Redacción/CAMBIO 22 

El consumo de fentanilo está creciendo en EU, que señala a China y México como los responsables de esto. Mientras, los traficantes ven lucrativas ganancias: un kilo de cuesta 30,000 dólares y puede traer retornos de hasta 32 millones.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprovechó la reunión bilateral que sostuvo el lunes con su par de México, Andrés Manuel López Obrador –en el marco de la Cumbre de Líderes de América del Norte– para hacer un reclamo sobre uno de los temas que más ha preocupado al gobierno estadounidense: el flujo de fentanilo desde territorio mexicano.

Estados Unidos considera el consumo de fentanilo como una epidemia debido al alto número de muertes por sobredosis que ha causado. Además, señala a los cárteles mexicanos de la droga, principalmente el Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa, como los principales responsables de introducir el opioide a su país, en colusión con redes de tráfico chinas.

En una audiencia de marzo del año pasado del Senado de Estados Unidos sobre el Control Internacional de Narcóticos, en la cual se indicó que el mercado de drogas ilícitas en Estados Unidos tiene un valor de 150,000 millones de dólares, mientras que a nivel global alcanza hasta los 652,000 millones de dólares, según Global Financial Integrity.

El senador del Partido Demócrata Sheldon Whitehouse, presidente del Caucus del Senado sobre Control Internacional de Narcóticos, apuntó en esa audiencia que si el mercado de drogas ilícitas fuera un Producto Interno Bruto (PIB) nacional, sería el número 22 del mundo, por delante de países como Suecia, Polonia y Bélgica.

Su colega republicano Chuck Grassley comentó: “según la lista de Forbes de las marcas más valiosas del mundo, el mercado de drogas ilícitas es competitivo en valor para Microsoft y Amazon. Y supera los ingresos de marcas bien establecidas como Facebook, Disney, McDonald’s e incluso Google. Estos cárteles van en serio. Literalmente”.

Celina Realuyo, profesora adjunta de la Elliott School of International Affairs de la George Washington University, testificó para la audiencia y relató que el comercio de drogas ilícitas ha ido evolucionando desde narcóticos de vegetal, como la cocaína, la heroína y la marihuana, hasta potentes sustancias sintéticas, como el fentanilo y la metanfetamina.

“Desde la década de 1980, la guerra contra las drogas de Estados Unidos se centró en contrarrestar el tráfico de cocaína que hizo que los cárteles de Colombia y México fueran inmensamente ricos y poderosos. Durante la última década, el consumo de drogas en Estados Unidos cambió significativamente de la cocaína a los opioides y la metanfetamina”, advirtió.

Esto, dijo la profesora Realuyo a los senadores, “resultó en una epidemia de opioides sin precedentes en Estados Unidos con 104,288 personas que murieron por sobredosis de drogas en el periodo de 12 meses que finalizó en septiembre de 2021, según los Centros para Control y Prevención de Enfermedades”.

Estados Unidos ha vivido diferentes olas de consumo de opioides. La primera ocurrió en la década de 1990 y comenzó con un aumento en la prescripción de opioides, inclusive algunas compañías farmacéuticas fueron señaladas de contribuir con el consumo de opioides recetados.

La segunda ola, relató Realuyo, comenzó en 2010, con un rápido aumento en las muertes por sobredosis de heroína procedente de México. La tercera ola comenzó en 2013, con aumentos significativos en las muertes por sobredosis de opioides sintéticos, en particular aquellas relacionadas con fentanilo fabricado ilícitamente. El mercado de fentanilo continúa creciendo y se puede encontrar en combinación con heroína, píldoras falsificadas y cocaína, y la mayor parte del fentanilo proviene de China y México.

El lucrativo negocio del fentanilo

Los cárteles de la droga de México evolucionaron del tráfico de cocaína, heroína y marihuana al envío de potentes sustancias sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina debido a las lucrativas ganancias y al estrechamiento de sus relaciones con bandas criminales de China, país de origen del fentanilo, el opioide que ha tenido un lugar relevante en la agenda de Biden en México.

De acuerdo con Michael McDaniel, director del programa de Áreas de Tráfico de Drogas de Alta Intensidad en Houston (HITDA, por sus siglas en inglés), un kilogramo de fentanilo puede producir un millón de píldoras falsificadas con un contenido de un miligramo de fentanilo; 750,000 píldoras con 1.5 miligramos o 500,000 píldoras con 2 miligramos, considerada ya una dosis letal.

