Puerto Escondido, pues cumplen con los estándares nacionales e internacionales en seguridad operacional. Ambos proyectos iniciaron en el sexenio anterior.

La ampliación del aeropuerto internacional Amado Nervo, de Tepic, había sido encargada originalmente a la Marina. Estos trabajos se verán complementados con la construcción de una nueva terminal multimodal -de 23,000 metros cuadrados de construcción- para atender hasta cuatro millones de pasajeros anuales. Mota Engil está al frente del proyecto que finalmente aprovechará la conectividad terrestre entre esa terminal aérea y la Riviera Nayarit para movilizar a los turistas a las zonas de playa.

Para el 2030, los aeropuertos de Tepic y Puerto Vallarta “estarán al nivel competitivo de otros aeropuertos que se ubican en la región” y se habrá corregido el problema de saturación de Puerto Vallarta y Huatulco.

Actualmente, el aeropuerto vallartense atiende la demanda de la Riviera Nayarit, pero su lejanía respecto a los nuevos desarrollos, en Acaponeta, genera altos costos de traslado para turistas y pobladores de la región. El aeropuerto de Tepic, junto con el desarrollo de las autopistas, reducirán esos costos y permitirán un acceso más rápido y económico a ese punto turístico.

En el aeropuerto de Puerto Escondido el flujo de pasajeros creció a una tasa media anual de 18.8% entre 2018 y 2024. La nueva terminal aérea tendrá 18,000 metros cuadrados disponibles para atender hasta tres millones de pasajeros al año.

Pero recibir vuelos trasatlánticos depende de que el GATM obtenga las certificaciones reglamentarias en materia de seguridad operacional y ambiental, además de la adquisición de equipos de última generación.

Fuente: La Politica Online

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