“Actualmente en Houston, Texas, se puede comprar un kilogramo de fentanilo por un precio promedio de 25,000 a 30,000 dólares. Este mismo kilogramo de fentanilo en Culiacán (México) se podría comprar a un precio promedio de 13,500 dólares. Actualmente, el precio de una pastilla de fentanilo en Houston oscila entre 6 y 65 dólares. Por lo tanto, una inversión ilícita de 30,000 dólares o menos podría resultar en un retorno de 6 a 32.5 millones de dólares”, detalló.

McDaniel señaló que los cárteles se han dado cuenta de los altos márgenes de ganancias y la disponibilidad constante para la producción de fentanilo. Eso se ha reflejado en que desde 2018 han ido en incremento, año con año, las tasas de incautación de polvo de fentanilo y píldoras falsas que contienen fentanilo en Estados Unidos.

El gobierno de ese país atribuye el crecimiento del Cártel de Sinaloa y del Cártel de Jalisco Nueva Generación a que ambas organizaciones se están convirtiendo en los mayores productores y distribuidores de metanfetamina y fentanilo en México. Según McDaniel, la mayor concentración de laboratorios de metanfetamina y fentanilo en México se encuentran en Culiacán y Tamazula.

El factor China

La historia del tráfico de fentanilo desde México hacia Estados Unidos no sería posible a tal escala sin China. Los cárteles mexicanos han aumentado estratégicamente sus relaciones con intermediarios de precursores químicos y empresas químicas en China e India para la obtención de insumos para fabricar fentanilo en laboratorios dentro de México.

Incluso, Estados Unidos ha identificado a ciudadanos chinos trabajando en Culiacán con el Cártel de Sinaloa para ayudarlos en sus laboratorios ilegales. Y fue precisamente a unos kilómetros de Culiacán, la capital del estado de Sinaloa, donde el Ejército mexicano capturó a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, la semana pasada. Estados Unidos señala a Ovidio como uno de los principales traficantes de cocaína, metanfetaminas y marihuana a su país.

Como parte de su relación con actores chines, los cárteles mexicanos también han empezado a a mover las ganancias de las drogas al sistema bancario chino.

“Mover el dinero en esta dirección también funciona para otros fines, como la compra de precursores químicos y bienes de consumo comerciales fabricados en China y, por lo tanto, para lavar y legitimar los fondos del cartel a través del sistema bancario de China”, refiere McDaniel.

Y en muchos casos son ciudadanos chinos quienes se reúnen con miembros de los cárteles mexicanos en territorio estadounidense para recoger grandes cantidades de dinero proveniente de la venta de drogas para que sea blanqueado.

“Las fuerzas del orden público de Estados Unidos también han experimentado un aumento en el número de hombres asiáticos que transportan grandes cantidades de moneda estadounidense en camiones con remolque a áreas en el norte de California y otras áreas a lo largo de la frontera suroeste.

“Hace un mes (febrero de 2022), un camión con remolque salió de la ciudad de Nueva York con 4 hombres asiáticos (algo inusual para tantos ocupantes en un camión de dieciocho ruedas). El camión fue detenido en Mississippi y se encontraron 1.4 millones de dólares escondidos en el camión”, relató McDaniel.

¿Cómo funciona el comercio ilícito de fentanilo?

La profesora Celina Realuyo mencionó en la audiencia de marzo de 2022 del Caucus del Senado sobre Control Internacional de Narcóticos que el tráfico de fentanilo a Estados Unidos generalmente sigue una de dos vías: una, compra directa de fentanilo de China por parte de personas estadounidenses para consumo personal o distribución nacional; o dos, tráfico transfronterizo de fentanilo desde México por parte de organizaciones criminales transnacionales y redes criminales más pequeñas.

Los pedidos y compras de China se negocian a través de internet y se pagan con diferentes métodos de pago: negocios de servicios monetarios, transferencias bancarias o procesadores de pago en línea o monedas virtuales convertibles (CVC) como bitcoin, bitcoin cash, ethereum o monero.

“China ha sido acusada de alimentar la crisis de los opiáceos al exportar fentanilo y explotar el Servicio Postal de EU y los transportistas internacionales de correo urgente para enviar fentanilo directamente a los Estados Unidos”.

Según una investigación federal, los comerciantes chinos de fentanilo advirtieron a sus clientes por correo electrónico que las empresas privadas de entrega como FedEx rastreaban electrónicamente los paquetes, lo que permitiría identificar fácilmente las direcciones sospechosas y crear un rastro que conectara a los vendedores y compradores de fentanilo ilegal.

Los comerciantes chinos aconsejaron a los compradores estadounidenses de fentanilo que enviaran paquetes a través del Servicio Postal de Estados Unidos para evitar ser detectados. Por esta razón, el Servicio Postal ha intensificado los esfuerzos de seguimiento, detección y prohibición para frenar el tráfico de fentanilo a través del correo.

En seguimiento a esta situación, el Congreso de Estados Unidos ordenó a la agencia obtener datos electrónicos avanzados sobre el 100% de los envíos entrantes para diciembre de 2020, con énfasis urgente en los paquetes provenientes de China.

Al requerir datos sobre el remitente, el destinatario y el contenido de un paquete internacional e incorporar nueva tecnología para escanear paquetes, el servicio postal fue testigo de un aumento del 1,000% en la cantidad de paquetes incautados que contenían opioides sintéticos entre 2016 y 2018.

“Los análogos de fentanilo y los precursores químicos utilizados para fabricar fentanilo se fabrican ilícitamente en laboratorios chinos y luego se venden en Darknet y se envían a granel a Estados Unidos y México. De manera similar, el fentanilo no farmacéutico se fabrica cada vez más en México y se transporta a los Estados Unidos a través de rutas de tráfico de drogas bien establecidas a través de la frontera suroeste”, refirió Realuyo.

Impacto del fentanilo a la salud

La profesora Realuyo advirtió en su testimonio que el fentanilo se está mezclando con otras sustancias como la cocaína, la metanfetamina y la marihuana, sin que el usuario final lo sepa.

Durante 2021, el gobierno de Estados Unidos incautó suficiente fentanilo para dar a cada estadounidense una dosis letal, según la administradora de la DEA, Anne Milgram.

El fentanilo es un potente opioide sintético que produce efectos como la relajación, la euforia y el alivio del dolor similar al de la morfina, la oxicodona, la metadona y la heroína, pero es unas 50 veces más potente.

Se puede usar legalmente con receta médica, pero el fentanilo ilícito se introduce de contrabando en los Estados Unidos principalmente en forma de polvo o píldoras falsificadas que pueden ser mortales en dosis muy pequeñas de tan solo 0.25 miligramos.

Según National Institues of Health (NIH) de Estados Unidos, el fentanilo “al igual que la morfina, por lo general se receta a pacientes con dolores intensos, especialmente después de una operación quirúrgica. A veces también se usa para tratar a pacientes con dolor crónico y presentan tolerancia física a otros opioides”.

“En la actualidad, los opioides sintéticos –incluido el fentanilo– son las drogas más comúnmente asociadas con las muertes por sobredosis en Estados Unidos. En 2017, el fentanilo fue parte de 59.8% de las muertes relacionadas con opioides, compara con el 14.3% en 2010”, alerta esa institución.

Cuando lo receta un médico, el fentanilo se puede administrar en forma inyectable, en forma de un parche que se coloca sobre la piel o en forma de pastillas que el paciente disuelve en la boca.

El fentanilo que se consume ilegalmente y que está asociado con más frecuencia con las sobredosis recientes se fabrica en laboratorios. Este fentanilo sintético se vende ilegalmente en forma de polvo, vertido en gotas sobre papel secante, en envases de gotas para los ojos o rociadores nasales o en pastillas parecidas a las de otros opioides recetados.

Como ya se dijo, algunos traficantes mezclan el fentanilo con otras drogas como heroína, cocaína, metanfetamina y MDMA. Lo hacen porque una cantidad muy pequeña de fentanilo causa un fuerte efecto, lo que lo convierte en una opción más económica. Esto es especialmente riesgoso cuando las personas que consumen drogas no saben que la sustancia que están consumiendo puede contener fentanilo como un agregado de poco costo, pero peligroso, alerta NIH.

Al igual que la heroína, la morfina y otras drogas opioides, el fentanilo actúa uniéndose a los receptores opioides que se encuentran en áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones.

Después de consumir opioides muchas veces, el cerebro se adapta a la droga y su sensibilidad disminuye, lo que hace que resulte difícil sentir placer con otra cosa que no sea la droga. Cuando una persona se vuelve adicta, la búsqueda y el consumo de la droga se apoderan de su vida.

Los efectos del fentanilo incluyen felicidad extrema, aletargamiento, náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, problemas para respirar, pérdida del conocimiento.

Cuando se produce una sobredosis de fentanilo, la respiración se puede hacer muy lenta o detenerse por completo. Esto puede reducir la cantidad de oxígeno que llega al cerebro, lo que se conoce como hipoxia, lo cual puede llevar a un estado de coma y causar daños permanentes en el cerebro o bien, la muerte.

 

 

Fuente Forbes

redaccionqroo@diariocambio22

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